septiembre 12, 2017

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Emputecida y Sumisa Capitulo 7

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Al día siguiente en el trabajo me encontraba más cómoda, ya que por fin había conseguido dormir una noche 8 horas seguidas.

Lo que si me extrañaba que cuando Débora no se iba de juerga conmigo de noche, nunca dormía en casa, decía que se iba a trabajar, Cuando Rubén me la presentó me contó que trabajaba en una revista de modas, pero eso no me cuadraba, no iba a trabajar siempre desde las 10 de la noche hasta las 8 de la mañana, para luego dormir todo el día hasta las 6 de la tarde. De esto me di cuenta cuando me fui a vivir con ella. Investigué sus extractos bancarios, y no tenía nómina de ninguna empresa, sino ingresos que ella hacía en ventanilla o transferencias anónimas. Empecé a sospechar que trabajaba de prostituta de lujo, porque sus ingresos oscilan entre los 7.000 y 8.000 Euros todos los meses.

En estos pensamientos estaba, cuando me llamó mi madre al móvil. Ya se había enterado de mi separación de Fernando, y me dijo que había hablado con él y que no daba crédito a mi conducta, y que quería hablar conmigo para que le contara mi versión. Total que quedé para comer con ella a las 2 en un restaurante próximo a su casa.

Cuando llegué al restaurante, ella ya estaba sentada en una mesa. Cuando me vio me preguntó toda fuera de sí que que me había hecho en la cara. Ella no me veía desde navidades, y claro no sabía lo de mis operaciones de estética.

Estábamos de pie en la mesa y me miró de arriba abajo mientras yo me encendía un cigarro. Mi vestuario no la tranquilizó mucho, pantalón negro muy ajustado que me marcaba todo, zapatos de plataforma, suéter blanco muy ceñido que transparentaba el sujetador beige, y muy ajustado al pecho.

Nos sentamos y empezamos a comer. Me dijo que si me ve por la calle no me conoce, que me había cambiado todo el físico, con más cadera, cintura parecida y más pecho (era el efecto del Wonderbra), por no hablar de la cara, decía que con esos labios parecía una negra y también por el color de mi piel, y es que ya prácticamente pasaba como una chica de color fácilmente, por no hablar de esos pómulos y ese cuello tan subido que me marcaba tanto la barbilla y tan maquillada, con esa ropa. Total se puso medio a llorar diciendo que parecía una golfa.

Cuando estábamos en el postre, me preguntó qué qué me había pasado con Fernando. Le respondí que yo era joven todavía, que me había casado muy joven y que quería vivir un poco la vida y que eso a Fernando le molestaba. Por lo que el sábado me había pegado, le enseñé las marcas de la cara.

Entonces me dijo que Fernando le había contado todo. Que no paraba por casa llegando todos los días tardísimo, que derrochaba el dinero a manos llenas, que ya no es que no me ocupara del niño, sino que ni siquiera lo veía, que sólo pensaba en mí, y que estaba seguro de que le era infiel.

Que mi madre me contara todo aquello era muy duro. Me preguntó si era verdad. Me encendí un cigarro con una sonrisa nerviosa, nunca he sabido mentir a mi madre.

Empecé a darle largas, diciendo que si que era cierto que estaba menos en casa, pero que en parte era por el trabajo y que por supuesto no le era infiel. Mi madre se dio cuenta que estaba mintiendo, y me preguntó que con quien me acostaba. Le respondí que con nadie y que de hecho ahora estaba viviendo con una amiga.

Se puso a llorar porque sabía que estaba mintiendo. Empezó a decir que había intentado ser una buena madre, que me había dado la mejor educación, que me había casado con un buen hombre, formal y de buena familia, que teníamos los dos un buen trabajo, y que no entendía mi cambio de personalidad, como en unos pocos meses había podido tirar todo eso por la borda.

Me propinó una bofetada, ante el asombro de toda la gente que estaba en el restaurante, y me dijo gritando que no me quería volver a ver con todo el dolor de su corazón, a no ser que volviera a ser la de antes. Afirmó que lucharía para que Fernando se quedara con la custodia del niño, que ella le ayudaría a sacarlo adelante. Se levantó de la mesa y se marchó llorando.

