Eran las 2:00 am en el Hotel Casino de Taoro en Puerto de la Cruz en la Isla de Tenerife, yo tomaba una copa de champán en la barra del bar tratando de cazar algún guiri con dinero para pasar la noche cuando de repente alguien llamo mi atención…

«Ella» Una pija peninsular de unos 53 años, madurita pero muy bien conservada, rubita, ojos claros, muy delgada…

Estaba borracha dando el espectáculo y jugando Black Jack llamando la atención de todo el casino, perdía partida tras partida y no paraba de pasar la tarjeta de crédito recomprando más fichas, pidiendo copas de vino caro y perdiendo en todas las partidas, cuando se aburrió de perder al Black Jack cambio a la Ruleta Americana y más de lo mismo, jugaba obsesionada creyendo que en algún golpe de suerte recuperaría todo lo perdido a lo largo de la noche, y digo esto porque por la borrachera que llevaba tenía toda la pinta de llevar varias horas jugando y malgastando el dinero…

Ya eran como las 4:00â�¯am yo había mantenido varias conversaciones con tíos sin mucho éxito, pero sin dejar de observarla y de repente vi como ella se acercó a la barra del bar justo al lado de donde yo estaba sentada para pedir la cuenta…

Se acercó borracha y le pidió la cuenta al camarero con actitud chulesca, pija y prepotente:

– Camarero! (Levantando la tarjeta de crédito y ofreciéndosela al camarero para que se cobrara)

El camarero pasó la tarjeta por el datáfono y para su sorpresa exclamo que la tarjeta tenía, «Saldo insuficiente»

Oh-my-god! (Yo tuve que girar mi cara para no reírme en su cara Jijiji)

Ella entró en cólera y nerviosismo empezando a sacar más tarjetas de crédito y visas de su cartera y ninguna tenía saldo. La cara del camarero era un poema, ella suspiraba con acento peninsular y pijo que se trataba de un error… pero en su interior sabia que se le había ido de las manos y se había estallado la pasta a lo largo de la noche.

La vi acercarse a uno de los cajeros automáticos de la sala, supongo que a comprobar el saldo de su tarjeta y observándola a lo lejos vi como se echó las manos a la cabeza y nerviosa se tocaba la frente y sudaba. Recogió sus cosas del cajero y se dirigió al baño…

( Yo tan perra y jurona no pude evitar ir detrás de ella a ver que había ocurrido, jijiji )

Entre al baño y allí estaba; llorando frente al espejo con una crisis de ansiedad.

Le dije: ¿Hola amor, estas bien?

Ella llorando me miró: Con el ticket en la mano donde aparecían los últimos 10 movimientos de su tarjeta y en un desahogo, quizás por la borrachera que llevaba, se sinceró diciéndome que se había gastado 28.000 Euros en toda la noche, todos sus ahorros…

Aguantándome la risa y fingiendo preocupación la abracé y consolé: – Ay, mi amor!!!, tranquila, todo tiene solución… no llores… bla-bla-bla…

Yo que tenía confianza con los camareros y el director del casino la acompañe y medié para que aceptaran que ella firmara un documento donde se hacía responsable de pagar los 2.300 euros que dejó a deber en la barra del bar comprometiéndose a pagarlos en los próximos días… y poder abandonar el casino.

( Oh-my-god!! Imaginaos!! 28.000 en juegos + 2.300 en vino caro = Unos 30.000 Euros en 8 horas… lo que dura una jornada laboral… jijiji )

Ella estaba derrumbada y me decía que tenía que ir a su hotel en Adeje en el otro lado de la isla desde el Puerto de la Cruz a las 5:00â�¯am borracha y sin un solo euro en la cartera…

Ahí fue cuando se me encendió una bombilla en mi cabeza,

– Susurré: Yo te podría llevar, pero tendrías que hacer algo por mí… (acariciando sus mejillas… )

– Me miro tímida y pregunto: ¿A qué te refieres?

– Susurré de nuevo: ¿Te habrás fijado que soy transexual, no es ningún secreto, qué tal si subimos a una habitación del hotel y me pagas el viaje y la gasolina? (Mientras le acariciaba la tela de su tanga… y me acercaba a su boca… )

Ella empezó a llorar sudándole las manos mientras miraba a su alrededor perdida en una isla desconocida a 60 Km de su hotel, sin un duro en la cartera y todo lo que le había sucedido… y agacho la cabeza aceptando quizás por sentirse en deuda conmigo por haber mediado minutos antes para ayudarla. ( Sin saber de mis gustos sexuales y lo que le esperaba… jijiji )

