Mi vida de pasiva

Mis primeros pasos

Paso a relatar como comenzó mi vida sexual, o más bien dicho mi iniciación como putito pasivo. Yo era delgadito, 1.60, con la cola respingada dura y grandota para mi edad, siempre he sido culoncito. Ya a los 14 años en mi barrio cerca de la comuna de Quinta Normal en Chile, tenía un grupo de amigos que ya iban creciendo con algunos bichitos de querer comenzar pronto con sus aventuras en el sexo. Algunas aventuras fueron muy fugaces como roces, punteadas y cogidas de pene por mi parte, pero por encima, todo con ropa. En esas oportunidades levantaba mi cola para jugar a sentir las vergas de mis amigos. Luego con otros amigos jugaba a los caballitos, y ellos ya sobre mi bajaban un poco para poder poner sus penes cerca de mi hoyito trasero. En fin son varias las oportunidades, creo que de niño, me lo pasaba muy bien.

Un día al parecer entre amigos se pasaban la voz, un vecino mayor, El Memo, el tenia 23 años, al parecer supo que me gustaba sentir el pene en el culito, me invito a buscar damascos a una parcela cercana. Debíamos entrar agazapados a un lugar privado casi de punta y codo para sacar esos damascos, y de repente sin mediar dialogo, cuando los dos estábamos estirados de guatita en el pasto, debajo de unos arbustos, en la sombra , sin que nadie nos viera, se sube sobre mi. Y me dice �tranquilo, nadie nos va a ver�, y empieza a moverse con su pico contra mi culo ambos con ropa. Su pico era grande y me gustaba la sensación en mi hoyito. Se notaba mucha experiencia ya con 19 años seguro se había culeado a cuantas o cuantos. Yo iba con pantalones cortos, una polera y chalitas, y junto a sus punteadas me decía, se que te gusta la pichula, yo te voy a dar despacito, te va a gustar, y yo decía, no por favor, no lo hagas. La verdad que yo quería porque me calentaba la situación. Lo importante para mi era que nadie estaba ahí para verme y seria nuestro secreto. Como decía, junto con sus punteadas iba de a poquito bajando mis pantalones cortos y mis calzoncillos, dejando al aire mis grandes nalgas redondas y lampiñas, las que al momento de verlas mi amigo empieza a bufar diciendo que yo era toda una niña, que tenía culito de niña y debía ser culeada como una putita. Empezó a bajar por mi espalda y comenzó a chupar mi hoyito y metía su lengua entre las nalgas, en ese momento estaba virgen. Luego subió nuevamente ya con su pichula fuera de su pantalón y la sentía dura, grandota, venosa, cabezona, roja y caliente apuntando a mi ano. Buscando el hoyito virgen. Me empezó a besar el cuellito yo estaba en el cielo y empieza a poner la punta en el hoyito. Seguía moviéndose como si estuviese dentro. Comienza a moverse muy rápido y siento que gime mucho. Y me dice al oído cuando te culeen, cuando te abra el hoyito algún amiguito, te voy a meter el pico hasta los cocos y te voy a culear de verdad. Ahora no, porque estas muy chico. Y empieza a eyacular de leche fuera de mi raja. Me dejo moqueado el culito. Esa fue casi la mi primera vez con un chico ya grande.

A los días empecé a recibir otras invitaciones de amigos a sus casas y también de sus hermanos mayores y otros bien mayores. Nadie me penetro solo punteadas y agarrones, besos y nos desnudábamos en sus camas, para jugar rico a la mamá y al papá. Yo era la mamá.

Hasta que un dia�.