Yo me quedé allí sola, y me di cuenta que en una semana había perdido a toda mi familia, mi marido y mi hijo y ahora mis padres que no me querían ni ver. Al menos mi hijo estaría bien atendido ya que mi madre sería buena con él y todavía era joven alrededor de 55 años.

Pagué la cuenta y en el camino al trabajo empecé a llorar, desde luego Rubén y Debora habían conseguido que rompiera todos los lazos con las personas que realmente me querían. Eso les facilitaba el terreno para disponer de mí a su antojo.

Cuando a Debora le comenté lo de mi madre, me dijo que no me preocupara, que no sabían comprenderme, y que desde ahora ella y Rubén serían mi familia. Que cometí un error casándome tan joven pero que todavía podía recuperar el tiempo perdido.

Yo la verdad estaba muy afectada, y como no soy tonta a pesar de que me haya comportado como tal, al dejarme arrastrar por Ruben y Debora hasta un viaje sin retorno, lo que dijo de que serían mi familia no me tranquilizó ni mucho menos.

Estábamos a miércoles, por la tarde en el club le comenté a Gabriela que podíamos quedar el viernes para cenar, y me respondió que sí encantada.

Entonces le dije que todavía era joven y que vestía demasiado clásica, que el viernes la quería más seductora, así que el jueves por la tarde nos fuimos de compras.

Empecé a elegir toda la ropa incluso la íntima pensando en los gustos de Rubén. Me decía que se veía demasiado provocativa, y que era demasiado ajustada (yo siempre la elegía una talla menos de todo, diciéndome que era lo que se llevaba) pero yo la animaba diciendo que le quedaba muy bien. La verdad es que no le quedaba como a mí pero era la típica niñata regordeta.

Gaste 2000 Euros en una tarde ya que le compré de todo, hasta vaqueros. Luego fuimos a la peluquería, le cortaron un poco el pelo hasta los hombros, y le dije que se lo tiñera de negro azabache, que así estaba mucho más juvenil que no con el pelo a mechas.

La verdad es que quedó muy bien, parecía más joven y ella se quedó encantada.

Llegó el viernes por la tarde, yo estaba en casa con Débora ya que me dijo que Rubén me quería ver. Rubén entró al apartamento sin llamar, ya que tenía llaves. Eran las 8:30, Débora estaba todavía acostada y yo estaba viendo la tele, en bragas ya que Debora quería que siempre fuera así vestida en casa.

Cuando vi a Rubén me dio un vuelco el corazón, iba vestido con un blazer azul marino, pantalón crema y barbour verde oscuro. Me levanté del sillón y él se dirigió a mí, se me quedó mirando como si admirara su obra. Me dio un beso en la boca y empezó a tocarme toda, palpando mi ya humedecido sexo por encima de las bragas.

Nos sentamos y me dijo que no me hiciera ilusiones que hasta que no me operara las tetas no sería su modelo de mujer, aunque todo lo demás que me pidió en cuanto a mis cambios físicos y de comportamiento ya lo había conseguido.

Me explicó que Debora ya le había contado todo lo de mi familia, afirmó que mejor así, ya que ahora sería totalmente libre para hacer todo lo que él me pidiera.

Me explicó también que Débora le había contado lo de Gabriela, y que se quería acostar con ella. Que le daba morbo hacerlo con una prima mía, y que hoy se iría a cenar con nosotros. Que yo le presentaría como un amigo, y que para Gabriela yo era una lesbiana, por lo que esa noche él la follaría como hombre y yo como lesbiana. Que nos la traeríamos al apartamento para gozarla los dos.

Yo le pregunté si no me iba a hacer el amor y me contestó que no, hasta que me operara las tetas y terminará mi fase de formación en follar con mujeres. Dijo que como mucho esa noche me dejaría chupársela.

A continuación me invitó a que me arreglara y que me vistiera como una puta para él. Mientras me estaba duchando, no me sentía cómoda con lo que íbamos a hacerle a Gabriela. Rubén me había utilizado para seducirla y luego ponérsela en bandeja.

Mientras me estaba secando con la toalla entró Debora en el baño, se bajó las bragas y empezó a orinar. Cuando terminó me dio un beso y me dijo que lo pasara bien, que ella esta noche trabajaba y que no llegaría hasta muy tarde. Empecé a maquillarme y secarme el pelo, me hice una coleta y me eché espuma, era el peinado más rápido que podía hacerme.