Subimos a una habitación del hotel que me cedió mi amigo el recepcionista, cerré la puerta, la hice desnudarse y firmar un contrato de consentimiento Bdsm donde aceptaba ser mi esclava sexual por esa noche. (Ufff esa perra no sabía en la que se había metido… )

«Yo»: Transexual de 39 años, Pelirroja de piel morena, ojos verdes, 1, 85 de altura, delgada en tacones, lencería negra de encaje con mis 22 centímetros de rabo ajustados dentro de la tanga y perfume de mujer…

«Ella» Una pija peninsular de 53 años pero muy bien conservada, rubita, ojos claros, muy delgada, poco pecho, 1, 55 de altura y no más de 60â�¯kg…

– Saque una correa de perro que llevo en mi bolso siempre que salgo a cazar de noche, la até del cuello, la arrodille en el plato ducha del baño y empecé a mearla en la cara y las tetas, le jalé de la correa y la hice ponerse a 4 patitas para echarle mi meada caliente en su ano y coño meándola de arriba abajo y marcándola como un perro (ufffff esa zorra temblaba y lloraba aun nerviosa y se dejaba usar sin mediar palabra)

– La arrastré por el pasillo de la habitación a 4 patitas hasta la sala, agarré una copa de champán vacia del mueble bar, me agaché en tacones y se la puse entre los labios del coño mientras la besaba con lengua y le susurraba: ¡Mea en la copa, puta!, vamos zorra! ¿No te gustaba jugar? Pues ahora vamos a jugar a mi juego…

Uffff esa madurita humillada y sumisa, empezó a mear en la copa chorreándome los dedos mientras le sujetaba la copa entre sus muslos, espere a que la llenara, la saque, le acerque la copa de champán a su boca y la hice tomarse su propia meada apoyándole la copa en los labios mientras lamia sus mejillas y me reía sádica y perra… (Uffffff Se la tomo completa)

La jalé de la correa paseándola de nuevo como una perra a 4 patitas por la sala, la levante del suelo y apoye su vientre sobre la mesa del comedor con las piernas abiertas, me agache y até con cinta negra sus tobillos a ambas patas de la mesa dejándola completamente expuesta e inmovilizada de cintura para abajo, la tumbé inclinándola hacia delante con su torso sobre la mesa y empecé a darle fustazos en el coño con mi cinturón de cuero…

( Ufffff Imaginaos esa pija madurita delgada y blanca de piel atada de la mesa del comedor, dándole latigazos en las nalgas y fustazos en el coño, marcándole la piel. Así estuve como 20 minutos escuchando como si gritara en medio de un sacrificio cada vez que el cuero golpeaba sus labios del coño y marcaba sus nalgas. )

Agarré una botella de vino blanco afrutado del mueble bar y se la eché por el ano y el coño, uffffff pareciera que sentía alivio del calor que aún emitía su coño tras los fustazos que le había dado con el cinto, le empape bien el coño y me agache para chupárselo saboreando ese rico vino sobre su piel… ufffff delicioso ese vino mezclado con sus fluidos y como se mojaba chorreando por sus muslos…

¡No podía aguantarme más!, me levanté, agarré su pelo haciéndole un moño, tensé su cabeza hacia detrás y le metí mis 22â�¯cm por el coño y empecé a darle polla atada de tobillos sin poder moverse, gritaba como una puta salida, estaba disfrutándolo, apostaría que nunca había estado con ningún tío con la polla tan grande y por su actitud pija de antes apostaría que mucho menos se la había follado como yo lo estaba haciendo, tras varios minutos follándomela escuchando ese coñito chapotear al meterle mi rabo me corrí sin avisarla, pude sentir como se estremeció cuando sintió mi leche caliente y espesa inundarle el coño sin avisarla y empezó a temblar corriéndose a la vez, ufff pude sentir su corrida empaparme la polla y seguí follándomela con ambas corridas mezclándose dentro de su vagina, ufffffff así puta!!!!, vamos!!! Córrete zorra!!! (Jalándole del moño y clavándomela… ) ufffff que rico perra!!! Se la saqué, le limpie el coño con mis dedos y se los hice chupar…

La desaté, nos duchamos, bajamos de la habitación, entregue la llave en recepción y salimos del hotel a las 8:00â�¯am de la mañana rumbo al sur de la isla para dejarla en su Hotel, se dejó dormir en el asiento del copiloto, al llegar la desperté y me dio su teléfono y las gracias, y así fue como me gane una sumisa.

Actualmente, vive y trabaja en la isla y quedamos esporádicamente a escondidas de su marido, quien a día de hoy aún no sabe nada de lo que sucedió esa noche en el casino.

Kendra.