Por

Anónimo

abril 9, 2015

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Primera vez, en un balneario

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En otros relatos les he contado de mis aventuras con el papito del parque (el deportista super rico, con el que cogi hasta terminar con otros tres nuevos conocidos) y el niño del camión.

Ahora les voy a contar algo que me pasó cuando tenia solo quince años.

En ese entonces, tenia mucho menos panza que ahora y ya estaba casi tan alto como estoy, lo que (modestia aparte) me hacia aun mas atractivo tanto para mujeres como para hombres.

Estando de vacaciones de verano, mi familia decidio ir a un balneario de aguas termales en Michoacan (Los Tejamaniles, cerca de Los Azufres), en medio de un gran bosque y bastante alejado del bullicio de la ciudad. En ese lugar se puede acampar o rentar cuartos en la gran cabaña, además de poder salir a caminar, montar a caballo, andar en cuatrimoto, correr, andar en bici� Tambien se puede nadar en albercas al aire libre, siempre con aguas termales deliciosas, o en una alberca techada padrísima, con un restaurante junto a ella para comer delicias michoacanas. Ademas, tiene spa y servicio de masajes, aromaterapias, etc. En pocas palabras, es un paraiso para olvidarse del estrés cotidiano y divertirse a lo grande, como relajarse y descansar un buen rato.

Pues bien, estando en el balneario, mis hermanos decidieron ir a caminar a la montaña, mientras mamá y papá se salían de la alberca porque �ya hacia mucho frio� (y como no, en esa zona montañosa las lluvias de verano pueden enfriar el ambiente a muy bajas temperaturas, lo que hace aun mas delicioso quedarse dentro de las albercas para disfrutar del agua calientita), y mis primos y primas, junto conmigo, jugábamos voleibol dentro de la alberca.

Durante el juego, no me percate de que me acercaba a un chavo guapísimo al tratar de interceptar el balón, y por accidente (lo juro, fue un accidente) le pise los pies mientras él se encontraba sentado descansando en un escalon alto de la orilla de la aberca. Me disculpe por pisarlo y con una voz deliciosa me dijo

– No te preocupes, no pasa nada

Al tiempo que decía esto, por debajo del agua me tocaba el bulto bajo mi traje de baño, pero yo lo interprete como algo accidental y no le tome importancia.

Sin embargo, no pude continuar jugando con la misma concentración de antes, por lo que casi todas mis jugadas eran erróneas, siendo objeto de la burla de mis primos y primas. Viendo que no lograría gran cosa si seguía jugando asi, decidi salirme de la alberca, avisándole a mis padres que iria a la alberca techada, pues afuera ya se sentía mas frio.

Cual fue mi sorpresa al ver que detrás de mi iba el chavo al que había pisado y que también se adentro a la zona de la alberca techada. Puesto que tiene techo, esta alberca es mas concurrida por gente de la tercera edad, pero casi todos se concentran en la zona donde brota el agua caliente, por lo que el resto de la alberca esta casi vacio y no es foco de atención de los bañistas. Me dirigi a la zona mas apartada de la gente, que por cierto también es la mas oscura pues tiene grandes arboles cubriéndola en su parte externa, y me puse a hacer bucitos para ver cuanto aguantaba tanto en tiempo como en profundidad. En eso estaba cuando veo que el chavo viene nadando por debajo del agua y, al llegar a mi, mete sus manos por debajo de mi traje de baño y me toca los huevos y la verga. Disfrutando la situación y aprovechando mi facilidad para aguantar la respiración largo tiempo bajo el agua, me deje llevar y le facilite la labor bajándome el traje de baño, a lo que correspondio acercándose aun mas y comenzando una mamada super excitante, como nunca había vivido una en mi tan corta vida. Cuando ya no aguante mas la respiración Sali, pero me sorprendi doblemente al ver que el siguió en lo que hacia, excitándome aun mas de lo que ya estaba. Por temor, eche un vistazo alrededor para cerciorarme que nadie nos veía y con gran sorpresa me percate de que el cielo se había nublado totalemnete, con lo que la oscuridad de esa zona de la alberca era aun mayor. Cuando ya no pudo mas debajo del agua, el chavo salio, se recargo como yo en la pared de la piscina y comenzó a tocarme el miembro por debajo del agua. Volteo hacia mi y en voz baja me dijo:

– Te gusta?

– Me encanta y tu también

– Ya te habían hecho algo asi antes?

