Por

Anónimo

febrero 12, 2010

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Irene

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Llegué a República Dominicana con 48 años ahí conocí a Mayreni, una hermosa morena de 29 abriles, caderas amplías, grandes tetas y en especial un trasero fantástico.

Hacía el amor muy bien. Me gustaba mucho la negra. Tenía una hija, Irene, de trece años, que iba camino de tener el cuerpo espectacular de la madre. Al principio no me veía con buenos ojos pero con el paso de los meses fue cambiando su apreciación hacia mí.

Mayreni vivía sola, con su hija y su mamá, así que varias veces llegábamos tarde a su casa y nos entregábamos a fornicar confiando en que estaban dormidas. Lo hacíamos en la sala, en la cocina y por supuesto en la cama. Lo que me enteré después fue que Irene nos espiaba.

Un día Mayreni me dijo que había llegado un familiar de Nueva York y las había invitado a ambas a pasar unos días en un resort, el jueves nos despedimos en una noche de sexo.

El viernes estando en el trabajo recibí una llamada:

Aló? Sabes quién te habla?

Si no me lo dices no lo sabré. Te habla Irene.

Me sorprendió su llamada, le pregunté:

Y tu mamá? Ella se fue al resort y me dejó en San Cristóbal.

Por qué te quedaste? No me quedé ella no me llevó.

Se aclaro el panorama, me estaba pegando cuernos, son cosas de la vida me dije.

Ok, le digo, bueno ya hablaremos en otro momento.

Espera, me dice, tengo que hablar contigo. Dime entonces.

Tiene que ser en persona. Bueno le dije está un poco difícil, no me veía hablando con la chiquilla sobre su mamá.

Por favor tengo que hablarte. Ok le digo más tarde paso por tu casa.

No, por mi casa no, te espero cerca de la compraventa. Ok le dije.

Me intrigó la muchachita, por la noche fui al lugar convenido, era una zona mal iluminada y un poco solitaria, me sorprendí al verla, estaba con una falda pegadita y cortita, una blusa de esas enteras con los hombros descubiertos y maquillada, parecía de más edad, pero estaba riquísima.

Que bella que estas Irene. Gracias, me dijo.

Bueno le digo y que tienes que decirme.

Aquí no, llévame a otro sitio. Pero adonde? Eres menor de edad, solo te puedo llevar a una heladería.

Te parece que estoy como para ir a una heladería?.

La verdad que no. Llévame a tu habitación, me dijo.

Está niña me planteaba un grave dilema pero la verdad que mi pene reaccionó antes que yo y se me paro en el acto, querría eso esta niña?.

Bueno, le dije, vamos.

En el camino me contó que la mamá se había ido con un novio que tenía en estados unidos y venía al país cada cierto tiempo.

Yo pensaba de que vamos a hablar en mi habitación? Será lo que me estoy imaginando? Me atreverá a hacerlo con esta niña?.

Entramos a mi habitación y me pregunta: Traes muy seguido a mi mamá para acá?. A veces le respondo.

Que hacen?. Lo que hace la gente adulta, le digo.

Yo también lo hago, me dice. Haces que?. Lo de la gente adulta.

Y que hace la gente adulta? Hacen el amor, me dice.

Te he visto varias veces hacérselo a mi mamá, cuando ella trata de no gritar, te he visto el guebo parado metiéndoselo por atrás.

Lo dijo todo de un tirón, me quedé observándola, la atraje hacia a mí y le dije:

Que tú quieres? Ella se pegó a mí y me dijo: Quiero que me hagas gritar como a mi mamá.

Esta preciosa niña quería sexo conmigo, era alucinante ya que en ese entonces tenía 44 años y ella poco más de 13.

Le dije: Tú eres muy niña aún como voy a tener sexo contigo?. No soy una niña, no quiero ser una niña, quiero ser tu mujer me respondió.

Has hecho el amor? No, me dice, he hecho algunas cosas pero nunca me lo han metido.