Dejé a Debora duchándose en el baño salí desnuda, y me encontré a Rubén en nuestra habitación, me había dejado en la cama lo que quería que me pusiera.

Pude ver una blusa de gasa negra transparente, una minifalda amarilla chillón, unos panties negros, y un Wonderbra negro pero con punteado blanco rodeando las copas. Me quedé helada, y le dije que si me vestía así me detendrían por escándalo público.

Me contestó que hoy quería exhibirme, y me tiró unas botas de cuero negro que subían hasta la rodilla. Cuando vio que iba a coger unas bragas, me dijo que no se había olvidado de ellas, que con panties no me iban a hacer falta.

Me encendí un cigarro y empecé a vestirme con él delante.

Primero los panties, luego el sujetador, para terminar con la minifalda y la blusa. Me miré al espejo, la falda me llegaba por encima de la mitad de los muslos, era exageradamente corta, me di la vuelta y casi se me veía la parte baja del culo, y era muy baja de caderas.

La blusa dejaba desde una cuarta por encima del ombligo todo el aire y se transparentaba todo el sostén. Hasta ahora yo esa blusa la había utilizado sólo en casa para excitar a mi exmarido. Desde luego era con diferencia la vez que había salido de casa más provocativa. Mi imagen era la de una auténtica putita de lujo.

Me puse las botas y nos fuimos al restaurante. En el camino al coche de Rubén, me di cuenta que a cada movimiento tenía la sensación de que el trasero quedaría al descubierto. El cabrón de Rubén me dijo que me pusiera una cazadora vaquera para asegurarse que quedaba a la vista.

Por otra parte, Gabriela había empezado a fumar esa semana. Se propuso a  fumar 5 cigarros todos los días hasta el viernes, a escondidas claro, pero quería acostumbrarse, le costó un poco pero ya para el viernes fumaba sin toser y se tragaba el humo.

En cuanto a la ropa, me hizo caso y ese dia salio a la universidad vestida como le dije, ya que después en al final de la tarde nos veríamos en un restaurante.  Se puso el wonderbra negro que le compre para ganar una talla de pecho, unas braguitas negras y un pantalón vaquero ajustado pero no bajo de caderas, para disimular tripita. Se puso un suéter rojo ajustado marcando pecho con escote pronunciado, y cortito para que se le viera algo del vientre. Gracias al Wonderbra, el pecho se le quedaba subido y con el efecto del escote parecía una 90 de verdad.

El viernes le contó a mi tía que pasaría la noche en casa de una amiga preparando un examen, así podría no volver a casa hasta el sábado o domingo por la noche después de la clase en la universidad.

Al finalizar las clases, se fue a los baños a maquillarse, con los labios en rojo, y sombra en los ojos, las uñas ya las llevaba pintadas en rojo. El pelo lo llevaba suelto rizado hasta los hombros.

Cogio el coche y fue al restaurant donde quedamos y se sentó a esperar mientras se tomaba un vino blanco.  

Al rato llegamos al restaurante y vimos a Gabriela que nos estaba esperando tomándose un vino blanco y fumándose un cigarro en la barra. Se había puesto uno de los modelitos que la elegí. A mi al entrar todo el mundo se me quedó mirando sobre todo a las tetas.

Cuando vio a Rubén se quedó como cortada. Le expliqué que era un amigo, les presenté y Rubén ya la cogió por detrás y puso la mano en su trasero. Durante toda la cena la estuvo halagando diciendo que era preciosa, que estaba mejor que muchas jovencitas, etc. Yo la verdad me estaba poniendo celosa.

Después de la cena, nos tomamos unas copas en unos pubs cercanos, y a eso de las 2 me dijo que condujera yo hacía una discoteca de las que frecuentan los famosos. Se sentó detrás con ella y empezó a meterla mano, besarla, etc.

Gabriela no era bebedora y ya iba bastante colocada, así que se dejaba aunque le decía que ella no estaba acostumbrada a eso, y que no estaba bien.

Llegamos a la discoteca, y tomamos más copas, menos Rubén que se pedía refrescos como el me dijo para poder follarla luego a conciencia.

