Por

Anónimo

mayo 20, 2015

5280 Vistas

mayo 20, 2015

5280 Vistas

Mi madrastra

0
(0)

Una noche de sábado mi papá se había ido de viaje de negocios. Mi madrastra llamó al delivery para que nos traigan pizza y nosotras esperamos mientras veíamos la televisión. Después de comer, mi madrastra Clara decidió poner una película. Revisó todos los canales, pero no había nada, así que dejó el canal porno para reírnos un rato de los orgasmos fingidos. La película era lésbica. Al principio estuvo todo normal, nos burlábamos y les hacíamos burla, pero poco a poco el ambiente fue cambiando.

Ella se movía hacia todos lados, notablemente incómoda. Se cruzaba de piernas y las volvía a abrir. En un momento no logré apartar mi vista de su escote, al no tener corpiño puesto sus pezones se marcaban y parecían a punto de explotar. No pude evitar mojarme, ya estaba caliente y la película no hacía más que incrementar mis deseos. Clara me miró y dijo «Voy a pasar al baño». Se levantó y se fue. Decidí seguirla. Pasé por la puerta del baño pero estaba abierta, así que no había nadie. La puerta de su cuarto estaba entreabierta, y me asomé. La escena que vi me hizo sonrojar. Mi madrastra mirándose al espejo sin su blusa, tocando sus pechos bien parados y grandes y haciendo poses. Estaba a punto de irme cuando me invitó a entrar, ya me había visto.

Sin decir palabra, se acercó y me besó. Rozó su lengua con la mía y gemí. Dirigí mis manos a sus tetas y las apreté, estaban demasiado duras y me hizo excitar más. Yo sentía mis pezones pidiendo salir, listos para ser liberados. Mi clítoris latía desenfrenadamente, pero me aguanté. Ella me quitó la camisa y la tiró lejos, observó mis pechos aún cubiertos con el sostén. Eran más pequeños que los suyos, pero aún así eran grandes y firmes. Me sacó el corpiño y, como supuse, mis pezones saltaron al aire, duros como roca y puntiagudos. Lo siguiente fue su lengua sobre mi pecho, con una mano pellizcaba mi pezón izquierdo mientras lamía y estiraba el derecho. Yo apreté sus muslos y la atraje hacia mí. La tiré a la cama, presa de la excitación. Le bajé sus pantalones y descubrí su braga muy mojada. Tenía un culo hermoso, redondo y parado, lo mordí y ella gimió. Despacio le saqué su bombacha. Tenía la vagina completamente depilada, por lo que se veía aún más como le brillaba el flujo en su interior. Cuando metí mi dedo adentro de ella se sacudió con velocidad. La detuve, todavía no quería que llegara al orgasmo. Acerque mi boca a su entrada y le metí la lengua. Luego le di besos en el clítoris, lo chupe y estiré con lentitud, ella no dejaba de mover sus caderas. Me separé y ella se abrió más, para que siga y gimió cuando vio que me alejé. Me saqué rápido mi ropa interior, ya quería estar completamente desnuda. Mis flujos resbalaban por mis muslos y sentía la zona caliente. Me subí hasta sus pechos y comencé a rozar mi clítoris con su pezón, cabalgando sin parar. Cuando sentía que estaba por correrme paré. Me levanté y vi como quedó mojado el pecho de ella. Lamí todo y chupe sus pezones. Ella se retorcía como loca. Me senté sobre su rostro, de modo que ella pudiera chupar mi conchita. Y lo hizo. Parecía experta, sentía como su lengua entraba y salía de mí interior y recorría mi clítoris y en ocasiones la entrada de mi ano. Empecé a moverme de arriba hacia abajo, no aguantaba más. Pegué más mi vagina contra su boca mientras me apretaba los pechos. Grité y dije malas palabras hasta que me vine. Mi madrastra se tomó hasta la última gota de mis jugos. Tenía que recompensarla después de este gran orgasmo. Bajé hacia su abertura y la chupe sin piedad. Metí hasta tres dedos dentro de ella, mientras no dejaba de lamer su clítoris. Sus movimientos aceleraban todo lo que hacía, movía su cintura en círculos o de arriba abajo. Gimió y vi como expulsaba con rapidez más fluidos y se movía con más velocidad. Aún sabiendo que ya había tenido un orgasmo seguí haciendo lo mío y tuvo otro más cinco minutos después. Sus piernas temblaban de placer y se acariciaba los pechos. Yo a esa altura volvía a estar mojada y necesitaba algo de nuevo. Ella lo sabía. Revisó en un cajón y sacó un consolador largo, de dos puntas. Lo chupamos como si fuese un pene y luego nos acostamos enfrentadas. Ella metió con facilidad mi parte dentro mío, ya que se deslizó sin problemas. Su mitad también entró rápido. Quedaba poco espacio, que se fue perdiendo a medida que comenzamos a movernos. Era tal la penetracion que lográbamos rozar nuestras vaginas al acercarnos y no sólo estábamos penetradas, sino que comenzamos a hacer una tijera, sin separarnos, sintiendo esa verga adentro nuestro. Perdí la cuenta de cuantos orgasmos alcanzamos con esa postura. Al terminar estabamos sudadas, temblando, respirando con agitación y las sábanas mojadas por todos nuestros fluidos. Nos bañamos juntas, donde hicimos un estupendo 69 debajo de la ducha. Ella prometió que lo íbamos a seguir haciendo, pero que la próxima vez íbamos a jugar con una verga de verdad…


¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

2 respuestas

  1. nindery

    Estоу cоmplеtаmente dеsnudо. ¿Quiеrе ver una imаgen? – http://analsex4.fun

  2. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

Ni la primera, ni la última vez.

anonimo

16/08/2012

Ni la primera, ni la última vez.

Con confianza y alegria

anonimo

26/10/2024

Con confianza y alegria

SI, ESA ES MI VAGINA, Y ESOS SON MIS SENOS

isabela

14/07/2015

SI, ESA ES MI VAGINA, Y ESOS SON MIS SENOS
Scroll al inicio