La historia empieza cuando iba en primero de secundaria, en ese tiempo vivía con mis papás y mi hermana en una casa ubicada en una cerrada que se componía solo de 10 casa, 5 de cada lado, y dónde yo vivía era la primera. Mi papá era muy dominante y mi mamá muy sumisa, ambos trabajaban y llegaban como a las 10 de la noche, y mi hermana que tenía 20 años, se iba muy temprano y llegaba muy noche porque estudiaba y trabajaba. Así que yo desde las 2 de la tarde aproximadamente, que llegaba de la escuela me quedaba sola.         

          En ese tiempo, veía que algunos de mis compañeros ya empezaban a tener novias, mientras que yo solamente me dedicaba a estudiar, jugar y hacer deporte, pues me gustaba mucho jugar tenis y golf. Y en el aspecto sentimental, no sabía aún que me gustaba, dado que el sexto de primaria había entrado un niño que desde que llegó se me hizo muy guapito y fino y me gustaba mucho verlo, y ya en la secundaria, había una niña de otro salón que me llamaba mucho la atención; sin embargo, no pasaba de allí porque ni si quiera nos hablábamos. 

          En ese periodo escuchaba como mis compañeros que tenían sus novias comentaban que sentían muy bien acariciarlas, tanto de las piernas como de las nalgas y las bubis. Asimismo, escuchaba a las niñas platicar de cómo les gustaba que sus novios las acariciaran. Y tal vez por tanto que yo escuchaba, un día de tantos, estando en mi casa, me dio curiosidad de vestirme con la ropa de mi hermana, y me puse uno de sus vestidos, brasier, zapatillas y medias y me vi frente al espejo y me gustó mucho verme vestida así, claro, improvise los senos con relleno.

          Pasaron varios días y yo casi todas las tardes me vestía de niña y así andaba por toda la casa, incluso ya me maquillaba y me ponía una de sus pelucas. Un viernes, hice lo mismo; sin embargo, cuando estaba en el jardín, de reojo volteé hacia la parte posterior de la casa. Allí, atrás me di cuenta que estaban 2 albañiles mirándome. Hasta ese día me di cuenta que estaban construyendo una unidad habitacional. Me dio mucha pena, pero me excitó mucho que me estuvieran viendo, me quede inmóvil un ratito y luego hice como que no los había visto y caminé hacia el cuarto de lavado que estaba exactamente al final de la casa. Y escuche un poco de lo que estos jóvenes dijeron, más o menos así: albañil 1 “que rico mariconcito, se ve delicioso”. Albañil 2 “que piernas tan sabrosas tiene y carita tan linda, yo veo a una putita hermosa, pues también tiene unas nalguitas antojables”. Y se dijeron otras cosas.

          A partir de ese día, me excitaba mucho pensar que unos hombres me veían como mujer y sabrosa y entonces junte todo lo que tenía ahorrado y compre ropa sexy, pues trataba de vestirme de tal forma que me vieran las piernas, empecé a practicar a maquillarme, caminar con tacones,  Y así pasaron algunos días y yo me acercaba a escuchar lo que decían, y en cierto día escuché que decían “yo le pondría una minifalda y botas largas y me la cogia en la disco” “y yo le pondría un vestido tan corto que apenas le cubra las nalgas y unos tacones muy altos para que luzca sus piernas y la llevaría a caminar para que vean la rica nalga que me ando comiendo y luego al hotel para cogermela. Me la voy a ligar”. Cuando escuche eso, al día siguiente me puse un vestido muy corto, tacones altos, peluca, pantiliguero, tanga, bra con relleno y me maquille y salí como siempre al jardín. Y fue cuando me hablo uno de ellos, preguntándome si podía bajar por una herramienta que se le cayó. A lo que acepté. 

          Al estar frente al albañil, me dijo “que bonita eres. Como te llamas?”, y respondí “gracias, me llamo Claudia”. Me dio un beso en la mejilla y me dijo que le alegraba conocerme. Y me dijo que se llamaba Carlos. A partir de ese día, nos hablamos diario, y como a los 15 días se bajo a verme nuevamente, pero iba bien arregladito y estando frente a mi, me agarró de la cintura y me dijo “me gustas mucho, quiero ser tu novio que me respondes”, y yo le dije que si. Desde ese día diario iba a comer conmigo, le gustaba que le calentara la comida mientras él me abrazaba y me manoseaba, luego él sentado con las piernas abiertas, yo me paraba en medio de sus piernas y le servía, mientras él me metía mano, luego me sentaba en el.

          Cuando cumplimos un mes de novios me invitó a comer, diciéndome “ponte bien bonita y vístete muy putona para ir a presumirte  que vean la nalga que me estoy comiendo”. Así que me puse un vestido rojo muy corto, tacones altos, medias negras transparentes, peluca y fui a la estética para que me maquillaran. Fue Carlos por mi y al verme me abrazó y me besó, caricias que correspondí y me dijo “estas preciosa, me gustas mucho”, me tomó del brazo y caminamos rumbo al parque, me decía tantas cosas bonitas y de repente me dijo “quiero hacer el amor contigo” y si  esperar mi respuesta me abrazó y me agarró las nalgadas, y yo acepté. Así que nos fuimos para el hotel y allí me hizo su mujer. Me cogio, me manoseó, me besó toda toda, me lamió, me chapó los pezones y se la mame. Y desde ese día diario me Cuando tenía 3 meses de cogerme diario me dijo “quiero que te hormones y operes para tenerte muy chichona y estés muy buena. Así que empecé a buscar médico que me hiciera un tratamiento de feminización, porque quería complacer a mi hombre todo. 

          Paso el tiempo y ya tenía 7 mese de ingerir hormonas y también ya tenía senos grandes cuando me invitó a ir de paseo. Claro yo ya no vivía con mis papás, ya vivía sola en un cuartito. Y acepté viajar con él. Le gustaba mucho que me vistiera con vestidos muy cortos, entallados y tacones muy altos, pues decía que le gustaba que me vieran a su lado y me les antojara para que vieran la calidad de nalga que se comía. Y yo feliz. 

         Así fue como el albañil marcó el rumbo de mi vida.