Se pusieron juntos en una especie de sillón y empezaron a besarse y Rubén a tocarla por todos los sitios. Ruben me indicó que estorbaba y me dijo que empezara a bailar en la pista. Me quedé horrorizada, cómo iba a bailar con esa ropa, ¿Parecía increíble que me quisiera exhibir así?. Se me quedó mirando con cara de mala leche, así que fui para allá.

Cuando llegué me di cuenta que la luz ultravioleta de la pista hacía que el bordado blanco de las copas del sujetador brillara como una linterna, con lo que se me marcaban todas las tetas. Empecé a bailar con mucha vergüenza.

Las chicas la mayoría pijas me miraban con desprecio, y los chicos no me quitaban ojo. Alguno me metió mano por debajo de la faldita tocándome el sexo por encima de los panties. Yo me la tenía que estar bajando todo el rato porque con el movimiento se me subía.

Después de 20 minutos, Rubén me hizo una seña y volví con ellos, me dijo que ya eran las 4 y que nos íbamos a mi casa para tomar la última copa. Gabriela dijo que tenía que ir al baño. Ruben me hizo una seña para que la acompañara.

Entramos en el baño y vi que Gabriela iba pasadisima de copas, yo iba a orinar en otro WC, pero me tiró del brazo para que entrara con ella. Desde luego aprendía rápido. Se bajó las bragas y me fijé que las tenía empapadas, cuando terminó me puse yo, y se me quedó mirando alucinada porque no llevaba bragas debajo de los panties, y empezó a besarme en la boca mientras orinaba.

Cuando salimos nos metimos en el coche y Rubén también me dijo que condujera. No paraba de meterla mano, yo pensaba que se la tiraría allí mismo. Cuando llegamos me dijo que aparcara el coche que él se subía con Gabriela. Lo aparqué en una plaza libre que había en mi garaje, y a los 10 minutos estaba en casa.

Cuando llegué, estaban ya en la habitación, y Rubén la estaba quitando la ropa ella intentaba resistirse diciéndole que no tomaba la píldora, le rogaba que se pusiera un preservativo, pero Rubén no la contestaba, la dio una bofetada y le dijo que se centrara que iban a pasarlo bien y que a su novio le podían dar por el culo.

La arrancó el suéter y los vaqueros, se quedó sola en bragas y con el sujetador, todo ello negro. Se bajo la cremallera, se sacó la polla y le dijo que empezara a mamársela, ella ya actuaba como un autómata. Gabriela le bajó el pantalón y le quitó el bóxer, y empezó a cumplir las instrucciones que le daba Rubén, para hacerlo bien.

Se reía por su inexperiencia, y le decía que mientras mamaba que le mirara a su cara todo el tiempo.

Le indicó que le lamiera los testículos, un rato manteniendo la verga sujeta con una mano. Después tuvo que pasar la lengua desde los testículos hasta el prepucio lentamente, y luego empezar a mamársela rápido moviendo la cabeza arriba y abajo.

El tamaño de la polla de Rubén, unos 25 cm y muy gruesa, hacia mella en la boca de Gabriela. Se le cansaba la boca de abrirla tanto mientras mamaba, por lo que para descansar le pajeaba arriba y abajo también de vez en cuando, mirándole a la cara y sonriendo. No me podía creer que le estuviera haciendo eso a un tío.

Cuando Rubén notaba que bajaba la intensidad de la mamada la agarraba de la cabeza, y se puede decir que empezó a follarle la boca, diciéndole que la relajara que si no sería peor. Le daban arcadas pero al final ya se iba adaptando a dejarle sitio.

Mientras se la mamaba, también le dijo que con la mano que tenía libre estuviera todo el tiempo masturbándose que la quería mojadita. Gabriela estaba muy excitada.

Cuando Rubén estuvo a punto de correrse en su boca paró, la subió a la cama y poniéndose encima le abrió las piernas y la penetro por el coño.

Por favor, Rubén ponte un condón que me puedo embarazar.

Joder cría de mierda le cortas el rollo a cualquiera, toma pastillas joder!!!!, si es lo que pasa por no joder con mujeres.

Pues a ver si te enteras yo siempre te joderé sin condón, o sea que si no eres gilipollas y quieres que nos sigamos viendo toma pastillas.

Por favor no te corras dentro, de verdad que empezaré a tomar pastillas – Se puso a llorar –.

