Poco después de que me había Titulado consegui un trabajo como pasante en un despacho, la verdad es que me costó mucho conseguir ese empleo y no tuve de otra que aceptarlo a pesar de la distancia que tenía que recorrer para llegar con respecto a donde vivía en esa epoca, se encontraba en la estación de Insurgentes y para llegar era un calvario la cantidad de gente que encontraba a la hora que abordaba el vagón.

En ese entonces me gustaba usar falditas no tan cortas pero lo suficiente para mostrar piernas, estaba un poco más delgada que hoy en día y según yo estaba bien caderona y nalgona, no me ejercitaba pero creo que simplemente es genética; pasaron algunos meses y ya había tenido algunos encuentros con tipos en dónde ma pasaban mano o me arrimaban sus vergas pero yo aún era algo inexperta sinceramente, un día de tantos me mandaron a dejar unos documentos y tenía que ir al centro histórico, y bajar en Bellas artes así que trasborde por Balderas como es lo usual, recuerdo bien que tan pronto bajo y camino para transbordar un hombre me empieza a seguir y se me acerca para preguntarme cómo llegar a tal estación.

Era un señor yo creo como de 50 o 60 años, canoso y con barba, iba bien vestido con traje pero con esa típica mirada de señor morboso, estoy segura que se me acercó únicamente para verme el busto y es que yo tenía una blusa de botones con escote y pues se me veía bastante bien, tan pronto le oriente para donde ir el se disculpo y me dijo que me veía muy chula, tal cual con esas palabras, ya en el vagón el hombre hizo caso omiso a mis indicaciones para donde debería irse y se quedó en el mismo lugar en donde subiría al vagón, me volteaba a ver y me sonreía y me miraba de arriba a abajo, me empece a poner nerviosa y es que no iba con intenciones de tener un encuentro, me indicaron no tardarme, me puse muy incomoda porque el metro no llegaba y el hombre no se iba ni me quitaba la mirada de encima.

Ma causa gracia que recuerdo haberme hecho la loca hablando con un celular que me proporciono mi jefe y fingiendo que hablaba solo para no ponerme más nerviosa, cuando por fin el tren llegó estaba repleto y no cabia ni un alma, terrible la verdad y estaba considerando irme por otra ruta pero en un vagón salío una pareja que dejó un espacio como para entrar y fue cuando pensé o me meto en ese espacio pero este señor me va a seguir o me espero pero me van a regañar en el trabajo y no podía darme el gusto de empezar a ser regañada así que me metí como pude esperando a que el metro cerrará las puertas cuando el hombre se acercó y a la fuerza nos empujó a todos y se hizo de un espacio en el tren.

Obvio al momento que lo hizo yo estaba de espaldas y como si de una broma se tratara no se despegó de mi para nada arrimandome su bulto, quería moverme de lugar pero sentía como me ponía resistencia y me inmobilizo con tan solo estorbarme con su cuerpo, ya me hize la resignada y con toda la gente y el calor solo trate de pensar en salir, llegamos a Juárez y no salió ni un alma, incluso un señor entro igual al vagón a la fuerza haciendo que este señor me pegará más y más su verga, fue en ese momento cuando me empezaron a rozar con unos dedos por la parte de enmedio de mis nalgas, ya sabía que era ese señor pero no quise voltear ni decir nada porque ya de por sí estaba con miedo todos al mi alrededor eran hombres, no veía ni una sola mujer.

Para mí «suerte» esa falda que tenía puesta es un modelo de falda que tenia un cierre por la parte de arriba y atrás que ayuda a qué cuando me visto se ajustará bien y pues adivinen, el tipo lo fue bajando poco a poco y empecé a sentir sus dedos meterse por enmedio de mis nalgas, ya sentía piel con piel y el hombre seguí teniendo mano más y más, me jalaba mi ropa interior de tal forma que se me metía por emmedio casi como una tanga, me retorcía de lado a lado por a incomodidad pero mantenía mi cara serena para que no se percataran los demás de lo que sucedía, el maldito tren iba super lento y no podía aguantar más llegar ya a Hidalgo para salir, le mencioné a un señor ya mayor a lado mío si iba a salir en la siguiente estación esto con la finalidad de que el hombre que me venía tocando parara y me dejara pero parece que logré el resultado contrario, no solo me empezó a apretar las nalgas y meter los dedos por en medio si no que cuando ya tenía una de sus manos bien adentro de mi me metió uno de sus dedos en el culo y otro se se sentía más largo en mi interior de la vagina, por dios no soportaba ya la situación quería gritar pero me estaba gustando esa sensación de orgasmo que me daba cuando los pasaba de arriba a abajo y ese dedo en mi culo como se metía, era una cosa asquerosa lo que me estaba pasando pero me encantaba.

Cuando saco sus dedos por fin ya estaba casi orinandome en mis pantis, con la ropa deshecha y mi ano bien caliente y sensible, quería más pero supuse que que ya había acabado de todas formas presenti que no faltaba mucho para llegar a Hidalgo, me fui metiendo mi ropa interior poco a poco y el tipo me seguía agarrando las nalgas como si fueran suyas, había un empezado a sudar y con todo y los documentos en las manos aún solo salí derrotada del vagón y sin ganas de caminar, me sentí muy sucia después de eso pero con unas tremendas ganas de que me cogieran ahí mismo.

Me fui a un baño fuera de la estación y ya a solas revise y estaba bien mojada y mi culo con ganas de que lo destrozarán, no les mentire que me daban unas ganas de meterme los dedos yo misma pero la prisa del trabajo me bajo la calentura, ya en casa como era costumbre y por la noche le pedí a mi esposo que me lo hiciera por detrás lo cual accedió y si bien me encantó sentirme con el culo adolorido no se compara a ese abuso que me dió el hombre.