Por

Anónimo

agosto 13, 2024

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MIS HERMANOS Y MI PADRE

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Somos pobres en casa, tenemos 3 habitaciones, más el baño. En una duermen mis padres, la otra es el comedor y cocina, y la habitación donde dormimos mis dos hermanos mayores y yo, hay una sola cama para los 3 tenemos que dormir muy apegados. Cuando todo empezó, mi hermano mayor tenía una chica con la que andaba, él tenía 25 y la chica era un poco menor, sin embargo, los padres de la niña no les gustaba mi hermano para pareja o marido, así es que tenían muy poco tiempo para verse a escondidas. Una noche llegó mi hermano mayor y se acostó como siempre, yo estaba entre él y mi otro hermano. Yo desde pequeño que sentía atracción por los hombres, pero lo ocultaba lo más que podía, me iba a un cerro detrás de la casa, para masturbarme mucho y fantasear con machos. Mi hermano se pegó a mí, yo no estaba durmiendo, pero no quería que se diera cuenta que me estaba tocando antes que llegara, así es que fingí estar dormido. Me volví hacia el lado de mi otro hermano, para que no se diera cuenta que tenía el pene erecto, mi culo quedó pegado a él. Tengo el culo grande, me doy cuenta que a veces me miran, me da vergüenza, pero me calienta mucho saber que un hombre me mira con deseos. Pasó un rato y de repente noté que mi hermanito se pegaba más a mí, mi corazón dio un vuelco al notar que su pene estaba duro y se pegaba más a mis nalgas, se me pasaron un sin fin de cosas por la cabeza, era mi hermano! y tenía novia! sin embargo mi cuerpo me traicionó y en vez de tratar de apartarme me pegué más aún, la calentura me invadió sin dejarme entrar en razón, quería seguir así fingiendo estar dormido, a la vez mi cuerpo quería que notara mi calentura, sentí por primera vez en la vida que mi culo estaba desesperado por ser tocado, sentí una sensación indescriptible en mi agujero, unas ansias locas de sentir un miembro entrar ahí, estaba mal. Mi hermano también se pegó más a mí y su verga quedó justo entre mi nalgas, yo temblaba, sentí que muy despacio mi hermano comenzó a mover su verga, respiraba con dificultad, yo me mordí un dedo para no gemir, los movimientos de mi hermano se hicieron más rápidos. Yo quería que me metiera mano, que me bajara el calzoncillo y me tocara todo y me metiera su verga hasta el fondo. Mi hermano trataba de no hacer ruido, pero cada vez se movía más rápido, podía sentir toda su verga restregando mi culo sobre el calzoncillo. No sabía que hacer, cómo darle indicios que aquello me estaba gustando mucho, mi calzoncillo estaba mojado por el precum de mi hermano y por delante por mi propio líquido. De pronto se comenzó a mover mucho más rápido, como si no le importara nada ya y llegó un momento en que sentí un gemido y al mismo tiempo mi calzoncillo se empapó de su leche, se quedó quieto un rato en la misma posición y lego se volvió hacia el otro lado.

A la mañana siguiente cuando me levanté me di cuenta que aún tenía el calzoncillo mojado con algo pegajoso, me metí al baño y me di cuenta que era el semen de mi hermano, recién ahí me pude pajear como loco, acerqué mi calzoncillo a mi boca y pasé la lengua por restos de la leche que quedaba pegada, ese fue mi primera probada de semen.

Cuando terminamos de trabajar con papá nos fuimos a casa, mi hermano mayor estaba como ausente, me esquivaba la mirada, no respondía cuando le hablaba o sólo lo hacía con monosílabos, sin duda tenía vergüenza por lo lo ocurrido la noche anterior, sin embargo para mí era distinto, sentía que lo ocurrido había sido mágico, no me importaba que fuera mi hermano, lo único que me importaba era como conseguir que siguiera pasando y que mi otro hermano no se diera cuenta.

