A los 17 años un hombre negro me rapto y sedujo, preñandome después de un mes de secuestro. Al liberarme aborté pero ese hombre fue tierno y sensual conmigo y me marcó.

Soy una mujer rubia ceniza, de ojos verdes, y muy buen cuerpo gracias al gym. Me casé a los 22 años. En mi cumpleaños 30 mi amiga Claudia me invitó unos días a su casa de playa, nuestros esposos estaban de viaje. Al llegar llamó por teléfono y poco después llegaron 2 negros enormes. Tomábamos Sol en la piscina. Sin presentarlos ni nada, Claudia empezó a besarse apasionadamente con uno de ellos y allí frente a nosotros se desnudaron y empezaron a hacerse el amor con lujuria.

Miré al otro negro y este me miró a los ojos. Me sentí muy atraída por él. No se si era por la excitación o por los recuerdos, lo cierto es que este hombre abrió mis piernas y se paró frente a mi en el borde de la piscina y empezó a besarme. No me opuse y pronto estaba desnuda. Claudia gemía lujuriosamente y tuvo un orgasmo intenso, segundos después su amante también acabó. Ambos salieron de la piscina y se fueron al interior de la casa. El hombre que me besaba salió del agua y se quitó el short. Quedé fascinada y asustada al ver su enorme sexo. Era grueso y largo. Me cargó y me llevó a una hamaca y haciendome rodear su cadera con mis piernas se sentó.

Aquel enorme pene entró hasta la base en mi vagina. Fue como si me desvirgaran por primera vez. Sentí una punzada y me sentí completamente llena, y me vine en mi primer orgasmo con él. El empezó a moverse, lo que prolongó mi orgasmo, y mientras me cogía volví a acabar, me recostó en la hamaca y continuó poseyendome, pero ahora me miraba a los ojos, mientras sus manos manoseaban mi cuerpo y mi clítorix, pronto volví a acabar. Entonces me sentó nuevamente frente a el y me dijo: Mi vida, ahora llevame tu al orgasmo, ¿te cuidas? Quiero una hija contigo. Eso me llevó atrás en el tiempo y perdí la cabeza copulando lujuriosamente con él. ¿Quieres que te preñe? Preguntó y respondí SI, si, si, y me vine nuevamente, justo antes que él eyaculara dentro de mi.

Empecé a llorar besandolo con deseo y le dije: Te quiero, te quiero, quiero ser solo tuya, quiero ser tu mujer. Claudia salió con Leo de la habitación y pasaron a nuestro lado. Mi amante empezó a tocar mi ano y me extremecí, al intentar introducir su dedo se dio cuenta que nunca había sido gozada por allí y me cargó llevandome a una habitación.

Al ver sus intenciones le dije que no quería, que nunca lo había hecho. Entonces me dijo: Si quieres ser mi mujer tienes que ser completamente mía. No voy a relatar como me dilató, solo que mientras me poseía por detrás entendí porque después de ser cogida por detrás, no podría volver a negarme. Es una sensación de entrega total, una está allí siendo gozada, sintiendose poseída, sintiendo un gran placer, totalmente sumisa. Si fuera hombre sería gay.

Por 4 días y sus noches fue la hembra de aquel negro delicioso, sin haberlo visto nunca me entregué a él inmediatamente, sin saber su nombre, ni quien era. Ahora voy frecuentemente con Claudia a su casa de playa. Han pasado 2 años y en el pueblo todos saben que soy la mujer de Cruz.