
Por
Anónimo
Mi esposo me citó para almorzar… pero me llevó a un motel, me usó y me grabó sin pedir permiso
Después de lo de la mañana, pensé que se le pasaría. Pero al mediodía, me escribió: “Te paso a buscar. Vamos a almorzar.”
No hablamos mucho en el camino. Parecía tranquilo, pero tenía esa mirada que ya no me pide explicaciones. Solo decide.
No paramos en ningún restaurante. Tomó una calle lateral, entró a un motel… pidió una habitación sin consultarme. Solo me miró y dijo: “Sube.” Cerró la puerta, sacó el teléfono, lo apoyó frente a la cama. Sin preguntar. Sin avisar. Solo presionó grabar.
Me empujó contra la pared, me alzó la falda, me arrancó la ropa interior sin cuidado. Y me lo hizo fuerte, rápido, como si necesitara grabar lo que era suyo.
No me besó. No me habló. Solo me folló. Con rabia, con derecho… y con una cámara registrándolo todo.
Cuando terminó, me limpió con sus manos, me acomodó la ropa y me dijo al oído: «Ahora ya tengo cómo recordarte… por si vuelves a olvidarte de quién eres»..
Después, me llevó a almorzar. Como si nada.
¿Fue castigo… o simplemente le excita tenerme grabada como suya?
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