No se dieron las cosas como esperaba, la noche siguiente y las otras noches mi hermano mayor cambió de lugar con mi otro hermano y apenas se acostó se dio vuelta hacia la pared, mi otro hermano apenas llegaba a la cama se dormía, y ahí estaba yo con las ganas tremendas de que mi hermano mayor me hiciera lo mismo que la otra vez.  Después de una semana sin cambio pensé que ya estaba todo perdido, él casi ni me hablaba y apenas nos acostábamos se giraba hacia la pared. Para felicidad mía llegó un sábado y mi hermano se arregló lo mejor que pudo para salir a juntarse con su enamorada. Cerca de la medianoche llegó al dormitorio, yo estaba despierto como todas las noches esperando que pasara algo. Se acostó, pero mi otro hermano se había acostado en el lugar que daba hacia la pared, por lo tanto Esteban nuevamente tuvo que acostarse en el lugar de siempre. Yo estaba durmiendo boca arriba, pero cuando él se acostó me di vueltas y me pegué a su cuerpo, él trató de alejarse, pero no había mucho espacio, así es que igual quedé con mis nalgas pegadas a su cuerpo. Esteban estaba boca arriba, luego se volvió contra mí por lo que  quedó su trasero chocando con el mío, nuevamente lo di todo por perdido, pero después de un rato él volvió a ponerse boca arriba, parecía que luchaba contra algo, después de un rato en esa posición se volvió hacia mí y sentí su miembro nuevamente, estaba erecto, Esteban se puso las manos sobre el calzoncillo como protegiendo se verga de mí, sin embargo, no pudo contenerse tanto tiempo, sacó sus manos y se apretó contra mí, sentí el calor de su miembro, su extensión, se retiraba como intentando alejar los demonios, pero, al igual que a mí el deseo nos acorralaba. Volvió a poner su pene justo en medio de mis nalgas cubiertas por el calzoncillo. Esta vez quería que se diera cuenta que yo quería que pasara y me pegué a él, mi culo aprisionó su verga, nuevamente se separó, seguramente se dio cuenta que yo me había movido, no me importó, me volví a pegar a él, se dio por vencido y arrimó su verga a mi culo, comenzó a moverse, yo pegado a él, ambos nos dábamos cuenta lo que pasaba, yo pasé mi mano hacia atrás y sin recato alguno deslicé mi calzoncillo quedando con casi todas las nalgas al descubierto. Esteban sacó su miembro y por primera vez en mi vida sentí una verga caliente, húmeda, dura, hermosa tocar mi culo hambriento, no pude evitar gemir, temí que mi otro hermano se hubiese dado cuenta, ambos nos quedamos paralizados un momento, pero mi hermano Fernando no dio señales de haber despertado. Esteban sabía que yo estaba despierto, así es que ya no había nada que simular. Mi mano cogió su miembro, lo acaricié estuve a punto de darme vuelta, esconderme entre los cobertores y cubrirlo a besos y luego meterlo en mi boca hasta la raíz como tantas veces había soñado. Sin embargo, eso era imposible me hermano Fernando ahí hubiese despertado y habríamos tenido problemas. Suavemente lo guíe hasta la entrada a mi agujero, mientras lo masturbaba, sentí como su precum bañaba mi culo, estaba desesperado, con mi otra mano me pajeaba tratando de no despertar a Fernando. Esteban se movía, yo quería que me penetrara, pero no se podía, así es que lo pajeé lo más que pude y él lanzó chorros de leche a la entrada de mi agujero, me sentí en medio de la locura, yo también me corrí, esparcí la leche de mi hermano sobre mis nalgas, luego el retiro su pene, se volvió hacia el otro lado.

Pasaron dos días y mi hermano Esteban volvió a lo mismo, dormía en el costado de la pared y no me hablaba. Una tarde mientras mis padres con Fernando habían ido a casa de mi abuela, me dijo:

-: Yo no soy maricón y menos de esos que tienen cosas con familiares, esos son degenerados, así es que nunca más quiero que hagas lo que hiciste la otra noche o le voy a decir a nuestros padres para que te echen de la casa. Ese día yo me quedé caliente porque mi novia no quiere tener sexo conmigo, pero no soy maricón.

Yo me quedé helado, no supe que decir, sólo atiné a salir de casa, me fui al cerro, yo tampoco quería ser degenerado, lo único que quería era conocer el placer de un macho y allí donde vivimos alejado de todo, no tenía futuro.

Llegó el cumpleaños de Esteban, hicieron una fiesta pequeña, los abuelos, mis padres Fernando y yo. Esteban estaba triste, nos contó que había terminado con su novia, estaba tomando más de la cuenta. Papá le dijo que parara y se fuera a dormir. Los abuelos se fueron a su casa y se llevaron a Fernando para que los acompañara y se quedara a alojar en su casa.

