SERVICIOS PRESTADOS   ….. Autor  MAPMAKER

Se llamaba Eva;  era menuda, de contextura robusta,  le calculaba unos treinta y cinco años y fungía como personal de limpieza esporádico; era dinámica; hacía la limpieza en la mitad del tiempo que la hacían otros.

En aquella ocasión en horas de la tarde  llegó a mi casa;  era la tercera casa en el día y la orden dada por mi esposa fue que hiciera la limpieza aunque ella estuviera  ausente.

Su atuendo era unos jeans cortos con blusas sin mangas; se desplazaba con rapidez limpiando aquí y allá; en eso se basaba su modus vivendi; entre más rápido terminaba, mas casas limpiaba y más dinero ganaba.

Estaba pasando un guayabo en el  cuarto de entretenimiento cuando la escuche llegar, le abrí la puerta  para que realizara su labor, continué viendo la tv hasta quedarme dormido; al cabo de un tiempo me despertaron los ruidos que hacía; estaba subida en una escalera pequeña limpiando las ventanas del cuarto.

Los pantaloncitos le quedaban  demasiado cortos, los cachetes de los glúteos se le escapaban por la parte baja de los jeans recortados produciéndome pensamientos lujuriosos que de inmediato se reflejaron en mi miembro, pasó a mi lado y la tomé por la muñeca haciéndola perder el equilibrio.

Cayó sobre mí pero ágilmente se puso de pie y lanzándome  una mirada de enojo me gritó – nó..!!!!

Nuevamente la halé por la muñeca haciendo que cayera sobre mí; estaba sudorosa; eso aumentó mi lujuria; trato de zafarse pero con un rápido movimiento la atrape inmovilizándola bajo mi cuerpo; empezó a patear tratando de liberarse pero yo la dominaba por mi peso y mi estatura.

Mis manos le  aprisionaban las muñecas sobre su cabeza mientras con las rodillas trataba de abrir sus piernas; sentía su aliento caliente en mi cara; su olor a sudor mezclado con el perfume que usaba me excito aún más ; busque su cuello para acariciarlo; bajé mi mano buscando su concha; su cuerpo se estremeció haciendo que su resistencia disminuyera.

Introduje mis dedos bajo la tela de los  pantaloncitos que cubrían su sexo apartando sus bragas; el olor almizclado de su sexo impregnó el ambiente;  mis dedos resbalaron colándose en su intimidad; su resistencia se convirtió en sumisión; cerró los ojos y se dejó llevar por el deseo.

La despojé de sus  pantaloncitos; saque mi erecto miembro, aparté sus bragas y la penetré; su espalda se arqueó mientras su respiración se hacía pesada;  su cuerpo se relajó acoplándose al mío; mi boca buscó sus labios aplastándolos para juntarnos en un lujurioso beso.

El olor a sexo llenó la habitación aumentando la lujuria de nuestros sentidos; su respiración se convirtió en gemidos; mi falo entraba y salía rítmicamente de su concha; su cuerpo oscilaba bajo el mío adaptándose a los embates, aumentando de intensidad hasta alcanzar la culminación  del acto sexual.

No podía dejar que el deseo se disipara así que me aproveché al verla desfallecida;  la desnude completamente; igualmente me despojé de mi ropa; me introduje nuevamente entre sus muslos y la penetré otra vez; su depilada vulva estaba cremosa de secreciones, el olor a sexo se hizo más intenso.

Comencé a copularla mientras besaba sus labios; sus brazos enlazaban mi cuello mientras se movía rítmicamente intensificando el placer; la hice correrse varias veces; luego la cambie de posición colocando su cuerpo sobre el mío; empezó a cabalgarme.

Yo era mucho más grande que ella, así que mis brazos alcanzaban a apretar sus  glúteos me percaté que eso la enloquecía; se meneaba con ardor gozando de la fornicación; el detonante de su orgasmo fue cuando comencé a masajearle la entrada del ano y le introduje un dedo lubricado dentro de él.

Fue una explosión apoteósica de parte de ambos; comenzó a quejarse mientras  me chupaba la  lengua; saltando, rebotando sobre mi cipote hasta lograr que este expulsara chorros de esperma en su interior.

Fuimos a bañarnos para librarnos del olor que impregnaba nuestros cuerpos; la visión de su figura pequeña pero bien formada me causo una nueva erección; la senté sobre el mueble del lavamanos y levantando sus piernas, comencé a comerme su chocho mientras le metía el dedo medio en el culo; eso la llevo rápidamente a un orgasmo explosivo.

Luego me  levanté; mi verga quedó justamente a la altura de su vagina que continuaba con los espasmos del orgasmo que le había causado; me impulse hacia delante haciendo que mi pene desapareciera en su interior.

Nuevamente le introduje el dedo medio en el culo metiéndoselo y sacándoselo al unísono con el pene; eso era lo que la trastornaba; comenzó a gritar de placer y a menearse como posesa  causando que mi verga disparara una nueva  carga de esperma en sus entrañas.

Al final me vi obligado a ayudarle a limpiar y desodorizar el cuarto de entretenimiento para eliminar el olor a sexo que estaba en el aire;  aparte de eso,  le pague el doble por los servicios prestados.