Mi pequeña groupie personal (parte 3)
Había pasado tiempo sin verla. Sus vacaciones nos tuvieron separados, tiempo en que empecé a salir con una chica más seriamente, de hecho se transformaría en mi novia al poco tiempo. De todos modos mantuvimos contacto en plan amistad, no sin compartir charlas de alto contenido sexual.
Luego de un tiempo empezó a ir a nuestros conciertos nuevamente, pero yo estaba de novio. Esto significó que Conny comenzara a frecuentar al sonidista de la banda, en parte para satisfacer su avidez sexual juvenil y en parte para sacarme celos, cuestión que lograba hacer a la perfección. Durante esa época tuve que rechazar varios de sus avances sexuales, porque muchos de ellos se produjeron en salidas grupales donde estaba también mi novia, lo que le daba el ingrediente añadido del riesgo que tanto morbo causa. En una oportunidad nos cruzamos en la escalera de la casa del sonidista y me dio una mamada mientras el resto de grupo festejaba en el living. Parecía hacerle gracia volver después de haberse tragado mi leche, tomar una botella de cerveza y metérsela a la boca guiñándome un ojo y compartiéndome una sonrisa cómplice, para luego darle un beso en la mejilla a colega.
Así pasaron semanas, hasta dos meses. No era común que pasáramos de las insinuaciones a lo físico, puesto que yo me sentía muy mal de engañar a mi novia. Eso sucedió hasta el día en que directamente me envió un texto diciendo “Extraño que me folles”.
No le contesté en varias horas, a lo cual insistió diciéndome “estoy sola, por favor dame tu verga”.
Honestamente yo también tenía muchas ganas, hacía tiempo, era difícil negarme, pero sabía que no sería una oportunidad anecdótica, a la larga me pesaría la culpa y quería evitarla lo máximo posible. Conny y su propuesta, sin embargo, ganaron la partida, no sin antes hacer una contraoferta.
– Hola Conny, recibí tu mensaje
– Y qué opinas?
– Tu sabes que no puedo, estoy de novio
– Pero dale, qué más da, me lo debes por tragarme tu leche – Ella sabía muy bien provocarme para darle en el gusto
– Y qué gano yo? Follarte, obvio, pero puedo perder a mi novia
– Qué quieres? Te doy lo que sea
– Tu sabes lo que quiero – Repliqué haciendo una pausa, esperando su respuesta
– No se, Carlos, aún no me atrevo
– Conny, será la última vez entre los dos. Si no me das tu culo, no sucederá
Tomé su silencio como una negativa, dispuesto a seguir con mi vida. Una hora después recibo su siguiente mensaje: “por qué no has llegado?”. Sin decirle nada tomé el lubricante de mi mesa de noche y partí hacia mi auto y de ahí a su casa. Me recibió con unas calzas tipo hot pants y un top deportivo que hacía sus tetas divinas explotar su escote. Tanto extrañaba esa visión, esta pendeja perfecta y dispuesta a todo, una mezcla perfecta entre morbo e inocencia.
Le fui a dar un beso en la mejilla, pero me corrió la cara y comenzó a besarme apasionadamente. Empezamos a tocarnos ahí mismo en la puerta yo sus tetas, primero por encima y luego por debajo del top y ella mi verga que en segundos se encontraba en máxima expresión. Sin desperdiciar tiempo subimos rápido a su pieza, donde la empujé hacia la cama y la puse en la orilla para poder arrodillarme en el suelo y probar, una vez más, su delicioso culo. Descubrí que su atuendo no era casual, que había estado haciendo ejercicio, supongo que a sabiendas de que me prendía aún más sentir los restos de su sudor entre sus nalgas. Una delicia.
Estaba completamente estremecida en esa posición, pero no la dejé acabar. Me paré frente a ella, tomé el lubricante de mi bolsillo, me eché una cantidad generosa en la verga y a ella superficialmente en su ano. Nunca le metí un dedo, quería sentir su culo abrirse por primera vez para mi.
De espaldas frente a mi, con su culo asomado por la orilla de la cama, le pedí tomarse la piernas para tener un mejor acceso. Puse la punta de mi pene en su ano, la miré a los ojos para preguntarle solo con la mirada si estaba lista.
– Ten cuidado por favor
– Al principio, después te lo voy a romper-
Sin esperar respuesta, empecé a empujar mi verga en su estrecho y virgen culo, una sensación inolvidable. Ella, por su parte, se retorcía para evitar el dolor y con su mirada me decía que siguiera, respirando agitada por la boca. A medida que entraba iba parando para que se acostumbrara a sentirme.
– No puedo creer que estás en mi culo,
– Te gusta que te folle el culo como una puta?
– Soy tu puta y este es tu culo. Mi culo es tuyo
Empezamos a agarrar ritmo, ya se lo metía sin problemas. Su evidente mezcla de dolor y placer se unía a su confusión y novedad.
– Me gusta mucho, gracias, gracias por follarme el culo – me decía mirándome a los ojos
Casi a punto de acabar salí de su culo, lo que le causó un nuevo espasmo. Sorprendida y anonadada se arrodilló y me empezó a mamar la verga
– Que rico sabe, notaste que lavé mi culo para ti?
– Lo noté putita, eres una buena perra
– Usa mi culo por favor
La tomé de la mano y le di un beso y una palmada en su nalga. Nos recostamos en la cama de costado, yo detrás de ella, para poder terminar el trabajo. Con mi brazo alrededor de su cuello puede alcanzar sus pezones, con la otra mano acomodé mi verga en su ano nuevamente. Antes de entrar de nuevo, puse mi boca cerca de su oído para respirarle.
– Ahora vas a acabar conmigo putita
– Si, por favor, quiero tu leche en mi culo
– Te va a encantar
Comencé a empujar y sentir como ella se volvía a retorcer del dolor, pero a la vez empujaba su culo hacia mi, entusiasta. Una vez adentro, con la mano libre le abrí las piernas y comencé a masturbarla. A masturbarla y follarla, fuerte, profundo rápido, una y otra vez.
– Aaay, rómpeme el culo, pervertido, que ricoooo
Más rápido, más fuerte, masturbándola y follándola, ya aguantándome la inminente explosión.
– Es increíble, voy a acabar, sigue, párteme el culo
En breve sentí que se venía, sus espasmos se intensificaban, sus tetas se sacudían como gelatina y cerré todo el momento descargando una acabada tremenda dentro de su culo.
Acabamos juntos, rendidos, transpirados. Con cada pulsión de mi verga ella se sacudía nuevamente en un mini orgasmo, mientras yo le mordía el cuello y le apretaba los pezones.
– Gracias, gracias, fue increíble
– Me encantó tu culo exquisita, gracias a ti
Estuvimos horas tirados desnudos en su cama. Tal vez sabiendo que sería la última vez.
2 respuestas
-
Estoу completаmentе desnudo. ¿Quiеre vеr unа imаgеn? – http://analsex4.fun
-
Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.