Que cosas has hecho?. Bueno a veces jugando a los castigos una pierde y te mandan a besar a alguien. Una vez habíamos bebido unas cervezas y el castigo era mamárselo a cualquiera.

Perdiste? Una vez pero fue rápido.

Y que más has hecho? Mira yo tenía un novio mayor. Que edad tenía? 28. Caramba.

Bueno no era mi novio pero una vez el había estado bebiendo y me dio una bola en su motor, me llevó a un sitio oscuro y ahí empezó a besarme, a mi me daba un poco de cosa que hedía a cerveza, pero me calenté de todas maneras, después el se sacó el guebo y me dijo que se lo mamara, me agaché y no sabía como mamárselo, el se enojaba que se lo mamara bien, ahí ya no me estaba gustando y cuando el se bajó el pantalón yo me corrí como pude y lo deje, el me alcanzó con su motor y me dijo móntate ya me jodiste la noche y me llevó a mi casa.

Bueno mi amor no has tenido experiencias muy buenas.

Me gustaba verte cuando estabas con mi mamá, una vez que estaban desnudos en la cama ella se montó encima de ti y tú le chupaba las tetas, ella a veces se abajaba y se metía todo tu guebo en la boca y después se subía, yo miraba y me sobaba la cuquita que la tenía mojadita, cuando veo tu guebo bien parado mi mamá lo agarra con la mano y empieza a buscarse el culito con el guebo y tu se lo metiste por ese hoyito, yo estaba como loca no sabía que por ahí se podía hacer y mi mamá se meneaba y gritaba bajito, yo me imaginaba que eras a mí a quién se lo metías, quería sacar a mi mamá y montarme yo.

Mi mamá empezó a moverse como una diabla, te decía no te vengas coño, sigue, yo estaba muy excitada, cuando veo a mi mamá sacárselo del culito se desmonto y tú se lo metiste encima de ella. Te veía metérselo y sacárselo, ella estaba con las piernas muy abiertas y tú en medio subiendo y bajando, y mi mamá gritando cada vez más fuerte hasta que ella se quedo como callada y me imaginé que se estaba viniendo, tú te paraste y le pusiste el guebo en la boca y ella empezó a mamártelo y ví como le tirabas la leche en la cara.

Bueno linda de ahora en adelante apagaré la luz, le dije.

Quiero que me hagas gozar como a mi mamá.

No puedo amor eres muy jovencita.

Se tiró en la cama sollozando. No me quieres porqué soy fea?. No amor eres lindísima. Y entonces.

Eres muy joven para esto. No soy joven nada y como el otro si quería metérmelo.

Si amor pero es complicado. Si no me quieres tú voy a buscarlo para acostarme con él.

No te atreverías. Si me atrevo, me dijo casi con furia.

Esta niña era capaz de hacerlo, en dominicana las chicas se inician muy temprano sexualmente.

Si no era yo, podía ser ese pendejo que casi la viola. Así que mande al carajo cualquier sentimiento de culpa.

La abracé y me dijo: Tú eres malo, tú no me quieres.

Ella estaba bocabajo sobre la cama, contemplé ese cuerpo menudo y de formas exquisitas, su falda cortita, que se le había subido un poco, dejaba ver sus piernas, me excitaba mucho que estuviera dispuesta entregarse a mí. Me eché sobre ella y le hice sentir mi erecto pene sobre sus deliciosas nalgas y ella las levanto un poco, la bese en la nuca mientras ella me decía: No quiero, quítate. Le mordisqueaba la nuca y ella restregaba sus nalguitas contra mi pija diciéndome: No quiero, pero levantaba más su culito.

Me pare y la levanté dándole vuelta, la besé suavemente, mi niñita no sabía besar, en cuanto sintió mi verga se apretó contra mí, ella se empinaba para poder sentirla mejor.

