UN LUNAR INDISCRETO 3

Tenía 35 años y tenía una semana por lo demás estresante en el trabajo. Pedí permiso para distraerme y en el camino pasé por una sauna del centro muy conocido. Decidí entrar, necesitaba urgentemente relajarme, así que me pareció una buena idea entrar. Sabía que la sauna era para “entendidos”. Así que, un buen polvo también podría ser una buena manera de quitarme el estrés, no creen?

Una vez dentro de la sauna, una ducha; me puse la toalla a la cintura y comencé a caminar un poco entre los diversos ambientes del lugar. Al rato, me metí a la cámara seca, puse mi toalla en la tribunita de madera y me acosté boca abajo, me dormí un ratillo hasta que sentí un poco de bulla dentro de la cámara. Miré a mí alrededor y vi unas 5 personas dentro de la cámara. Dentro de mí pensé, pucha me jodieron el descanso. Me  levanté, me enrollé la toalla en la cintura y salí de la cámara un rato a dar unas vueltas por ahí. Entré de nuevo a la cámara de vapor, había unas 7, 8 personas, estuve unos minutos ahí y salí para seguir caminando un rato.

Decidí meterme un rato a la sala oscura, pero antes me metí un remojón en la ducha. En eso estaba cuando escuchó a mi lado. “Estás un poco cambiado, algo más grueso y sin cabello (en esos momentos estaba con look tipo Bruce Willis), pero ese culito se sigue viendo delicioso, y ese lunar, es sexy e inolvidable…” (Puta madre, nuevamente el lunar). Dicho esto, me apretó la nalga mientras decía las palabras “se sigue viendo delicioso…” Volteé y vi a un tío de unos 45 años, alto, colorado, recordé que lo conocí en un bar cuando tenía 20 años, me estuve mirando y me abordó, nos tomamos unas cervecitas y terminamos culeando en un telo del centro. “Ya está, ya conseguí quien me remueva y me quite el estrés’. –Cómo estás, estaba pensando en entrar un rato a la sala oscura, te animas? ‘Pero claro que sí, así aprovecho para culearte sin que nadie nos vea”

Entramos al cuarto oscuro, no veíamos un carajo, pero agarrados de la mano logramos llegar hasta el otro lado de la pared. Una vez ahí, me agaché en 90 grados para chuparle la verga al tío. En esas estaba cuando sentí que alguien más estaba alrededor de nosotros. Yo seguía en lo mío chupando verga mientras el amigo me dilataba el culo con sus dedos, en una de esas, siento que él me abre el culo con sus dedos, pero sentí en mi orificio un lengüetazo que recorrió mi canal. Un escalofrío me recorrió el cuerpo. El tío me levanta, me da vuelta, y me pega a su verga, sin intentar agacharme, me coloca la punta de su verga en la entrada de mi culo y me la comienza a introducir lentamente. Yo tenía mi espalda apoyada en su pecho, mientras él me tenía abrazado del pecho, y en eso siento que mientras me estaban culeando, una boca se apodera de mi verga. El tío que me culeaba me tenía bien abrazado del pecho y me besaba los lóbulos de las orejas. Eso me tenía a mil. Yo movía mi culo de forma circular mientras me culeaban y me chupaban la verga a la vez. En eso, siento que el tío se vino en mi culo pero seguía moviéndose dentro mío a pesar de su corrida, eso, sumado a la mamada que me estaban dando hizo que me corriera con todo, al correrme apreté de una forma fuerte el culo, aprisionando la verga del tío, él gimió quedadamente, mientras me terminaban de sacar toda la leche. En eso siento que el tío que no dejaba de abrazarme, tensó las piernas un rato, hasta que siento que se relaja, soltando todo su cuerpo y de paso el mío también.

Al rato pone su boca a mi oreja y me dice muy quedamente: “Me acaban de romper el culo”.

Después me contó que mientras me estaba culeando, una boca traviesa se posó en su culo y comenzó a juguetear con su culito, excitándolo al máximo y aprovechando que estaba entusiasmado con mi movida de culo, se la metió hasta el fondo, por eso me tenía bien abrazado porque no se soltaba, estaba tenso cuando se la metieron, hasta que le llenaron el culo de leche. Salimos del cuarto oscuro y nos fuimos a la cafetería a tomarnos algo, previa ida al baño para botar la leche de nuestros culos obviamente y su respectivo remojón en la ducha. Estuvimos comentando la experiencia en el cuarto oscuro cuando se nos acercan 2 tíos, un gringote de unos 50 años, 1:85 de altura y un criollo, flaco, de unos 28, 30 años, 1:70 de altura,  guapos. Nos dicen: “Hola, les gustó la experiencia en el cuarto oscuro? Saben?, Nos parecen unos tíos guapísimos, buena onda, queremos hacer una fiestita en nuestro departamento, y (diciéndole al tío) me gustaría probar tu culito de nuevo, y (diciéndome a mí) a mi amigo aquí presente le gustaría que lo culearas porque solo te la chupó, pero se quedó con ganas de más, que dicen, se animan?”

Y claro que nos animamos, pero eso es otra historia.