Y ahora te pones a llorar, joder, me gusta tu coñito por lo apretadito que lo tienes, me da mucho gusto, si nos seguimos viendo no te preocupes que el día que folle con tu novio, como yo te lo habré dilatado no sentirás nada, ja, ja ….. Joder no sigas llorando, ya me salgo del coño. Pero yo me voy a correr dentro de ti descuida.

Se fue al baño y vino con un tarro rojo, me di cuenta que era vaselina, la puso a 4 patas, y empezó a untarle vaselina en el culo, metiendole dos dedos. También se untó en la polla.

Rubén ¿Qué vas a hacer?.

Desvirgarte el culito, el coño casi te lo he desvirgado yo, porque la polla de tu novio debe ser una mierda de pequeña, aunque no me he podido correr dentro, y el culo te lo voy a desvirgar ahora, reina.

Por favor, me vas a destrozar, nunca he practicado sexo anal.

No te preocupes mira te estoy metiendo los dedos, poco a poco con la vaselina y te van entrando. Con mi polla será igual iré poquito a poquito, se buena mi reina – por primera vez me hablaba con cariño y eso me tranquilizó –.

Después de un rato de dilatarla con sus dedos y lubricarle bien el culo, empezó a penetrarla, poco a poco, según iba avanzando me iba doliendo horrores, casi se desmaya, y sangró bastante, a el le dio igual empezó un mete y saca, con el culo ya roto entraba y salía con fuerza, pero se notaba el morbo que le daba entregarse a un hombre de esa forma.

Rubén fue al baño a lavarse, el pene que estaba con mi sangre, y luego yo, me di una ducha, y me miré en el espejo poniéndome de espaldas, el ano lo tenía súper dilatado, y con restos de sangre, me lavé bien en el bidet. El coño igual muy dilatado, pero no me dolía, supongo porque la penetración vaginal es más normal.

Luego volvieron a la habitación y nuevamente se la metió en la boca. Ya ahora se veía con más experiencia como mamaba ese tronco.

Mientras tanto, Rubén me miró, me dijo que me desnudara y que empezara a masturbarme, que me quería bien caliente para luego.

Cuando Rubén ya estaba empalmado la tiro en la cama a 4 patas, la bajó las bragas y se la metió hasta los huevos.

Mientras la follaba, a mi me dijo que la quitara el sostén y que me sentara delante de su cara para que me comiera el coño. Gabriela me lo comía repercutiendo en mi vagina a través de su boca el movimiento de mete y saca que Rubén imprimía en su vagina.

Mientras Rubén se la follaba, le daba azotes en el trasero y le pellizcaba los pezones, la decía que pese a ser chiquilla de clase alta, en la cama se comportaba como una furcia de la peor clase, diciendo que sólo las mujeres muy putas lo hacían tanto con hombres como con mujeres.

No paraba de humillarla con sus palabras, llamándola zorra, puta, que esa forma de tratar a los hombres la tuvo que aprender de su madre, que su novio debió conocerla en un burdel, etc.

Al poco rato Rubén y yo nos corrimos a la vez. Rubén lo hizo dentro del coño de Gabriela, parecía que le daba igual dejarla preñada, mientras yo lo hice en la boca de ella.

Lo que estaba claro es que esa noche la auténtica estrella para Rubén era Gabriela (Aquella noche ni me tocó, sólo me utilizó para limpiarle la polla con mi boca), debía ser el morbo de follarse con ese desprecio a una mujer casada y madura con un par de hijos, supongo que distinto al que yo le causé cuando me sedujo por primera vez en su consulta, porque se supone que conseguir los favores de una casada madura con un tipo rico como esa, sería más difícil que conseguir los míos al ser yo más joven..

Después de la corrida, me obligó a limpiarle la polla con mi boca y a ponérsela de nuevo a punto. Sabía a los jugos vaginales de Gabriela y al semen de Rubén.

De nuevo Rubén volvió a follarse a Gabriela por el culo y empezó el movimiento de mete y saca, mientras yo debajo del cuerpo de Gabriela le lamía únicamente el clítoris, ya que Rubén no quería que la limpiara el semen que había en su vagina con mi lengua.

