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Anónimo

noviembre 23, 2025

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Anécdota de mi prima parte 3

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Algo que me gustaría aclarar en mis anécdotas con mi prima es que nunca tocamos este tema de frente ni hacíamos plática de eso, éramos una familia normal que tenía fiestas, convivios, cenas, cumpleaños, bautizos etc. lo que pasaba en su cuarto era un secreto que ambos sabíamos que no debía salir de ahí. Dicho esto comienzo con mi siguiente anécdota con ella.

Llegado a este punto mi prima y yo ya teníamos una rutina para nuestras pijamadas, al menos esto pasaba 1 vez cada dos meses, mis tíos jamás sospecharon pues mi prima siempre fue la hija de familia, la aplicada, la bien portada y casi no salía con amigos. Eso ayudaba bastante a disimular que dentro de su cuarto era un sitio sexual y de depravacion.

Mi día normalmente era llegar de la escuela, solo estaba mi mamá, siempre terminando mis caricaturas me iba al cuarto de mi prima y comenzaba a hurgar su ropa sucia, a veces olía mucho, otras no tanto, sabía incluso los días en que menstruaba porque el olor era más fuerte los días previos, habia veces en que mi prima me dejaba un frasco vacío a lo cual ya sabía que era una señal para decirme quiero tu leche, otras veces yo me daba cuenta que sus tangas o cacheteros que dejaba embarrados con mi leche, al día siguiente parecían limpios del cesto de ropa sucia, como si alguien los limpiara y eso me prendía más, pero poco a poco sentía como una bola de nieve crecía, quería más, ya no quería conformarme con solo oler sus calzones y manosearla, quería otro nivel. Pero también podía entender la postura de mi prima, ella teniendo 21 años y manosearse con su primito no iba a ser bien visto. Las cosas que haciamos siempre fue en la oscuridad y no conocía como era su cuerpo, quería ver de qué color era su vello, como se verían sus aureolas, a pesar de que tenía grandes pechos quería verlos con la luz prendida, por lo que se metió en mi cabeza mi siguiente plan. ¿Y si la espío mientras se baña?

La idea se me quedó girando en mi mente, tenía que comenzar a ver qué posibilidades tenía de espiarla sin ser descubierto.

Empecé a seguir la rutina de mi prima en las mañanas, ella estudiaba y trabajaba, se levantaba a las 5, después de ella seguía mi otra prima mayor, de ahí mis tíos y yo debía calcular el tiempo pues entraba a la secundaria a las 7 de la mañana. Empecé a hacer pequeños hoyos a la puerta de madera, poner clavos en la pared para después quitarlos y ver a través del hoyo que dejaba, hacer huequitos, tenía varias ideas pero a su vez debían ser casi invisibles para que nadie de la familia se diera cuenta… las primeras veces que comencé a espiarla me iba mal pues no veía casi nada. La figura que veía de mi prima era de tez morena clara, unas tetas no muy enormes pero tampoco chicas, al menos cuando la tocaba me cubría toda la mano, sus pezones pronunciados cuando estaba exitada o con frío pero grandes cuando tenía calor, esos pezones hacía que se notara que tenía pechos grandes, yo siempre que la espiaba me la jalaba, porque aparte el ambiente de exitacion se combinaba con el olor de su shampoo.

Ahora no solo la manoseaba y le metía los dedos, ahora la veía desnuda completamente, aquella mujer que me dejaba oler sus calzones y le gustaba tomarse mi leche cada vez me hacía sentir que me pertenecía más. Los dias pasaban hasta la siguiente pijamada donde ahora no solo entrábamos al juego de dormirnos “temprano” para tener más tiempo, si no con una visión más clara del cuerpo de mi prima los arrimones que le daba y tocamientos ya los hacía no para exitarme a mi, si no para exitarla a ella pues descubrí que entre más caliente estuviera más me pertenecía su cuerpo. Aquella mujer con la que jugaba y reía y de ves en cuando hacíamos travesuras ya no estaba para mi, esa persona dejó de existir para convertirse en una hembra en celo dispuesta a seguir “abusando” de la inocencia de su primito.