Nos fuimos todos a dormir. Esteban estaba acostado, me metí a la cama y me corrí hacia la pared, no quería tener problemas. Estaba así cuando siento que Esteban se acerca a mí, intenté alejarme, me dio miedo, tal vez, está tratando de ver que hago y luego me pega si intento algo, pensé. Sentí que se acercaba aún más hasta quedar pegado a mí, yo temblaba, ya estaba caliente, pero también con miedo, de pronto él tomó mi mano y la llevó a su miembro, lo tenía fuera del calzoncillo, estaba tan erecto, tan duro, tan hermoso. Sin mediar palabra me metí entre las sábanas y como en un sueño hecho realidad empecé a disfrutar aquel mástil con mi boca, lo besé, lo arrullé entre mis labios, lo llené de saliva y aunque nunca había hecho algo así, me guiaba el instinto, el deseo, el placer de tener lo que se anhela. Luego subí por su pecho, mi hermano no decía nada sólo gemía, no dijo nada cuando mis labios se posaron sobre los suyos, lo besé, él se retiró, pero volví a intentarlo y lo besé nuevamente, esta vez hubo respuesta y nos fundimos en un apasionado beso. Me monté sobre él, tomé su erecto pene y comencé a tratar de meterlo en mi agujero que lo esperaba ansioso, costó y dolió, pero cuando ya estuvo dentro no paré hasta que sus testículos tocaran mis nalgas, lo tenía enterrado hasta la raíz y nuevamente guiado sólo por el deseo, sin saber cómo se hacía comencé a moverme, a cabalgar a mi hermano, la expresión de su rostro me hizo saber que estaba gozando y mi gozo era aún mayor gemí sin pudor, nos besamos una y otra vez, le dije que se corriera dentro mío y él me llenó de leche mi culo mientras yo acababa sobre su estómago. Esa noche casi no dormimos, me llenó por dentro 3 veces y otras 2 veces se corrió en mi boca.

Mi hermano se convirtió en mi macho, en el momento que teníamos y podíamos los dedicábamos a darnos placer. Un día en que creímos estar solos en casa, en el comedor me arrodillé  y mamé con tango gusto su verga, estaba por correrse cuando entra Fernando, se quedó pálido con lo que vio, Esteban trató de subirse el pantalón, pero yo había escogido el camino del placer hacía rato, así es que no solté su miembro, lo atraje con fuerza hacia mí y seguí mamando, Fernando no decía nada, sólo miraba cómo me engullía ese pedazo de carne caliente, me lo tragaba entero y luego lo sacaba, mamaba sus testículos, hasta que Esteban no aguantó más y dando un gemido se corrió dentro de mi boca, miré a Fernando mostrándole la leche en mis labios. Me puse de pie y besé a Esteban.

Esa noche no ocultamos ante Fernando lo que pasaba entre nosotros, incluso dejamos la luz encendida, Fernando miraba como nos entregábamos al placer Esteban y yo, vio como la verga de Esteban se perdía entre mis nalgas. Se vio sobrepasado por el placer y sacó su miembro mientras nos miraba, su verga era un poco más pequeña que la de Esteban, pero más gruesa, sin pensarlo comencé a pajearlo mientras montaba Esteban. Fernando se puso de pie sobre la cama y acercó su pedazo de carne caliente a mi boca, lo engullí inmediatamente, todo, completo, aunque era grueso hice un esfuerzo sobrehumano para tragármelo entero, estaba siendo penetrado por el culo y la boca por mis dos hermanos, me sentí feliz. El primero en correrse fue Fernando que inundó mi boca con su leche caliente, era mucha y muy rica, intenté tragarla toda, pero parte de su leche fue a dar a la cara y labios de Esteban que con su lengua la tragó. Luego se corrió Esteban dentro de mí y finalmente entre Fernando y Esteban me hicieron correrme entre sus manos. Pasó un rato y Fernando me hizo notar que quería mis nalgas, se las di, su miembro llenó mi interior, Esteban se acomodó de tal forma que quedó por debajo de nosotros y chupaba mi culo y sacaba la verga de Fernando y la chupaba con ansias luego la volvía a meter en mi agujero, así hasta que se corrió Fernando, Esteban recogió parte de la leche de su hermano y la llevó a mi boca, luego él tomó posesión de mi culo mientras Fernando me chupaba la verga, nos corrimos juntos, yo con el culo lleno de semen de Esteban y Fernando con su boca llena de mi leche. Nos dormimos.