A los 10 minutos, Rubén se salió del culo de Gabriela, la dio la vuelta para volver a metérsela en la vagina pero por delante y correrse ahí de nuevo.

Cuando se salió de ella, yo volví a limpiarle la polla con la boca. Mientras tanto Rubén le dijo a Gabriela que la semana próxima se iban a ir juntos de vacaciones a Tenerife, que tenía el capricho de vivir con ella como marido y mujer una semana, y que como tal se inscribirían en el hotel pero que primero tenía que darle unas instrucciones.

No estuvo mal este primer polvo. Pero la verdad es que me ponen las tías muy pijas, es decir, tipo niñas de tu edad que van con pantalones bajos de caderas o minis bajas, enseñando tanga, con la tripa al aire, con tops, etc … también me ponen los piercing, en las chicas, al menos uno en la cara, en labios, mentón o nariz, y en el ombligo, también los tatoos, sobre el trasero o la tripa, y por supuesto teñidas de rubia con el pelo liso cortado a capas.

Y por supuesto tu no  cumples nada de esas cosas.

Me gustan las niñas de tu edad que van ya de mujeres con esas pintas que te digo, con el móvil y el paquete de tabaco en la mano, y en cuanto al físico con cintura y cadera al estilo de las modelos Nicky Minaj o las Cardashian, pero con mucho pecho. Ves a tu prima como ha cambiado para bien? A partir de ahora ella va a ser tu tutora si quieres seguir viendome obviamente. Ya ves como la perra de tu prima ha decidido cambiar su vida para otra mejor y ella te puede decir mejor que yo, lo mucho que ha disfrutado su nuevo estilo de vida, verdad que si Merche?

Si cariño, me ha encantado el cambio.

Y gabriela le comenta que para que le siente bien esa ropa tendría que adelgazar. Rubén le dijo que le iba a recetar las mismas hormonas que tomaba yo y que de momento no estaba mal el peso pero que no siguiera subiendo kilos. Que las pastillas le iban a redistribuir la grasa en caderas y cintura mas no en pecho pero que de momento durante los tres primeros meses de tomar las pastillas la evaluaria.

Le dijo que de momento no rompiera con su novio, y que el se la follaria cuando quisiera,  y eso si, que fuera muy puta y caprichosa con su novio, que lo caliente pero que no te folle, que al final sea él el que te deje preciosa. Quiero que tontees con los chicos, de tu edad, para que seas consciente de lo que una mujer puede hacer con su cuerpo, y si te lías con otros mejor.

La dijo que le contara a su novio que se iba con su prima, para que no sospechara nada. Gabriela le respondió afirmativamente, supongo que porque estaba bajo esa influencia que Rubén ejerce en todas las mujeres, pero le rogó que a partir de ahora se pusiera condón que no quería quedarse en estado. El ni la contestó.

Rubén y Gabriela se vistieron, a ella no la dejó lavarse, ya que le daba morbo que fuera a su casa con el coño lleno de su semen. Gabriela se quedó conmigo ya que por Peticion de Ruben me dijo que mañana mismo empezara con los cambios fisicos que el me enviaria por movil lo que habia que hacer a Gabriela porque teniamos que irnos preparando para el verano, porque iba a usarnos como le diera la gana y por supuesto que queria a Gabriela con los cambios que pedia para llevarsela la proxima semana a Tenerife

Me di una ducha y nos acostamos a eso de las 7. Debora no llegó hasta las 8. Le conté lo de Mario y Gabriela.

Debora me dijo que Rubén tenía una gran fantasía y que sus fantasías sexuales las hacía siempre realidad. Me contó que trataría a Gabriela como a su mujer esa semana de cara a la gente, aunque eso sí exhibiéndose por todos los sitios, y tratándola como a una puta en la cama.

Yo le conté a Débora que estaba un poco celosa, le pregunté si Rubén no se había encaprichado de Gabriela y ya no me haría caso.

Me contestó que Gabriela era para Rubén un rollo de varios días, pero que yo era como su creación, y que para mí tenía pensadas grandes cosas. Que el no se molestaría tanto por mi evolución, ni la obligaría a ella a estar pendiente de mí hasta el punto de ponernos a vivir juntas, si no fuera porque pensara disponer de mí durante un periodo de tiempo prolongado.

Continuará.

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2 respuestas

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