
Por
Anónimo
Tres a uno, final
Cuando Ariel me preguntó si me bancaba dos vergas más en mi culito, debo confesar que me asusté e intenté negarme, pero comprendí que eso no sería posible. Leandro y Carlos (su amigo), ya se empezaban a tocar sus bultos y se acercaban lentamente. Yo dije un tímido: no, es que… Pero Ariel me giró rápidamente y me puso su verga en la boca mientras me ordenaba que se la limpiara bien. Yo así lo hice y para cuando terminé con la tarea encomendada, Leandro y Carlos ya se habían desnudado, me levantaron y me llevaron hasta el sofá. Ariel por su parte, se dejó caer sobre el sillón en donde me había cogido y se dispuso a mirar lo que su hermano y el amigo me harían, como si se tratara de una película porno, pero en vivo.
Leandro: Ari ¿la chupa bien?
Ariel: de maravilla
Entonces Carlos dijo: dale putita, mostrános cómo te chupás estas dos vergas… de rodillas! Se sentaron los dos en el sofá y yo me coloqué de rodillas frente a ellos y observé que eran más grandes que la de Ariel, los miré a los ojos y ellos me miraban con sus ojos brillantes por su calentura, expectantes. Entonces las tomé una en cada mano y me incliné sobre la de Carlos y lamí su cabeza. Era grande y gorda y brillaba. Me la metí en la boca y comencé a subir y a bajar lentamente para saborearla bien mientras la seguía sosteniendo con mi mano desde la base hasta que quedara del todo erecta y al mismo tiempo, con la otra mano masturbaba a Leandro que se reía y comentaba:¡mirá cómo se la come toda, si será puta!
Después pasé a la de Leandro que también era gorda pero de cabeza más puntiaguda y repetí la operación a la vez que pajeaba a Carlos.
Los tres reían, comentaban cosas sobre mí y se alentaban entre ellos para ver quién me daba más duro.
Estuve así mamando aquellas dos vergas hermosas un buen tiempo hasta que sentí los dedos de Leandro abriendo mis nalgas y diciendo: ¡qué bien, ni un sólo pelito y bien rosadito! y me metió un dedo y lo giró adentro y dijo: jaja, me baila el dedo aquí adentro. Entonces metió otro y enseguida un tercero.
Yo gemí y el comenzó a girarlos y a meterlos y sacarlos de mi culo: ah, putita qué lindo culo para coger que tenés Y sacó sus dedos. Inmediatamente sentí su verga entrando en mi culo bien lentamente.
Yo por instinto, apreté su verga con las paredes de mi recto y el suspiró de placer mientras Ariel y Carlos lo alentaban a que me diera bien duro: ¡dale más, dale más que a la perra le encanta que la dominen, hacéle sentir quién es el que manda!
Y Leandro entonces empujó más y llegó hasta el fondo, sentí su pelvis pegada a mí y me dijo: ahora vas a ver putita. Comenzó a moverse un poco lento al principio para ir tomando cada vez más ritmo.
A mí me dolió más que con Ariel y dejé de chuparle la verga a Carlos que aprovechó para pasearla por toda mi cara tal como lo había hecho Ariel anteriormente.
Leandro me estaba dando duro y me había cruzado mis brazos sobre mi espalda y me los sujetaba como para dejarme más indefenso para las envestidas que me estaba dando por el culo y las de Carlos en mi boca.
Ariel se reía y decía: mirá cómo goza la muy perra, ya me está calentando de nuevo mientras empezó a pajearse otra vez.
Al cabo de un tiempo Leandro comenzó a gemir como más ronco y supe que pronto se vendría. Así que salió de mi interior, me arrancó de la verga de Carlos y me derramó toda su leche en mi cara. Los otros dos machos lo felicitaban y reían.
Carlos dijo: bueno, ahora es mi turno ¡levántenlo!
Entonces Ariel y Leandro pusieron mis brazos sobre sus espaldas y Carlos por su parte levantó mis piernas y las colocó sobre sus hombros y de una no más, me clavó toda la verga ya que mi dilatación se lo permitía. Sólo que la de Carlos no era tan gorda como las otras dos pero sí más larga, por lo que me volvió a doler. Y cada vez que llegaba al tope yo gemía con mi cara llena de la leche de Leandro lo que al parecer los excitaba mucho y a cada embestida gemían todos como si ellos también me estuvieran penetrando.
Mientras Carlos me cogía, Ariel dijo: ahhh se me paró de nuevo y hace rato que ni me pajeo…
Entonces Carlos me ordenó que se la chupara a Ariel, por lo que me bajaron al piso. Yo quedé parado de espaldas a Carlos que me volvió a ensartar con su sable y me hizo inclinarme a la altura de la verga de Ariel para que se la mamara otra vez. Viéndome en esa posición, Carlos imitó a Leandro y juntó mis brazos en mi espalda para sujetarlos fuertemente como si yo fuese su prisionero y todos festejaron.
Ese fue el turno de Leandro para desplomarse en el sofá y mirar cómodamente aquella escena.
Cuando estaba mamándosela a Ariel por segunda vez, Carlos me daba embestidas cortitas pero muy fuertes hasta sacarme su verga del culo y acabarse sobre mi espalda…
Yo sentía un placer singular del que me di cuenta varios años después, y era que siempre alguno de los tres estaba mirando cómo me cogían los otros dos. Esa sensación de ser observado mientras me penetran, parece que agrega un plus al placer mismo de ser garchado. Experiencia que viví después en algunas oportunidades.
El caso es que el descanso que les daba a estos tres machos, el tiempo que me cogían los otros dos, era suficiente para reponerse y volver a excitarse. Así que me cogieron dos veces cada uno… con algún extra.
Cuando por fin dejaron de cogerme me permitieron bañarme ya que estaba de pies a cabeza, literalmente bañado en leche. Después de bañarme y vestirme me dijeron que ya que me habían hecho gozar tanto, lo íbamos a repetir otras veces, lo que efectivamente ocurrió, no siempre con los mismos tres pero siempre eran tres.
Yo me fui a mi casa realmente cansado pero muy, muy felíz…
Si les gustó, espero sus comentarios y si no les gustó, también. Gracias.
4 respuestas
-
buena histoira
-
Meеt arоusеd lovers with hard bоners – http://gay.analsex4.fun
-
Listo pаrа follar con un «oso» cаliеnte esta nochе? – http://gay.analsex4.fun
-
Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.