Recuerdo que en esa siguiente pijamada, terminamos de ver la película “13 fantasmas”. Nos preparamos para dormir poniéndonos nuestros pijamas (cosa que ya sabíamos que no nos iba a durar, pero nosotros seguíamos aparentando normalidad) mi prima ya no usaba en esas pijamadas el típico conjunto de blusa con pantalón o pants cómodo, ahora usaba esas pijamas que eran de vestido largo, y solo imaginén que lo único que traía puesto era ese vestido olgado y largo…. ya ni siquiera aparentábamos dormirnos, en cuanto ella apagaba la luz y se acomodaba para dormir, ya tenía mis manos debajo de las cobijas como tentáculos sobre su cuerpo, comenzaba primero por sus pechos tocándolos en círculos sobre su vestido, ella gemía y se acomodaba para facilitar mi acceso, cuando notaba que sus pezones ya estaban duritos empezaba a bajar a tocarle su panocha, algo que me gustaba mucho era primero empezar a tocarla sobre su calzón, sentir como su humedad traspasaba la tela y justo donde tiene su abertura empujar su calzón como queriéndola penetrar con mis dedos, eso me gustaba a mí pues sabía que entre más mojado estuviera el calzón mejor olor tendría al día siguiente y sería mi trofeo cuando me la estuviera jalando en el baño. Llegado siempre a ese punto ella empezaba a buscar con sus manos mi pene, yo no demoraba mucho para bajarme mi pijama y quedar expuesto a ella, nunca dejó que prendiera la luz, siempre hacíamos todo en plena oscuridad, ella cuando ya quería chupármela solo subía las cobijas tapándome todo el cuerpo hasta el cuello y solo ella se bajaba a chupar mi verga, eso me gustaba pero a la vez lo veía injusto pues quería ver cómo pasaba su lengua en mi punta o como la abría para introducirse mi verga, recuerdo que ese día cuando me chupaba la verga yo también quería tener su vagina de primera mano y olersela, así que empecé a acomodarla poco a poco mientras seguía mamándomela, más o menos la tenía en una posición como de 69 pero aún no estaba bien acomodada, no sabía cómo decirle que quería lamersela, pero por instinto justo cuando ya veía sus muslos cerca de mi pecho, como si fuera una piraña viendo un pedazo de carne, me abalancé sobre su vagina con mi boca, primero le di pequeños besos sobre su vello pubico y alrededores pues no sabía en qué lugar estaba su clitoris mucho menos su entrada, pero el olor característico de una hembra en celo era cada vez más fuerte cuando me acercaba y sabía que iba por el lugar correcto, hasta que ella con un poco de miedo pero también exitada, empezo a ceder y acomodarse para tener su vagina sobre mi cara, llegamos a un punto de coordinarnos bien, ella encima mío con sus piernas abiertas exponiendo su sexo sobre mi boca, y yo disfrutando que me la jalara y chupara, el sabor de su vagina era como a salado pero tambien como a hierro , no se como describirlo pero ese olor de una vagina lubricando para recibir verga es muy rico, aunque me daba cuenta que le gustaba mucho jugar con mis huevos, pues los tomaba como si estuviera jugando plastilina mientras me la chupaba.

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Yo no sabía muy bien aún cómo chupársela, a veces hacía intentos de aguantar la respiración y poner mi cara pegada sobre su conchita y mi lengua quedaba a la altura de su clitoris y mi nariz apenas y medio se introducía a su entrada, eso notaba que le gustaba así que seguía yo aguantando la respiración a la vez que se la chupaba. Debes en cuando introducía un dedo o dos mientras la chupaba, ya cuando sentía que estaba a punto de venirme, yo siempre le sostenía la cabeza para que ya no se moviera y yo solito hacía el vaivén de introducir mi pene en su boca, me gustaba pensar que me estaba cogiendo su boca y cuando me deslechaba, nunca dejaba ninguna gota, siempre que me venía lo hacía dentro de su boca y ella como toda putita se lo tomaba como si fuera agua, pues para este punto ya era muy adicta a mi leche, siempre estaba expuesta a mi olor, sus calzones que dejaba embarrados con mi semen ya no hacia el esfuerzo por ocultarlos, solo se los dejaba ahí encima de su cesto de ropa sucia, a veces me la jalaba en su cuarto y embarraba las paredes, dejaba mi frasco de semen en su ropa limpia para impregnar el olor, como si de marcar mi territorio se tratase. Justo cuando terminamos el acto yo seguía en la misma posición y ella igual así que aunque yo me había venido ya, seguía chupando ese manjar e incluso sentía como palpitaba o se cerraba por dentro como si aquella cosa tuviera movimiento propio, jugaba con mis dedos en su entrada, cuando los metía sin el mínimo esfuerzo sentía como por dentro me succionaba, su propia vagina ya estaba lista para ceder a cualquier cosa que le metieran dentro, hasta que se me ocurrió meterle un dedo por su ano, ella si se sorprendió pero supongo que mantenerla caliente y llena de exitacion hizo que se dejara llevar. Después de un rato y sabiendo que a esa edad mis hormonas estaban muy alteradas, ella se llevaba mi pene aún flácido a su boca y poco a poco sentí como volvía a cobrar vida dentro de su boca hasta quedar de nuevo erguido, ella seguía y seguía mamando hasta que de nuevo tuve que deslecharme y ella como experta en tragamecos no dejó nada vivo. Después de eso ella paró, se tranquilizó, solo se bajó de encima mío, se acomodó de cucharita, yo sabía que era una señal de que ya habíamos acabado, solo dijo: me gustó mucho, me subía mi pijama y así en esa misma posición yo me acomodaba junto a ella y la abrazaba, no sin antes ella llevarme mi mano a sus pechos para así quedarnos dormidos.

Hasta aquí quiero dejar esta anécdota y solo decirles que si leyeron toda mi historia comenten “fácil”, pues me ayudará a saber que me siguen leyendo. La segunda parte tuvo más éxito que la primera, espero que esta tercera parte genere más revuelo.

Aún tengo varias anécdotas por contar acerca de mi prima, pues con ella experimente muchas cosas, no todas las anécdotas que tengan con alguien debe de terminar en sexo, muchos se preguntan si hay fotos y videos y claro que los hay, pero debido a aquella época no había muy buena tecnología en ese momento y el rescatar alguna foto o video ha sido complicado.

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