Los tres hermanos andábamos juntos a todos lados, y apenas llegaba la noche nos retirábamos a dormir, en realidad era a gozar de nuestros cuerpos sin culpa alguna, nos dedicábamos gran parte de la noche a darnos y recibir placer, con ellos conocí la doble penetración, me encantaba tenerlos a ambos dentro mío y que me llenaran de semen, me chorreaba el semen por mis piernas desde mi agujero abierto.

Un día salimos a caminar con papá porque quería hablar conmigo, sin muchos rodeos me dijo que sabía lo que ocurría entre mis hermanos y yo, nos descubrió por una rendija en la puerta, mamá no tenía idea de eso. Pensé que se venían las penas del infierno, pero papá me dijo que lo que hacíamos lo ponía muy caliente, que había retornado el deseo sexual en él, porque hacía mucho tiempo que no tenía sexo con mamá, pensaba que su vida sexual ya había concluido, pero desde que nos vio gozar tanto entre nosotros que su verga recobró la vida. Cada noche esperaba que mamá se durmiera para acercarse a nuestra habitación y desde su escondite ver como sus tres hijos se entregaban al sexo, se masturbaba dos incluso hasta tres veces mirando lo que hacíamos. Yo estaba pasmado no sabía que decirle, papá me dijo que quería participar de nuestros juegos.

Les conté a mis hermanos todo lo que hablé con papá y ellos estuvieron de acuerdo. Papá después del trabajo pasó a una farmacia, compró unas pastillas para dormir y cuando preparó un té para mamá le puso una pastilla, antes de terminar el té mamá dio señales de tener mucho sueño y se fue a dormir. Yo estaba muy excitado con lo que pudiese ocurrir, y cuando papá volvió al comedor para decirnos que mamá se había quedado dormida, sin más me acerqué y le tomé la verga sobre el pantalón, mis hermanos se acercaron y les desabroché el pantalón a los tres, me arrodillé en el piso del comedor y fui mamando una a una esas tres vergas, me asombró la verga de papá era más grande y gruesa que la de mis hermanos, lo que produjo mucha calentura en mí, sentí mi culo desesperado por tragarse ese palo, mi padre se sentó en una silla y yo me senté sobre él, me fui introduciendo cada centímetro de esa verga hasta llenarme por completo mientras chupaba a Fernando y Esteban, ellos se besaban, mientras chupaba la verga de Esteban acerqué el miembro de Fernando que goteaba, a la boca de papá, lo pasé por sus labios y luego él abrió la boca tragando la verga de uno de sus hijos. Los cuatro, sin proponérnoslo nos corrimos juntos, yo mientras mi papá me pajeaba, Esteban en mi boca, Fernando en la boca de papá, papá en mi culo, con papá dejamos limpias las vergas de Esteban y Fernando, y ambos limpiaron con sus lenguas mi culo comiendo los restos de semen de papá.

Papá insistió en que mamá se fuera a pasar unos días a la casa de la abuela, nosotros también le insistimos, nosotros nos arreglaríamos con las cosas de casa, al final mamá estuvo de acuerdo y se fue a casa de la abuela por más de una semana.

Sin mamá en casa nos dedicamos a la perversión misma, después del trabajo andábamos por casa desnudos completamente, en cualquier momento estábamos chupándonos o abriendo las nalgas para uno u otros, papá recuperó la energía sexual perdida.

Un día estando en el trabajo dos compañeros de trabajo comenzaron a hacer bromas respecto de mis nalgas y yo sin más me bajé el pantalón y se las enseñé, uno de ellos me dio una palmada, luego el otro, papá estaba ahí y mis hermanos, entonces papá les dice a los compañeros.

 :- Por que no van a casa después del trabajo, nos tomamos unas cervezas y conversamos,

yo agregué:

:-  Capaz que hasta les deje hacer algo con mi culo. Nos reímos todos.

Lo que pasó esa tarde en casa con los compañeros de trabajo, papá y mis hermanos será historia para otro capítulo

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  1. helenx

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