El culo de mi hermana me tiene loco
Mi hermana menor, Camila, tiene 25. Vivimos juntos en la misma casa porque nuestros viejos se fueron al sur y nos dejaron la propiedad. La cosa es que desde que la cabra chica empezó a desarrollar, como a los 16, se le formó un culo que es una obra de arte, weón. Redondo, firme, de esos que se marcan con cualquier pantalón y que cuando camina parece que te estuviera haciendo un llamado.
Al principio trataba de ignorarlo, pero con el tiempo la weá se me hizo una obsesión. Empecé a espiarla cuando se duchaba, a mirarle el culo cuando se agachaba, y weón, no podía evitar ponerme duro. Una vez la pillé saliendo del baño solo con una toalla y se le veían esas nalgas mojadas, tan perfectas que esa noche me pajeé tres veces seguidas pensando en ellas.
Pero la weá se puso heavy hace un mes. Un sábado, Camila se fue a carretear y se le olvidó el celular en la casa. Weón, lo agarré y no pude resistir la tentación. Entré a su galería y ahí estaba: tenía una carpeta escondida llena de fotos y videos. La muy zorra se grababa en tangas, mostrando ese culo espectacular desde todos los ángulos. Había videos donde se tocaba, metiéndose los dedos en la concha mientras se agarraba las nalgas, y otros donde se restregaba el culo contra la cama, gimiendo como puta.
Weón, ese día me pajeé como cinco veces seguidas. Desde entonces, no he parado. Todos los días, cuando ella no está, me meto a su celular y me bajo fotos nuevas. Ya tengo una carpeta en mi compu con como cien fotos de su culo. Las clasificó por ángulos: de frente, de lado, de espaldas, en tanga, en hilo dental, en bombacha… weón, es una colección.
Lo peor es que en la casa a veces anda en shorts cortos o en polera sin calzones, y se le marca todo. El otro día se agachó a agarrar algo de la refrigerador y weón, se le abrió el culo y casi veo su hoyo. Me puse tan duro que tuve que ir al baño a pajearme altiro.
Weón, ya no sé qué hacer. Anoche soñé que la empotraba contra la pared y le metía la pija entre las nalgas. En el sueño ella gemía y me decía «dame más duro, hermano». Me desperté con los boxers todos manchados de leche y con las ganas de ir a su pieza y hacerlo de verdad.
Hoy en la mañana, cuando estaba tomando desayuno, Camila se paró frente a mí con una polera corta y sin brasier. Se le marcaban los pezones duros y weón, la pija se me puso como un poste. Ella lo notó y en vez de alejarse, se rió y dijo «alguien amaneció caliente». Weón, casi la agarro ahí mismo en la mesa del comedor.
Weón, la weá está mala. Ayer me pilló viendo su culo cuando se subía al auto y en vez de enojarse, me guiñó un ojo. Creo que la cabra sabe y le gusta. O quizás es mi imaginación de tanto pajearme.
Pero weón, si se me da la oportunidad, no voy a poder contenerme. Quiero agarrar esas nalgas y apretarlas fuerte, quiero meter mi pija en medio de su culo y sentir su calor. Quiero que se siente en mi cara y me ahogue con sus nalgas. Weón, hasta he fantaseado con lamerle el hoyo mientras se masturba.
Esta mañana, cuando fue a ducharse, dejó la puerta entreabierta. Weón, la miré through la rendija y la vi enjabonándose el culo, metiéndose la mano entre las nalgas. Casi entro, weón, casi me lanzo y la empujo contra la ducha. Pero me contuve, aunque después me fui a mi pieza y me pajeé viendo sus fotos otra vez.
Weón, no sé cómo va a terminar esta weá. Si Camila sigue provocándome, un día de estos no me voy a aguantar. Voy a agarrarla, voy a bajarle los pantalones y le voy a meter la pija hasta el fondo. Y si grita, le tapo la boca. Weón, quiero oír cómo gemiría con mi pija adentro.
Mientras tanto, sigo con mi colección de fotos y mis pajas diarias. Weón, el culo de mi hermana me tiene loco. Es mi obsesión, mi vicio, y no pienso dejarlo. Ojalá algún día se me dé la oportunidad de hacer realidad mis fantasías. Mientras tanto, seguiré aquí, en mi pieza, con la pija en la mano y las fotos de su culo en la pantalla.



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