Natalia y Laura vestían igual. Una camiseta de tirantes blanca escotada con la que dejaban asomar sus ombligos, unos shorts vaqueros y estaban completamente descalzas.

Sus cuerpos eran perfectos. Cara preciosa, tetas grandes, firmes pero no exuberantes. Unos culos trabajados en el gimnasio y unos pies perfectos. Con una pedicura francesa recientemente hecha.

Su actitud sexual decía mucho de ellas, eran muy selectivas respecto a los hombres, y en época de sequía, jugaban entre ellas.

Se masturbaban juntas pero también se tocaban, se besaban.

Conmigo tenían el plan perfectamente estructurado.

Me desnudaron, con mi polla dura como una piedra y me dejaron frente a la cama, de pie, mientras ellas se tumbaban.

Comenzaron a desnudarse. Natalia le quitó la camiseta a Laura, y Laura hizo lo mismo con los pantalones de Natalia. Se quedaron en ropa interior. Sujetador negro y tanga negro.

Comenzaron a besarse. Empezaron por la boca y el cuello. Natalia bajó hasta la barriguita de Laura, haciendo que jadeara, y siguió bajando.

Bajó hasta los pies de Laura, comenzó a tocarlos, a besarlos, se los metía en la boca. Estaba asombrado. Lo mismo hizo Laura y juntas se quitaron la ropa hasta estar completamente desnudas.

Natalia agarró mi polla y me llevó hasta la cama. Ahí, juntas, apoyaron sus manos en mi pecho y comenzaron a besarse apasionadamente.

Se sentaron a la altura de mis huevos y pusieron sus pies en mi polla. Me masturbaron con la planta de sus pies, apasionadamente mientras se estimulaban el clitoris.

Me levanté, las tumbé en la cama, con los pies mirando al techo. Metía mi pene en sus vaginas alternadamente mientras besaba y lamía sus pies. Ellas mientas, seguían besándose y tocándose la tripa y las tetas.

Ambas llegaron al orgasmo casi a la vez.

Me volvieron a tumbar en la cama, me chuparon la polla mientras se besaban. Era momento de terminar. No podía más.

Me masturbaron con sus pies hasta que me corrí, cayendo mi esperma en sus tetas, en sus estómagos y en sus pies.

Ellas se lamían la una a la otra buscando el rastro que dejé en ellas. Cómo se lamían las tetas, los pies, los estómagos mientras se reían.