Besándola con más pasión mi nenita se iba excitando cada vez más, le cogía su culito y ella suspiraba. Le fui subiendo su faldita y mis manos aprisionaron sus nalgas redondas, frías y compactas una delicia. Le quité su faldita y le saqué la blusa por sobre su cabeza quedando en panty (calzón), era una deliciosa niñita. Sus senos apenas desarrollados estaban muy firmes, sus pezoncitos erectos estaban deliciosos. La atraje hacia mí y empecé a besar esos deliciosos botones, mi niña suspiraba y cuando succionaba sus pechos se quejaba quedamente.

Esta niña me tenía con el pene erecto como nunca, la besaba y frotaba mi pene sobre su cuquita. La levanté en brazos, su cuerpo delgado no era problema, besándola la recosté en la cama. Empecé a desvestirme, cuando estaba quitándome la camisa ella de rodillas en la cama se puso a aflojarme la correa y abrió el cierre de mi pantalón. Ver a esta niña en esa actitud casi me hace eyacular ahí mismo, tuve que controlarme mucho. Irene aflojo mi pantalón que cayó al piso. Sacó mi pene del calzoncillo y lo tomo con delicadeza con sus manos, como si fuera un objeto de culto. Me dijo: que grande es y que suavecito.

Yo veía cuando mi mamá te lo mamaba, quiero mamártelo.

Sin decirle nada tomé el pene y se lo acerqué a la boca, ella abrió apenas sus labios y se lo metió en la boca.

Lo empezó a succionar muy despacio, se lo empujé suavemente, poco a poco, ella se dejaba hacer, Como si fuera un helado mi amor, le dije, ella entendió y empezó a mamarme la verga muy bien, sus deliciosos labios de niña se deslizaban por mi falo, pronto aprendió a metérselo y sacarlo tratando de acomodar la más posible dentro de su boquita. Le enseñe a levantar la pija y lamerlo desde la base hasta la punta. Le puse solo la punta en la cabeza y entendió lo que tenía que hacer, era buena alumna. Dejé a mi niña que se entretuviera sola con mi pene, esta nena me estaba dando una gran mamada. Le retire el pene de su boquita y levantándole la cara le di un beso, tenía el sabor de mi verga en su boca.

La recosté y me arrodillé y le saqué su calzoncito, su sexo estaba muy húmedo. Empecé dándole suaves mordiscos y besos por todo su pubis. Mi nenita empezó a jadear fui bajando hacia gruta, le levante las piernas y las apoyé en la cama quedando su vulva expuesta a mis caricias, mi cabeza llena de morbo pensaba que estoy haciendo con esta niña abierta de piernas en mi habitación?, me excitaba más saber que estaba cometiendo un delito y no me importaba, le iba a romper el coño a esta niña y lo íbamos a disfrutar juntos. Mi lengua se dirigió hacia su cavidad, su sexo de niña sabía a gloria. Cuando sintió mi lengua en su cuquita, Irene levantó sus caderas, mi lengua hurgaba todos sus rincones, ella se quejaba y arqueaba, me acerqué a su clítoris y ella, intuyendo, quedo esperando mi boca. Puse mi boca sobre su virginal clítoris y lo succiones suavemente, fue como una sacudida, ella tensó su cuerpo. Ya tenía todos sus jugos en mi boca, la niña se retorcía y me apretaba con sus piernas. Mi lengua seguía siempre en su cavidad y regresaba por su clítoris regularmente. Mi niñita empezó a decirme: Mi amor quiero orinar, débilmente, no le hice caso y seguí con mi masaje de lengua, sabía que pronto tendría su primer orgasmo en mi boca y quería disfrutarlo. Mi niñita empezó a ponerse más frenética y yo seguía hurgando su coñito, me apretaba contra su cuquita cuando mi niña estalló en su primer orgasmo de mujer. Seguí mamándole la cuquita mientras ella gritaba y se arqueaba. Tenía la cara completamente mojada de sus jugos y mi saliva. Cuando aflojó su cuerpo me tendí junto a ella.

