Tenía 17 años y era virgen, pero deseaba probar el sexo, pues mis amigas hablaban de lo divino y maravilloso que era. Esther, una amiga me invitó una tarde a su casa y me mostró una película porno, donde una rubia parecida a mi, copulaba lujuriosamente con un negro. Ese fin de semana fuimos a un pueblo de la costa y bailamos tambores, coqueteé con un hombre negro, pero más allá de un manoseo y unos besos apasionados, no llegó. Esther si tuvo sexo con su levante y esa noche casi no dormí escuchando lo maravilloso que había sido. Al llegar a mi casa ese domingo me masturbé recordando como me hizo tocar el negro su virilidad y quedé muy excitada.

Quería volver al pueblito de la costa, pero mis padres no me dejaron.

Mis padres son jugadores y ese sábado fueron a jugar, llegando el domingo por la mañana. Mi madre me despertó y llevó a la ducha. No entendía que ocurría, pero ella fue firme y me baño, depiló completamente, secó el pelo, y maquilló muy bien, pidiendome luego que la ayudara.

Al salir del baño me llevó desnuda a la sala, allí vi a mi padre sentado con 2 hombres negros, y otros 2 parados con armas en la mano. Uno de los hombres que hablaba con mi papá lo había conocido hacía dos años, era también un jugador y un pervertido. En una fiesta me acorraló en el jardín de la casa y me tocó libidinosamente y me dijo que un día iba a preñarme.

Al vernos todos se levantaron y mamá me dijo: Martha, perdimos todo en el juego. La casa, el carro, nuestros ahorros, todo. Pero tu puedes ayudarnos, si tienes sexo con Mikel, nos perdonará la deuda, en realidad ambas tendremos que complacer a estos hombres, yo seré la primera y asi tu aprenderás.

Dos de los hombres se desnudaron y se acercaron a mamá y empezaron a besarla y manosearla. Para mi sorpresa, vi como mi madre respondía a sus caricias, y pronto copulaba con uno, luego con otro, y finalmente otro de los negros se desnudó y empezó a hacerle el amor con lujuria. Mi madre gemía como una loca, y aquellos hombres se la cogían por todos lados. Ver esta escena me excitó, el negro libidinoso empezó a tocarme y desnudarse. Sentí su sexo erecto sobre mis nalgas y eso me excitó más.

El hombre me recostó en el sofá donde mi madre había tirado con los negros y empezo a besarme y manosearme, gemí de placer y Mikel empezó a lamer mi vagina, fue una sensación maravillosa, y no pude reprimir otro gemido, el hombre se irgió colocando su pene en mi vagina, le dije que era virgen, y el me miró a los ojos y me dijo que eso no duraría mucho.

Sentí su sexo hundirse en mi vagina y di un gritico de dolor al perder mi virginidad, y su enorme pene se hundió en mi cuerpo hasta la base. Al empezar a moverse, tuve un orgasmo intenso que no pude reprimir, y luego otro, justo cuando el eyaculaba dentro de mi, y me abracé a el llorando de verguenza y deseo. Poco después me montaba por segunda vez, mientras lo hacía vi a mi madre siendo penetrada por los otros tres negros al mismo tiempo. Parecía una diosa lujuriosa, satisfaciendo tres machos al mismo tiempo por su vagina, su boca, y su ano. Mi padre se masturbaba mirándonos. Eso me volvió loca de lujuria y tuve un orgasmo increible. Al separarnos Mikel me dijo: Muñeca voy a preñarte, vas a darme un hijo. Me fui a bañar con el y al volver a la sala, los hombres se vestían. Mi madre me miró y me dijo: Mi cielo, desde hoy vas a vivir con Mikel, vas a darle hijos, serás su mujer. Yo estaba paralizada, y pregunté por qué, entonces me dijo que al casarme con el seríamos familia y no se cobraría la deuda. Mikel me llevó a una camioneta y en el camino a su casa volvió a poseerme. Iba totalmente desnuda.

No volví al colegio y 9 meses después daba a luz a Mikel Jr. Me convertí en la hembra de Mikel, como el gusta llamarme. Le encanta mostrar lo bien dotado que está cuando vamos a la playa, me hace vestir muy provocativamente, y me trata como a una cualquiera en la calle y en la cama. Mi cuerpo sigue hermoso a pesar de que le he dado ya tres hijos, dos varnos y una niña.