Caminaba con una amiga en una montaña cuando aparecieron 3 3 hombres negros enormes y nos amenazaron con cuchillos, haciendonos salir del camino. Dos de ellos desnudaron a mi amiga Laura, quien quedó desnuda. Se veía magnífica, aquella chica de 16 años era una Venus. Rubia, bello rostro, cuerpo perfecto. El hombre que me sujetaba me ordeno desvestirme, y así lo hice, los otros dos hombres manoseaban lujuriosamente a Laura. Verla así, sometida, me excitó mucho. Al ver mi pene erecto uno de ellos dijo: ¿Quieres cogertela? Rogue que nos soltaran, entonces el hombre que me sujetaba me puso un cuchillo filoso en las bolas y me dijo: «Si no te la coges, te capo». Miré a Laura y vi que se tranquilizaba un poco. Me monté sobre ella y uno de los hombres derramó mucho lubricante en su vagina. Al colocar mi pene en sus labios vaginales me susurró al oido. Soy Virgen. La penetre y ella dió un gemido. Empoece a cogermela. Sentí caer algo baboso en mi trasero y montandose sobre mi me penetro de un golpe. Di un grito de dolor, creí que moriría, pero empezó a moverse y pronto los tres nos movíamos eroticamente. Eyaculé dentro de Laura, y aquel hombre en mi. Desde ese momento fuimos gozados a placer por aquellos hombres. Por tres días fuimos sus esclavos sexuales. Veía como esos dos hombres usaban a Laura, y ella veía como el otro me disfrutaba a mi.

Al volver dijimos que nos habían secuestrado, pero nunca hablamos de la violación. Laura quedo preñada y dije que era mío, pero en su vientre había un chico negro. Laura se fue de la ciudad. Empecé a buscar chicas para olvidar, pero no podía, y solo me excitaba al ver a un hombre negro. Acepté aquella condición y hoy soy la hembrita de un obrero negro poco culto, pero muy ardiente