Desde siempre me atrajeron los hombres maduros, cuanto más viejos más me atraen,siempre fantaseaba con tipos desconocídos, con los padres de mis amigos, con los amigos de mi papá, hasta que una noche estaba muy caliente y me decidí a buscar un hombre en la calle, me puse un short cortito y salí a caminar por el barrio, en la zona sur de Buenos Aires, era casi la medianoche, a los lejos veo venir un hombre de unos 55 años, lo saludé y el tipo se dió vuelta y me miró, yo me levanté el short dejando la mitad de mi cola a su vista, se volvió y yo empecé a temblar, mitad de deseo y mitad de miedo, el tipo se dió cuenta y me preguntó si ya me habían cojido, yo le dije que no y él me dijo que no tenga miedo, que me iba a cuidar, yo me dí vuelta y me apoyé en la pared levantando la cola y ofreciéndosela, totalmente regalada, él me manoseaba la cola y con un dedo me tocaba el agujero, palpitante y húmedo, la vereda era oscura, con el pasto alto y árboles, me dijo que me dé vuelta y arrodille, cuando giré vi que ya tenía la pija afuera, mediana y hermosa cómo siempre había fantaseado, me la puse despacio en la boca, saboreando la pija y también el momento, él gemía y yo se la lamía y chupaba toda, huevos, tronco y cabeza, él me agarraba la cabeza y empujaba su pija hasta mi garganta, me la sacó de la boca y me dijo que me apoye contra la pared, ampezó a lamerme y chuparme la cola y cuando me pasaba la lengua por el agujero yo volaba de gozo, disfrute y placer, yo levanté la cola y él me agarró de la cintura y me acomodó para ponermelá, para cojerme, me la puso despacio y suave, yo sentía cada centímetro de su pija adentro mío, empezó a cojerme y yo deliraba de placer, mi fantasía se hacía realidad, gemía, hablaba, casi gritaba y empecé a acabar, él se dió cuenta y me dijo que era una putita increíble, empezó a gemír y a acabar mientras me agarraba fuerte mis tetítas, gritó de placer y sentí su leche, líquida y caliente, adentro mío, él empujaba y yo recibía toda su leche, cuando me la sacó sentí su leche cayendo por mis piernas, giré y me arrodillé, se la empecé a chupar y sentír el sabor de su sémen, él me miraba y yo le limpiaba bien la pija con la boca y tragaba su leche, él me dijo putita cómo te llamás? y después de tragar la última gota de su leche le dije mi nombre secreto, me llamo Vanesa…