Mis amigas me contaban sus fantasías eróticas y yo andaba que me trepaba por las paredes. Una tarde nos reunimos a ver un video porno en el que un negro enorme le hacía de todo a una mujer rubia. La escena de aquel sexo hundiendose en la vagina de la chica me puso a volar.

Esa fin fuimos a la casa de la playa, en un pueblito de pescadores de la costa de Barlovento, en Venezuela. Allí hay muchos negros mandingos, altos, fuertes, y muy viriles. Todos me parecían perfectos.

Estuve un rato en la playa y decidí volver sola a casa, al pasar por un paso estrecho del camino, me crucé con un negro enorme. Le sonreí y el me saludo. Preguntó por qué me iba temprano y dije que estaba aburrida y había mucha gente, entonces me dijo: Ven conmigo, cerca hay una playita que nadie conoce. Caminamos como 10 minutos y coqueteé con el, era apuesto y con un cuerpo bellísimo y fuerte, parecía un Hercules negro.

Llegamos a una caleta escondida y el se desnudo completamente. Fue entonces que lo ví por primera vez desnudo. Su pene era un sueño. Muy oscuro, grande, y grueso. Me desnudé completamente y ví como su pene se erectaba. Me mojé totalmente. El miró mi pubis muy bien depilado y me dijo: Nunca he tirado con una mujer depilada, ¿Cuántos años tienes?, preguntó. 18 mentí, pues tenía 16 años. Entonces me dijo: ¿Te gustaría hacer el amor conmigo? Si, me muero por hacerlo, respondí excitada. El me abrazó y empezó a besarme y acariciarme toda. toco mi clítorix y tuve un fuerte orgasmo. El me levanto y colocó mis piernas alrededor de su torso, colocando su glande en mis labios vaginales, quíse decirle que era virgen, pero de un empujón deslizó su enorme pene dentro de mi. Dí un grito de dolor que el interpretó como placer, y empezó a cogerme. Mi dolor cedió, aunque me sentía llena, completa. Eyaculó con fuerza dentro de mi y me besó largamente. No se cuantas veces hicimos el amor, no tengo idea de cuantos orgasmos tuve. Estaba anocheciendo y le dije que nos fueramos. El me tombó sobre la toalla y entre risas empezó a montarme de nuevo, tuve dos orgasmos antes que el se viniera, volteé hacia donde llegaba el camino y vi a mi papá mirandonos. Me sentí avergonzada. Él acabó y me cargó a la playa besandome con deseo. Le dije que mi familia debía estar muy preocupada. Nos vestimos y volvimos.

Al llegar a casa mi papá me dijo que mi madre y mis hermanos acababan de irse, estaban muy preocupados, pero les dije que estabas con unos amigos y volverías pronto, pero se fue molesta.

¿Quién es ese negro que te estaba gozando Marina? No se su nombre, contesté y era cierto, había perdido mi virginidad con ese negro magnífico y le había ofrecido todos los agujeros de mi cuerpo, y no sabía su nombre. Mi papá me dió una bofetada y me ordeno que me desnudara. Protesté y el me dijo: Te desnudas para un negro y le ofreces tu cuerpo, ¿y te niegas a obedecerme? Temblaba de miedo y verguenza y me desvesti. Mi papá me colocó en sus piernas boca abajo y empezó a darme nalgadas preguntando: ¿Te gusta gritar como puta mientras te cogen?, no papá, no. Pero el me pegó fuerte y me dijo: Te oí gritando de placer. Así hizo muchas preguntas y para que no me golpeara dije la verdad. Entonces me dijo: Eres una mujer muy bella, cualquier hombre querrá gozarse esos agujeritos, ¿desde cuando conoces a ese negro?, lo conocí hoy dije. Mi papá ya no me golpeana, sino que empezó a acariciar mi trasero. Me paré sin que protestara, baje su pantalón y le di una rica mamada. Aquello me encanto, el estaba muy excitado y lo tumbé en el sofa, y cabalgué sobre él hasta sentirlo eyacular profundamente en mi vagina. Esa noche dormí con el entregandole todo mi cuerpo y descubriendo que me volvía loca tirar con mi papá.

Papá me dio permiso de copular con mi amante negro cuando quisiera, pero un fin de semana al mes estoy reservada para el.

Ahora tengo 19 años y continúo copulando con ambos