
Por
Anónimo
El viaje inolvidable con una ex-suegra
Era un día viernes hace ya un par de años atrás, yo tenía unos 22, mi suegra unos 40 y tantos. Por cosas de la vida, me había quedado hasta tarde en su casa, visitando a mi novia, y no tenía como regresarme a la mía. Así que, por buena voluntad, se ofreció a llevarme.
Ella estaba acostada, y para llevarme, solo se puso una especie de bata. Íbamos en el auto, yo sentado en el copiloto, con mi vista fija en sus piernas. Ella se dio cuenta y la primera vez solo me preguntó «si se me había perdido algo». Yo me quedé en blanco y me sonrojé. Seguí mirándola de reojo hasta que me dijo que «si quería mirar, que lo hiciera con confianza, tenía su permiso».
Tenía una muy buena relación con mi suegra desde que la conocí, porque provoqué un cambio en su hija para mejor, ayudé a que fuese más preocupada en todo órdenes de cosas, incluyendo a que fuese más cariñosa con su mamá.
Llegando a mi casa, se estacionó en las afueras. Conversamos un par de cosas, y me preguntó que me había parecido el viaje… una cosa llevó a la otra y solo puedo decir que tuve una increíble experiencia con aquella ex-suegra. Dudo que esté leyendo esto, pero dejo detalles fuera para no revelar más cosas.
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