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Anónimo

agosto 8, 2024

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Por 2 hombres me volví mujer trans

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          Mi nombre es Karla, soy una mujer trans de 25 años, soltera y vivo muy feliz en la cdmx, trabajando como camarera en un hotel y esta es la historia de como me volví mujer.

          Tenía 14 años cuando entre al CCH (escuela de bachillerato), era un niño más, me gustaba estudiar y jugar fútbol. Allí tuve como compañero a un niño 2 años mayor que yo, Pedro se llamaba, era muy chistoso y carismático, tenía muchas novias, y con el transcurso del tiempo nos volvimos amigos y así terminamos el primer semestre, siendo los mejores amigos. 

        Fue durante las vacaciones que nos vimos en varias ocasione, y fue en ese período que su comportamiento empezó a ser diferente, dado que me empezaba a abrazar, a tomar por la cintura, de los hombros, y cuando yo estaba en short, de las piernas. Además, me decía que parecía mujer, porque mi carita esa muy fina, mis labios eran muy  femeninos, mis piernas estaban bien torneadas pero femeninas, etc. Yo al principio me saqué de onda, pero como yaven la secundaria me habían dicho que parecía niña, no le di mucha importancia; sin embargo, me dejo con la curiosidad, así que a escondidas de mi familia, empecé a ponerme ropa y zapatillas de mis hermanas y de mi mamá, y alguna vez que estaba solo en casa, me maquille y vi que si parecía mujer. 

        Faltaban pocos días para volver a la escuela y me invitó a una fiesta que se haría en su casa, era de disfraces y me pidio que me disfrazara de mujer, que él me ayudaba. Yo como ya tenía mucha curiosidad acepté. Así que me rasure las piernas y los brazos. Él me llevó a la estética donde trabajaba una de sus hermanas y allí me vistieron y maquillaron, y al verme frente al espejo quedé muy sorprendida, pues vi a una mujer. Tenía un vestido corto que me quedaba a media pierna, era de Likra, color negro, tenia como copas cocidas con relleno, simulando senos femeninos, tenía una peluca lacia, larga, castaño claro, pantimedias transparentes, tacones altos, joyería de fantasía y me pusieron un perfume de olor muy bonito. Y así vestida fui a la fiesta de Pedro. Me presento con todos como su amiga. Y precisamente en esa fiesta me presento a su padrastro, don Armando. Quien desde que me conoció me mostró simpatía. En esa fiesta Pedro me atendió como si fuera su novia y su padrastro se portó muy atento conmigo.

        Entramos a clases y desde un principio Pedro me dijo que le gustaba, que quería verme solo vestida de mujer. Y a mi ya me había gustado vestirme así, mostrando las piernas y usando tacones. Así que quedamos en que me llevaría ropa femenina en una mochila y saliendo de clases me vestiría de mujer para Pedro. Y vestida así, con un short, tenis, blusa y explantes, me pidió que fuera su novia. A lo que acepté de inmediato. Y desde ese día nos veíamos como novios. Abrazos, besos, caricias, cuando íbamos al baño, para hacer pipí yo me sentaba, etc.

          Duramos como un poco más de un año con ese tipo de vida. Yo era novia de Pedro y él me manoseaba cuando quería y delante de quien fuera, yo ya vestía solo como mujer cuando salía con él, aprendí a vestirme, a maquillarme, a coquetear, etc., en su casa me trataban como una mujer, su padrastro siempre me ayudaba en lo que fuera y me trataba con tanta delicadeza como si en verdad yo fuera una dama. Ya estábamos en quinto semestre cuando Pedro, en su casa me dijo que quería que termináramos porque él quería irse a un seminario para estudiar para sacerdote. Yo me quede helada, pues él ya me había besado y metido mano en todo. Nunca me cogio porque las veces que me había llevado al hotel nunca se le paró el pene, pero su voluntad era meterme su verga, y yo ya deseaba que lo hiciera. Ese día lo llevaba una falda escolar, una blusa blanca, zapatillas y tobilleras. Al escucharlo y discutir con el, salí llorando de su casa. Y allí me tomó del brazo su padrastro. 

 

          Don Armando se portó muy lindo conmigo, me pidió que me tranquilizara y que le contara. Cuando lo puse al tanto, me dijo que Pedro no sabía lo que quería. Que una mujer como yo no se debe dejar. Yo llore y lo abracé mientras él me consolaba y me abrazaba. Ese día me llevó a tomar un café y platicamos mucho rato. Me tomó una pierna y me dijo, “mira, a veces uno debe ver lo que esta perdiendo, si gustas, visitémoslo seguido, si se puede, vente siempre bien arregladita, bonita, para que vea la linda mujer que puede perder. Y yo acepté.