Besándome me dijo:

Ahora sé por qué gritaba mi mamá y me sonrió.

Grité mucho? me preguntó.

Sí, le dije, eres gritona como tu mamá, algún día te voy a filmar.

Tírame fotos quieres? tírame fotos así encuerá (desnuda).

Ok.

Saqué la cámara y empecé a tirarle fotos. Sabía posar y la ponía en posición para sacarle las mejores tomas. Viéndola posar a esta niña sentía que la verga me iba a explotar, me dice: Tu guebo esta muy gordo. Sí linda, le digo, es por ti. Ven me llamó, me acerqué y se metió el pene en la boca, viéndole en esa pose le saqué una foto, ella miró hacia la cámara sonriendo y espero a que le hiciera otra foto. Empezamos a hacernos fotos juntos, ella tomando mi pene y poniéndoselo por todos lados, se acostó con las piernas muy abiertas y puso mi pene en la entrada de su vulva, foto, se puso en cuatro y se lo puso en el culito, foto, se lo puso entre las teticas, foto. Ella también se calentaba con la sesión fotográfica. Dejé la cámara a un lado y tumbándola de espaldas me puse encima de ella, ella esperaba que se lo metiera, la besé y la acaricié, empecé a calentarla con besos y caricias, ella pegaba su coñito a mi pene, me besaba con ansías esperando, le ponía la punta en la entrada de su chochito y ella cerraba los ojos y esperaba, apenas lo empujaba enseguida se lo retiraba, ella abría los ojos y se reía, seguía con mis besos, mi lengua dentro de su boca de niña jugaba con su lengua. Acariciando sus pechos la sentí gemir, puse mi verga en su húmeda entrada, empecé a metérselo poco a poco, ella esperaba que lo retirara, pero esta vez no sucedió, abrió aún más sus piernas esperando el embate, mi pene penetró un tramo y sentí un gritico, Me duele un chin mi amor, No te preocupes pasa pronto.

Se lo saqué y empecé nuevamente, al sentirla encogerse retrocedí y de un solo empujón rompí su coñito de niña, ella dio un grito seco de dolor, al instante se quedó rígida, lo saqué lentamente, tenía el pene manchado de sangre, no me importó, volví a empujárselo rápidamente, ella reacciono y lanzo un quejido esta vez de placer.

Empecé a bombearla, mi niña se movía frenéticamente, pronto la hice coger mi ritmo y ella acomodó su cuerpo a mis embestidas. La estaba bombeando salvajemente, tener el cuerpo de esta niña bajo el mío había despertado mis instintos salvajes.

Quería dejarle una marca en su vagina de niña, mi nena aguantaba mis embestidas, su cuerpo delgado parecía incapaz de soportar el pedazo de fierro en que se había convertido mi pene y sin embargo encajaba cada uno de mis empujones, le hundía la lengua en su garganta, ella se quejaba cada vez más fuerte, parecía que iba a llorar, pero yo sabía que estaba gozando su condición de mujer.

Mi niña me apretaba y en un descuido me mordió en el cuello, casi no me di cuenta de lo excitado que estaba.

Irene como una arañita se aferraba a mí con brazos y piernas por momentos me dificultaba bombearla. Ambos estábamos cubiertos de sudor a pesar del aire acondicionado.

De pronto mi nenita empieza a emitir ruidos raros por la garganta, entre gritos de placer tuvo su primer orgasmo con un pene bien encajado dentro de ella.

Mi niñita pegada a mí, parecía querer fundirse, me abrazaba con fuerza. Yo aún no me había derramado y seguía con el pene erecto.

Cuando reaccionó me miró y me dijo:

Te quiero. Eso no me gusto se iba a convertir en un problema.

Entonces sintió mi pene aún en su vagina y me dice: mi amor quiero ir al baño.

Me retiré de dentro de ella y dándome un beso me dice: Amor me duele un chin mi totico, pero me gusto mucho.