– Nunca y me doy cuenta de lo que me he perdido todo este tiempo

Y era la verdad: nunca había tenido una experiencia gay en mi vida. Ya había tenido fajes con chavas de la escuela (novias en turno) y una relación seria con una novia, con quien cogi como loco por casi un año, pero nunca había estado con otro hombre en esas circunstancias y ni siquiera pasaba por mi mente que ocurriera algun dia. Eso si, cuando iba a lugares como ese, no podía evitar ver el miembro de todos cuantos se bañaban desnudos en las regaderas, o imaginarme como era el de aquellos mas pudorosos que se bañaban en calzon. Incluso, en ocasiones había cedido a mi tentación de asomarme por los hoyos de las paredes de los baños públicos, y hasta había visto masturbaciones completas de hombres a través de esos hoyitos. Pero algo como esto que me sucedia ahora, jamas!

– Pues que te parece si nos vamos a lo oscurito a hacer algo mas rico?

– Pero si aquí esta mas que oscurito!

– Si, pero con cierta frecuencia vienen los encargados a hacer un rondin para ver que todo esté bien, y nos pueden cachar

– Bueno, sí, pero a dónde iríamos?

– Tu nada mas disimula y sígueme

No me lo dijo dos veces. Calculando un tiempo prudente para que nadie sospechara que íbamos juntos, sali de la alberca detrás de el y vi que se dirigía hacia el edificio de los baños, donde también están los vestidores y las regaderas, asi como los cuartuchos del personal de limpieza donde guardan todos sus utensilios. Entró al área de regaderas, y para cuando lo alcance ya estaba en cubículo dándose un regaderazo, completamente desnudo.

Aquí debo explicar que este papacito tiene todo lo que yo podía desear entonces: gran estatura (1.75 m, notoria si tomamos en cuenta que, como me entere después, él tenia entonces 16 años recién cumplidos, contra 1.73 m que yo media, ahora mido 1.84 m), complexión super rica (tenia cuerpo de nadador profesional, ancho de espalda y acinturadito), piel clara (entre bronceada y rubia), cabello claro casi rubio, ojos miel con tonos verdes, labios carnosos rosaditos, nariz respingadita, musculos muy bien marcados (y grandes para su edad) y unas pompas bastante grandes y marcadas que apenas cabian en el traje de baño tan pegadito que traía. Por si esto no fuera suficiente, su desnudez dejaba ver un miembro bastante prominente (sin erección), de unos 18 cm, sin circuncidar (algo raro en un caucásico, como he aprendido en mis subsecuentes experiencias), grueso, cabezón y con muy buenos huevos colgando bajo él, muy velludo pero con moderación y de un tono de piel bronceado como el resto de su cuerpo (lo que me hizo sospechar que era todo un experto en broncearse desnudo)

Pues bien, cuando entré a los cubículos de regaderas, veo que él no había cerrado su portezuela para bañarse y me hacia señas para que entrara y me bañara con el. Con desconfianza, verifique que no hubiera nadie en los ¡siete! cubículos restantes, y hasta entonces me decidi a desnudarme, dejando ver mi tremenda erección. Entré a su cubículo y él cerro la puerta con seguro interno, y hasta entonces me percate que la portezuela a pesar de ser de mica no dejaba ver nada de lo que había afuera ni lo de adentro para supuestos observadores externos.

De inmediato se hinco y comenzó a chupar mi verga, que para entonces ya escurria bastante precum, haciéndome retorcer de placer y gemir por la delicia que estaba experimentando, mucho mejor bajo el chorro de agua de la regadera que aquella mamada que me había hecho bajo el agua de la piscina. Estaba tan excitado, que no tarde mucho en decirle que me iba a venir y que dejara de chuparme, pero él solo interrumpio su labor para decirme rápidamente que terminara en su boca, que no había ningún problema con ello. Eso me excito aun mas y termine dentro de su boca con tres grandes bombazos, como nunca había tenido ninguno antes en mi vida. Por mas que trate de evitarlo, casi grité cuando me vine, lo que a él extrañamente no le preocupo en lo absoluto.

Se levanto y me beso apasionadamente en la boca, con lo que mi erección no disminuyo en lo mas minimo, puesto que era mi primer experiencia gay. Mientras nos besábamos, me acariciaba las nalgas y me dedeaba enjabonándose los dedos, al tiempo que yo hacia lo propio en su cuerpo. Después de unos minutos de besos y caricias apasionados, me miro fijamente a los ojos y me dijo:

– Ahora es mi turno, no crees?

– Pero yo nunca he chupado una verga!

– Asi dije yo la primera vez y mírame!

– Y si no me gusta?!

