Tú fuiste quién escribió primero, me excuso en mi mente mientras te escribo en mi respuesta que estoy muy cerca, más de lo que crees…

• Están de fiesta y no estoy muy cómodo, ojalá fuera cierto que estás cerca, asi podríamos compartir un ratito más antes de que debas viajar.

• Pues, no estoy bromeando, sal a la puerta de tu cabaña y mira hacia arriba.

Enciendo mi literna y la agito desde mi ventana para que la notes.

• En serio eres tú?

• No te dije antes para evitar ir a esa fiesta, no lo tomes a mal, de verdad, las fiestas no son lo mio. Pero, si no es mucho el atrevimiento, estás invitado… te juro que nada lujoso, solo tengo unos snack para compartir, que dices?

• Para nada eres atrevida, no te preocupes. En unos minutos estaré ahí, gracias.

Una cabaña para una mujer sola me parece un riesgo innecesario. Prefiero disfrutar de una habitación de hotel con todas sus comodidades, y esta vista nocturna hermosa en este balcón.

Estoy segura que viste mi foto, eres el único que conoce mi cuenta, de qué otra forma sabrías que sigo despierta a esta hora. Mi cuenta en esta turbia red social donde no es obligación dar nombres ni mostrar caras, es una vía de escape más que perfecta para mi compuesta vida.

Me cubro con un vestido sencillo, largo y holgado. No hay tiempo para quitarme el encaje negro con el cual tomé esa foto. Justo a tiempo suena tu mensaje, ya estás aquí.

• Tienes frío?

• No, sólo me puse lo primero que encontré – Me río pero sé que tu pregunta es una insinuación.

• Pasa, por favor, te dije que nada ostentoso, solo snack y alcohol jaja…

Minutos de conversación agradable y solo tengo halagos para ti, que por supuesto no te diré. Han sido días increibles pero ya debemos regresar a nuestras rutinas. Entonces, de la nada emerge mi pregunta…

• Fumas? O te molesta si fumo?

• No gracias, yo sólo fumo, de vez en cuando, natural…

• oh, comprendo… bueno, en ese caso y aunque no estaba preparada, tengo algo especial para ti.

A riesgo de que me haga horrible por los años que han pasado, me lanzo a la aventura y arremetes:

• Entonces, ahora en confianza, puedo hacerte una pregunta?, pero no lo tomes a mal…

• Claro…

• Por qué vistes así todo el tiempo, por qué te cubres tanto?. Hoy te alcancé a ver en las termas y, con respeto, te digo que no tienes nada de que avergonzarte… además también acabo de ver tu publicación y…

• (Lo sabia!) Pues, es verguenza, pánico escénico talvez, jaja… me siento más comoda tapada cuando estoy con otras personas. Y lo de la cuenta esa, que conoces por accidente, es un desahogo. La verdad ni me gusta la ropa…

• Bueno, conmigo puedes sentirte tranquila y ser quién quieras

La mezcla hace efecto para desinhibirme y comienzo a desabotonar poco a poco ese gran vestido negro de hilo:

• No te importará entonces si me deshago de esto –

Me levanto de la silla y camino hacia la cama donde dejo esa amarga prenda para reemplazarla por una transparente bata negra sobre una sugerente lencería…

Silencio incomodo y un destello de valentía emerge…

• Aprovecharé que «estamos en confianza», y quiero perdirte un favor, en el que solo tú me puedes ayudarme…-

Me siento nuevamente en mi silla a tu lado.

• A ver?…

• Tengo una pequeña fantasía contigo- Sonrrío tímidamente: -Podrías, por favor, susurrarme al oido con ese tono que usas?. No tienen que ser tus textos característicos, sólo dime lo que quieras…

Ries y aún no se si es demasido, si rebasé los límites, entonces vuelvo temerosa…

• Es demasiado?

• Nooo, para nada… osea, siempre me piden que diga lo que ya sabes, pero esto es nuevo y no sé qué decirte

• Cerraré los ojos y lo piensas- Mientras tanto saco el lazo de mi bata y con ella cubro mis ojos haciendo un nudo por detrás de mi cabeza, cuando siento tu mano tomando la mía…

• Ven aquí, yo ya vuelvo. Tú párate aquí y regreso enseguida.

Aunque sean sólo segundos, parece una eternidad el estar de pie en medio de la habitación tan solo cubierta con transparencias y lencería de encaje, las medias ligas ni tacones pueden darme un poco de empoderamiento con lo indefensa que me siento en este momento.

Hasta que escucho como te acercas, a paso calmado y más cerca. Sigo con mis ojos cubiertos pero me siento muy observada y creo que lo harás. Te detienes a centímetros, detrás de mi, escucho tu respiración cerca de mi cuello y mi nombre en tu voz…

• Quisiera, si estás de acuerdo..Yo quisiera tocarte.

Es más de lo que esperaba y siento mis piernas perder un poco de fuerza con la emoción. Y quiero, definitivamente quiero… Volteo, te busco y encuentro una de tus manos y la llevo hacia mi rostro emulando una simple y tierna caricia,

• Si, quiero

Entonces tu mano se desliza por uno de mis brazos y en un leve movimiento agarro mi bata por el pliegue del cuello para dejarla caer por mi espalda, doy un pequeño paso hacía ti y ahora no hay mas transparencias sobre mi piel

• No… yo quiero que me toques de verdad

Vuelvo a encontrar, esta vez tus dos manos y las llevo cerca de mis pechos, entonces ahora serás tú quién decida si continuarás…