
Por
Anónimo
Una trans me cogió el culo con su lengua
Soy un hombre gay de 22 años. Siempre me ha fascinado la onda de los femboys y los travestis o los hombres hiper-feminizados y delicados porque básicamente soy la antítesis de todo eso. Me enorgullece decir que tengo un hoyito bien apretado donde ni siquiera cabe un dedo. Pero secretamente mi fantasía es que me penetre un trans que conserve el pito o un femboy súper femenino. Estuve cerca de tener esa experiencia aunque como siempre mi miedo al dolor me ganó.
Conocí a esta chava en una app de citas y me perdí con su belleza y feminidad. Era una chava blanquita con tonos rosados en la cara y un pelo color miel tan dulce. Era una fantasía, una diosa idílica. Con una figura esbelta y unas caderas voluminosas con un culito paradito y rosado. Se me pone dura solo de acordarme. A ella también le gustaba yo porque me dijo que le fascinaban los hombres grandes y musculosos. Tuvimos unos chats bien calientes compartiendo fetiches y fantasías hasta el día que nos vimos. Me puse bien nervioso, literal me temblaba todo por estar cerca de ella. Le parecí tierno y eso afectó un poco mi vibra de bully y dio pie a que ella tomara el control de la situación, y eso me gustó…
Éramos como un ying y yang al juntar la carne. Ella era tan femenina como una ninfa blanca y yo era su ogro oscuro hambriento de carne. Nos chupamos las vergas y sin perder el tiempo me manoseó las nalgas con una intensidad que me hizo sentir rendido a ella. Me dijo que le encantaban y que quería cogerme. Le dije que sí porque yo también quería.
Lo intentamos, pero mi hoyito es tan apretado que me dolió y me dio miedo. Me consoló lamiéndome el culo y fue tan rico. Me pidió que me sentara en su cara pero le dije que no porque era muy guapa. Pero luego reactivó su lado dominante y me hizo sentarme en su cara de porcelana y se puso bien traviesa limándome el ano. Se estaba ahogando con mi culo y gemía como perra lo cual me excitó demasiado y empecé a venir mientras ella profanaba mi culo con su lengua enorme. Me dijo que le encantaba mi culo sudado y que mi olor la volvía loca.
Seguimos saliendo después del gym o de largas jornadas de trabajo a petición de ella ya que me decía que quería oler y comer mi culo almizclado cada vez que tuviera la oportunidad para eventualmente cogerme el culo pero perdimos contacto.
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