Al rato fui al baño para lavarme el pene y la encontré mirándose al espejo en puntitas, que rica se veía mi niña, desnuda con un rico culito, me miró por el espejo y se sonrió. El pene se me puso erecto nuevamente, me pegue a ella por la espalda y le puso el nabo entre sus nalguitas.

Ella sonrió y se apretó aún más. La abracé y empecé a besarle el cuello, ella intentó darse la vuelta y aprisionándola contra el lavadero no la deje. Volteo la cara y nos besamos así, le agarre sus tetitas y se las manoseaba, empezaba a gemir, baje la mano hacia su chochito, que ya se había mojado nuevamente, y la hurgué con mis dedos, ella jadeaba de placer.

Mi pene erecto se frotaba contra sus nalgas, lo tomé y lo puse en su hoyito, ella se apegaba más, le levante una pierna, puse mi miembro en su vulvita recién estrenada y empecé a empujárselo. Ella se inclino instintivamente y aproveché para hundírselo de una estocada. Mi niña dio un grito de placer al sentir mi estaca en su vagina.

Con cada embestida la levantaba a mi chiquita, ella aguantaba firmemente, le apretaba sus tetas y ella gritaba. Se lo saqué y rápidamente le di vuelta, la levante y la penetre nuevamente, en esa posición ella se aferró a mí con brazos y piernas. Mi niñita me besaba con fuerza., rápidamente la llevé a la cama casi sin sacárselo, caímos abrazados.

Mi chiquita, casi una niña, con su cuerpo menudo me estaba haciendo gozar mucho; está niña quería permanecer bien ensartada.

Ella se movía agitada debajo de mí, de vez en cuando me decía mi amor, mi papito; su sexo apretadito, muy apretadito, su sexo de niña, me volvía loco al pensarlo. Estaba llegando al orgasmo, la sentía, mi chiquita gritaba anunciándolo y a mi me aceleraba a mil, sentía mi pene crecer cada vez más en su cuquita, con un espasmo mi niñita soltó su orgasmo apretando deliciosamente mi pene con su vagina infantil. Le dí unas embestidas más cuando sentí que empezaba a derramarme dentro de su cuquita. Rápidamente se lo saqué y escupiendo leche me derramé sobre su cuquita.

Fue un gran polvo, en parte en pensar en lo que estaba cometiendo con esta niña, otra parte era saber que le había roto el coñito y lo mejor haberme disfrutado ese coñito de niña apretado y virginal.

Estaba besando a mi nenita, cuando ella abrió los ojos me miró y se sonrió. Me echo los brazos al cuello y me beso y con su voz de niñita, cansada después del polvo que nos habíamos metido me dijo: Me haces sentir en el cielo, no te voy a dejar nunca.

No le dije nada, después habría que enderezar las cosas. Le dije: Vamos a bañarnos juntos. Sonriendo se paró, me tomó de la mano y nos metimos a la ducha.

Esa noche de su debut se quedó durmiendo en mi habitación, en el transcurso de la noche hasta el amanecer nos metimos otro polvo más, le enseñe a montar encima mío, nos tomamos fotos fornicando, le gustaron tanto que me pidió que le sacara copias para ella, lo que por supuesto no hice.

Esta relación duro hasta que, por suerte, su padre quién residía en EEUU le consiguió los papeles para su residencia y se fue a vivir a ese país. Debido a todo lo que paso su mamá se enteró que le había roto el coñito a su hijita, pero de lo que no se enteró fue que no solo le había roto la cuquita sino también el culito, no le deje ningún agujero sin recorrer.

También gracias a Irene, conocí a Nicole, una amiga del colegio de 14 años, aunque ella no era virgen cuando la conocí, la disfruté mucho también y, en una cadena deliciosa, gracias a Nicole conocí a Stephany, de 17 años, una morenita muy rica.


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3 respuestas

  1. lobo_caliente

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