Todos conocemos la historia que envuelve a estos vampiros tan famosos, cómo sus vidas han estado llenas de aventuras sobrenaturales. ¿Os imagináis un mundo alternativo donde los roces entre ellos fuera singular? 

Año 2009 de nuestra era. Mystic Falls.

Stefan volvía a su ciudad natal como si nada de su pasado hubiera ocurrido, intentando volver a empezar. Ya se había enfrentado en el pasado con deshumanizaciones personales que tuvo… 

Stefan se acercó hasta su casa, hasta la misma mansión Salvatore donde una vez vivió con un hermano mayor: Damon. Ambos acabaron por ser transformados en vampiros, algo que nunca quisieron… O uno más que el otro. Subió hasta su habitación para comenzar a escribir en su diario personal. A Stefan siempre le apssionaba escribir sobre sus recuerdos, sus días. 

De repente escuchó un viento fuerte resoplar contra la ventana; una niebla casi espesa se amontonaba en el suelo de las afueras de la mansión pero él no veía nada desde allí. Mantuvo los grandes ventanales de su balcón abiertos de par en par y tras un quejido de un cuervo, miró hacia arriba dejando de escribir y se percató de que su hermano estaba allí con él. 

Damon siempre ha querido amargarle la existencia a su hermano menor, pero aún así se tenían un cariño algo especial. 

La sombra que se ceñía sobre el suelo de la habitación de Stefan dio paso al propio Damon al interior. 

—Hola, hermano…— Su manera de saludarle dejaba claro que de nuevo le había alcanzado, que siempre que pudiese, estaría ahí con él. 

—¿Qué haces en Mystic Falls?— Stefan frunció el ceño cuando aquella presencia fraternal se dirigía hacia él. 

Un silencio sepulcral se hizo en aquella habitación. Damon se paseaba por allí con una sonrisa picarona, sabiendo exactamente lo que enfadaría a su hermano. 

—Acuérdate hermano, sólo vivo para atormentarte…— Mostró sus dientes, la sonrisa se había vuelto maléfica en segundos y Stefan no dudo dn usar su velocidad vampírica para llegar hasta él y frenarle. 

Ambos se miraron, se quedaron sin habla. Stefan obtuvo la prioridad de darle un ataque que él pensaba que sería certero. Cogió el abrecartas que tenía en la mesa y se dispuso a clavárselo. Damon que se percató de las intenciones de su hermano, le paró la mano antes de que hiciera nada. 

—Hermano… ¿Qué te crees que haces?—Tenía el brazo ajeno cogido fuertemente y le acercó mucho más. —¿Quieres jugar o qué?— De esa forma le soltó el brazo, dejándole en cuclillas al menor. —Juguemos…

Stefan no sabía a lo que se refería, pero algo iba a hacerle que le dejaría bien claro quien era más fuerte. Damon comenzó por desabrocharse el pantalón, mirando siempre a Stefan y con la misma facilidad se sacó su propia polla a la que empezó a estimular como si nada, ante la mirada de su hermano. Stefan intentó mirar hacia otro lado, pero Damon le obligó a mirar, siempre para humillarle. 

—Cómemelo…— Le obligó. 

Stefan se esforzó para no hacerlo, pero no pudo resistirse más. Sin más tardar, ya tenía en su boca aquel falo y no dudo en dejar satisfecho a su hermano mayor. Intentó dejarle extasiado por aquella mamada que le estaba dando y lo conseguía. 

—Así… Qué rico… ¡¡Joder!!— Damon cerró los ojos por aquel placer, suspiró varias veces mientras sentía las profundidades bucales del hermano. 

Ya no había nada que obligase a Stefan seguir, pero le empezó a gustar este juego de su hermano. Damon se movió, apartándose y retirando su miembro de allí. 

—Colócate a cuatro patas.— Le ordenó sin miramientos. 

Stefan lo hizo sin rechistar, se colocó y Damon detrás. Le bajó el pantalón y con ellos el bóxer que llevaba por debajo. Aquel espléndido paisaje era nada más que para Damon y disfrutaría de él. Acercó su lengua hasta el agujero que veía y lo lubricó con agonía por el calentón que tenía. No tenía piedad con la excitación de su hermano y para mayor excitación, le metió dedos… Para hacer que dilatara. 

—Hm… Rico..— Damon se escupió en la mano para lubricar su polla de nuevo y asomó este falo en aquel agujero lubricado. 

Apretó lentamente, pero aquella sensación hacía que Damon quisiera ser brusco y lo fue. Entró totalmente dentro de su hermano, ambos gimieron pero uno con gritos al compás también. Se paró en seguida para notar la presión de aquel lugar sobre su miembro y cuando se acostumbró, comenzó a embestirle con más fuerza, con más intensidad. 

Damon hacía chocar sus huevos contra su hermano mientras que Stefan se masturbaba por aquello también. Algunas bofetadas cayeron en el trasero del hermano mayor, que jadeaba con aquella boca tan abierta… 

Damon hizo que estando de esta forma, Stefan se acercase hasta él para poderle besar, ambos estaban tan excitados, tan frenéticos que no tardarían en correrse. 

Stefan siguió masturbándose, a veces acariciaba los huevos de su hermano y otras le besaba apasionadamente. Aquel animal que le estaba penetrando fuertemente hizo que comenzara a correrse con fuerza. Damon con ello notó cómo ejercía el doble de presión en el interior de Stefan. 

—Me voy a correr… —Sacó su polla del interior, acercándosela a Stefan y dejó que la chupase un rato más. Le acarició los abdominales con suavidad y antes de que se viniera, la sacó, llenando a Stefan a trayazos de semen la cara del menor.