Por

Anónimo

junio 25, 2022

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Asi empezó todo

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La primera vez que vi a mi hermana desnuda,  mi hermana tenía 19 años y yo 10 años.

 Mi hermana estába entradita en carnes. sin ser gorda. Tenía un delicioso culo que se le insinuaba con la ropa que se penia y que con el tiempo se convirtió en mi obsesión. A  continuación explico como fue.

 Mi padre estaba trabajando y mi madre fue al medico con mi otra hermana, por lo que estabamos solosen casa. Yo estaba haciendo las tareas del cole y mi hermana estaba en su habitación. Tube una duda sobre una de las tareas y cuando fui a preguntarle a mi hermana, me llevé la sorpresa. Mi hermana estaba dormida boca abajo, con la falda subida hasta la cintura y las braguitas bajadas hasta las rodillas.

 El pene se me puso como una estaca de duro. Me ecerqué y puse mi mano sobre una de sus nalgas. Se movió un poco y me esusté, salí de la habitación y fui al servicio a masturbarme pensando en ese delicioso culito de mi hermana. desde entonces, mi obsesión era volver a ver su culo desnudo.

 Por suerte, semanas despues, se repitió la misma oportunidad. Mi madre fue al medico con mi otra hermana, mi padre trabajando y los dos solos en casa.

 Esperé un tiempo prudencial y fui muy despacio a la habitación de mi hermana. Esta vez, estaba dormida en ropa interior, pero sus breguitas eran semitransparentes y se le notaba su culito por la tela. Me acerqué muy despacio al filo de la cama y la escuché roncar. No lo dudé y poco a poco le fui acariciando el culo por encima de las bragas. Como no reacciacionaba, me decidí a bajarlas y descubrir su culito delicioso. Poco a poco fui deslizando las braguitas hasta sus muslos y dejar el culito totalmente desnudo a mi vista. Segia roncando, y fue entonces cuando empecé a acariciarle las nalgas.

 Despues de un buen rato tocando su culo, le volví a subir las braguitas y me fui al servicio a masturbarme. Así fue como descubrí que mi hermana tenía el sueño muy pesado. desde ese día estaba deseando poder tener una nueva oportunidad de desnudar el culo de mi hermana.

 Y la oportunidad llegó en el verano. Como hace mucha calor donde vivimos, por lasnocehes, sacabamos los colchones de las habitaciones, para dormir en el salón más fresquito. Mi hermana siempre dormia en el medio, por lo que la tenía a mi dispocición.

 Una de esas noches, mi hermana dormia de lado, de espaldas a mi y con  su culo en pompa, con una convinación transparenete, y las braguitas semitransparentes. Cuando sentí que estaba roncando, poco a poco, con el pie, empecé a subierle la convinación hasta la cintura para dejar su culo a la vista y poco a poco con mi mano, comencé a bajarle las braguitas. Ummmm, que excitación ver ese delicioso culito y poder acariciarlo.

 Despues de unos minutos tocando y masajeando su culito, me fui al servicio a masturberme. Cuando volví, mi sorpresa fue aun meyor que cuando vi su culo, pues estaba boca arriba, y como le había bajado las braguitas, su coñito peludito, estaba a mi vista, y con la convinación transparente, se le notaban los deliciosos pezones de sus grandes pechos.

 Como estaba en aquella epoca obsesionado con su culo, solo le subí la braguita y me eché a dormir. Todo esto lo repetía cada noche.

 Con el tiempo fuimos creciendo, pero yo seguia obsesionado con el culo de mi hermana.

 Cuatro años después, fuimos a veranear a un camping, mis dos hermanas y tres amigas de ellas. En una habitación dormian las amigas y en la otra mis hermanas y yo.

 Ellas se turnaban para dormir en una esquina, para charlar con sus amigas por la ranura que separaban las habitaciones. Las noches que mi hermana mayor estaba en medio repetia los tocamientos en el culo.

 Una de las noches, llegaron bien entrada la noche, de la discoteca del camping. Estaban un poco ebrias.

  Yo me seguía haciendo el dormido, mientras miraba, con los ojos entre abiertos, como se desnudaba mi hermana para ponerse la ropa de dormir. Mi pene se puso duro al momento. La veia con sus grandes tetas coronadas por dos deliciosos pezones.

 Cuando se acostaron, esa noche le tocó en el medio. Entre la borrachera y el sueño pesado, tube la mejor oportunidad de acariciarla a mi antojo. Estaba en posición fetal, de espaldas a mi y dormía con una camiseta de tirantas y un pantalón de chandal. Poco a poco empecé a bajarle el pantalón y dejar al descubierto su culo, solamente tapado por el bikini. Bajé su bikini y dejé su delicioso culo a la vista. Comencé a acariciarlo y a besarlo. Al ver que no reaccionaba, me decidí llegar más allá y me bajé mi bañador y comencé a rozarle mi pene por la rajita del culo. Separé las nalgas y apunté con mi glande a su ojete, introduciendo la puntita. La saqué antes de correrme. Salí de la tienda de campaña para ir al servicio. Cuando volví, mi hermana estaba boca arriba, sus pechos se les salian por la camiseta de tirantas y su coñito peludito estaba a mi vista. Al notar que seguía dormida, comencé a acariciarle los pechos, besarlos y mamar de sus pezones. Luego bajé mi mano a su coñito y comencé a cariciarlo incluso metiendo un dedo, y a besarlo y chuparlo. La vestí y me eche a dormir.

 A la mañana siguiente, nos levantamos y todo transcurrió con normalidad.

 En otra ocasión, mi hermana menor se fue de vacaciones con su novio. Por aquel entonces yo tenía 20 años y mi hermana 29 años. Una noche, me decidí a entrar en su habitación para vover a desnudarla. Era verano, y mi sorpresa fue que solo estaba durmiendo con unas braguitas, y sin sujetador. Me acerqué muy despacio y al sentir como roncaba, poco a poco comencé a jugar con mis manos en sus pechos, luego los besé, chupé y mamé a mi antojo, mientras metia mi mano en las braguita para acariciarle el coñito. Bajé la braguita y comencé a usar mi lengua por la rajita y a lamer su clitoris, mientras metia un dedo. El pene se me puso como una estaca, y armandome de valor, me puse encima, apunté con el glande a la entrada de su coñito, y poco a poco fui empujando, hasta que casi tenía la mitad de mi pene dentro. Noté qie me iba a correr y lo saqué, llenandole los pelitos de mi semen. Fui al baño y cojí una tohalllita para limpiarla. Cuando la estaba limpiando, se volvío de lado, dandome la espalda y dejando su culo a mi vista. No lo dudé, y esperando un tiempo prudencial, le separé las nalgas y voví a introducirle mi pene en el culo, como en el camping. Esta vez, metí la mitad, empecé a bombear y cuando noté que me iba a correr, lo saqué eyaculando en sus nalgas. La volví a limpiar, le vestí, no sin antes besar sus nalgas y masajear sus pechos, y me fui a mi habitación. Esto lo repetí varias noches, hasta que regresó mi otra hermana.

 Cuando yo tenía 24 años y mi hermana 33 años, se casó y pensé que ya se me acabaría el choyo. Estaba equibocado. Pero eso es otra historia que contaré si me publican este relato.

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Una respuesta

  1. helenx

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