– Después de todo lo que ya hicimos te apuesto que no sabes lo que dices. Pero aun asi te doy ventaja: si no te gusta cambiamos de actividad y seguimos divirtiéndonos.

Asi que me agache y comencé por lamerle la punta de su gran pene, que en erección debía medir minimo 22 cm, y cuyo prepucio subia y bajaba sin dificultad facilitándome aun mas mi labor. Su precum era muy dulce, lo que me agrado mucho, por lo que me atrevi a meterme todo su pito en la boca, aun a pesar de las arcadas que me provocaba sentirlo tan adentro. Cuando estaba a punto de terminar me dijo:

– Ya casi llego, te los vas a comer igual que yo los tuyos?

– Te los comiste?!?!?

– Pues que viste que los escupiera? No están en el suelo si los buscas

– Pues intentemoslo, pero si no me gustan los escupo eh?

En cuanto los probe me arrepentí de lo que había dicho: su semen sabia deliciosamente dulce, de un espesor aceptable y una consistencia que lo hacia resbalar casi por si solo hacia mi garganta. Nunca he vuelto a probar un semen tan maravilloso, aunque creo que esto es en parte porque se trataba de mi priemra experiencia gay.

– Pasemos a lo mas interesante (dijo)

– Qué?1

– Tontito, pues que va a ser

Y diciendo esto se agacho de espaldas a mi, abriéndose las nalgas con ambas manos y acercándose hacia mi miembro erecto. No dude ni un segundo y le enterre lentamente mi pija, que por los restos de semen resbalaba por si sola dentro de ese culito delicioso enmarcado por esas ricas nalgas. El pujaba ligeramente mientras mi verga entraba, pero no tanto como yo me hubiera imaginado que dolia eso. Comencé a bombear mi reata dentro de su hoyito, aumentando la velocidad conforme mi excitación aumentaba; coger una puchita de mujer (y mas si es una mujer seductoramente bella) es maravilloso, pero coger un culito apretadito de un macho joven y deportista es todavía mejor. No tarde mucho en venirme y sorprenderme de que él también estaba viniéndose tan solo del placer que le provocaban mis embestidas. Viendo esto, de inmediato me sali de él y me agaché a captar los últimos trallazos de su verga con mi boca, para disfrutar una vez mas el delicioso sabor de su semen. Las sorpresas no terminaban, pues vi como se pasaba las manos por el culo y el semen asi recogido era dirigido a su boca, terminado lo cual me dio un largo y apasionado beso, compartiéndome mis propios fluidos seminales, que tampoco me fueron nada desagradables.

Estuvimos todavía bajo la regadera unos minutos, besándonos y acariciándonos, mientras me decía en voz bajita y al odio (lo cual siempre me ha derretido de los hombres guapos como él)

– Gracias por esta cogida memorable, nunca había disfrutado tanto de un hombre como hoy de ti, y mira que a mi corta edad ya he tenido varios y de diferentes sabores. Me llamo Jose Eduardo, y cuando quieras puedes venir al balneario y buscarme: como mis tios son los dueños, vengo casi cada fin de semana, sobre todo en sábado, y me ejercito nadando para estar bien marcadito y gustarle a papitos como tu.

– Pues no creo regresar pronto, pero para mi también fue la experiencia mas maravillosa de mi vida. Tú me estrenaste como hombre y por lo delicioso que fue y lo guapo y apetecible que estas, te voy a tomar la palabra y procurar venir cada que haya oportunidad.

Terminamos de enjuagarnos, secarnos y ponernos los trajes de baño nuevamente, y salimos hacia el pasillo común de ese edificio, cuando veo que la puerta estaba resguardada por un empleado de limpieza (bastante guapo, por cierto), que tenia en el piso letreros amarillos de �piso resbaloso�, �no pase: área en limpieza� y �personal trabajando: use los servicios del otro edificio. Disculpe las molestias�, y al que Jose Eduardo agradeció diciendo:

– Gracias por vigilar, Ramón. Ahí luego te pago, aunque sabes que no acostumbro usar dinero.

Y le guiñó un ojo, para luego hacerme una seña de que lo siguiera y separarnos unos metros mas adelante, cada quien hacia su respectiva familia.

Obviamente he vuelto muchas mas veces a ese balneario, algunas de las cuales no ha estado Jose Eduardo, pero en las que no me ha faltado un Ramon o cualquier otro papi que quiera utilizar los cubículos para hacer mil maravillas.

Si les gusto y quieren hacer algo parecido en algún balneario, escríbanme a juanjose.garciachavez@yahoo.com


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4 respuestas

  1. wess159

    interesante historia

  2. haldewh

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