          A partir de ese día nos vimos muy seguido don Armando y yo, y me empezó a gustar su compañía porque siempre que nos veíamos me llevaba un detalle, flores, chocolates, peluches, etc., y siempre que nos veíamos me saludaba con un abrazo y un beso. Siempre que tenía oportunidad ponía una mano sobre mis piernas diciendo “qué bonitas piernas tienes Karla” y a mi me gustaba tanto que me las viera como que me las acariciara, por eso siempre me vestía con faldas y vestidos, incluso, pensaba ya más en Armando que en Pedro.

          Pasaron como 4 meses de la vez que terminamos Pedro y yo, y un sábado que nos vimos don Armando y yo para ir a ver a Pedro, me puse un vestido rojo, de likra, que me llegaba arriba de media pierna, tacones altos, medias negras transparentes, peluca, liguero, tanga, brasier y relleno, incluso fui a una estética para quedar bien maquillada. Al pasar por mi Armando a la estética, me miro de pies a cabeza y dijo “viéndote así seguramente Pedro ya no querrá ser sacerdote” y cuando me abrazó para saludarme, le dije “no me vestí así para Pedro, sino para ti”. Y entonces me abrazó más fuerte diciéndome “me gustas mucho Karla y quiero estar contigo pero necesito saber que sientes por Pedro”, a lo que le respondí “ya no siento nada, y tus detalles, tus palabras, tu ayuda y porque no decirlo, tus miradas y tus caricias me han enamorado de ti. Perdóname por favor”. Y Armando me besó los labios y yo cerré los ojos. Me abrazó y me dijo “vamos quiero estar contigo en un lugar más íntimo”. Yo lo abracé y le dije “vamos donde tú quieras mi amor, aunque debes saber que nunca he estado con nadie”, a lo que me respondió “mejor, así seré tu primer macho, te quitaré la virginidad y disfrutaré tus nalgas cogiendote hasta que no puedas caminar ni sentarte”.

          Ya en su coche, yendo rumbo al hotel, me iba diciendo como qle gustaría que me vistiera, cosa que me empezó a calentar, porque hablaba de vestidos y faldas muy cortas, shorts, para que me vieran las piernas. También me dijo que quería que fuéramos con un doctor para que me recetara hormonas y que me operara para no tener pene y tener senos grandes. Al llegar al hotel, desde que pago el cuarto me metió un dedo y así me llevó hasta la cama. 

         Ya en el cuarto nos abrazamos y nos besamos, me agarró las nalgas y poco a poco se quitó el pantalón y me puse de rodillas para mamarle la verga, él me agarraba la cabeza y me la empujaba hacia su verga, diciéndome “así así putita así”. Luego me levanto y me agarró las nalgas y me puso sobre la cama, en posición de perra y él me lubricaba y me metió su verga al tiempo que me agarraba las caderas y empujaba. Yo al sentirla grande, erecta, dura, y penetrandome no pude contener el silencio y empecé a gemir y a gritar diciéndole “amor me duele aaaahhh aaaahhhh aaahhhh….”. Y me respondió, “no te preocupes. Te duele pero te va a gustar mucho”. Y siguió metiéndola y sacándola. Luego me volteo y se me subió, puso mis piernas sobre sus hombros y empezó a empujar una y otra y otra vez, y yo volví a gritar y a gemir fuerte: “aaaahhhh aaaaiiii aaaahhhh …..”. Me mordió los pezones y me besó los labios. Yo seguía gritando, se me fueron las fuerzas y también el pensamiento, solo sentía su verga. Luego me dijo, me voy a venir, lo haré dentro de ti para que te comas mis mocos. Yo respondí que sí. Y así fue, se vino y sentí su lechita caliente. Luego me agarró las nalgas y las junto varias veces para que se impregnaran de sus líquidos. Y se acosto arriba de mi. Yo por mi parte, lo abracé y lo bese. No supe porque pero le dije “gracias mi amor” y él me dijo, “mira, hay sangre, te desquinte. Ya eres mía Karla, mi mujer, mi puta, mi hembra y te cogere tanto que necesitarás mi verga para ser feliz. Te gusta”. Y yo respondí “si mi amor como tú quieras”.

          A partir de ese día me volví mujer de Armando y él me acompañó al médico para que me transformara en mujer trans., pero ese será motivo de mi siguiente relato. 

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Una respuesta

  1. helenx

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