Por

Anónimo

enero 24, 2021

837 Vistas

enero 24, 2021

837 Vistas

Esperando esto 10 años

0
(0)

Estoy en mi casa una tarde y el WhatsApp me llama.

Lo abro y es un mensaje tuyo con una foto de lencería, el modelo que tanto nos gustó a los dos. 

Te pregunto que a que viene pero no contestas y al momento mandas otra con una vela encendida en el portavelas rosa. Me quedo mudo y un momento más tarde llega otra foto de tu pierna siendo acariciada por una pluma. Mi cuerpo reacciona antes que mi cabeza y siento una humedad repentina en mi sexo.

Un minuto más tarde escribes tres veces la palabra «Ven«. 

Decido que es el momento y no te pregunto nada pero antes quiero darme una ducha para ir limpio y ahacer que mi cuerpo esté más sensibel. 20 minutos más tarde llamo a tu portal y abres sin preguntar. Subo y veo la puerta entreabierta. Empujo despacio, huele a incienso y escucho música suave. 

Entro tranquilo y miro en tu cuarto pero no te veo. Entonces me dices desde el baño que pase y me siente cómodo en el sofá. Se por qué estoy aquí y ahora desde la primera foto. Acepto el juego.

Un minuto más tarde oigo unos tacones andar despacio y en la penumbra te veo venir hacia mi. Estás impresionante, llevas puestas unas alas, la lencería con liguero que nos gustó, un maquillaje suave y me miras fijamente; tu boca, entreabierta. 

-«Hola. Has tardado. He tenido que empezar sola», y reparo de nuevo en la Pluma.

Me da la impresión de que has estado acariciándote con ella, tu mirada es firme pero a la vez deja ver qué en tu cabeza han pasado cosas antes de que llegara. 

Te quedas parada a la altura de la mesa de la cocina y te apoyas sobre ella haciendo que tú cadera se curve ligeramente.  Comienzas a acariciarte las piernas con la pluma y noto como te estremeces mientras entrecierras tus ojos. 

Estás disfrutando del placer que te das pero sobre todo de ver como estoy experimentando el momento. 

Mi corazón va a mil pero prefiero no levantarme porque quiero que tengas el control. Me gusta verte así y que lo hagas para mi.  Te giras despacio para que pueda verte bien, por fin puedo ver tu tatuaje y admirar de nuevo tu cuerpo tras 10 años sin olerlo, tocarlo, penetrarlo y sentirlo teniendo un órgasmo tras otro con parte del mío dentro de él. 

– «¿Te gusta como me queda?«, me preguntas.

– «Si»

– «¿Te gusta como estoy?». 

Y no puedo contestar, solo tragar saliva. 

– «Te voy a preparar algo, ¿Un gin tonic?» 

No esperas a que te conteste, comienzas a prepararlo echándome miradas ocasionales. Te sientes muy sexy y poderosa, notas mi respuesta animal y a la vez como le gusta a mí razon la elegancia de todo lo que haces. Como el toque floral de tu ginebra preferida, aspera pero cercana, distante pero clavada en el fondo del cerebro primitivo.

Pones el alcohol(poco), limón y coges un hielo pero antes de echarlo a la Copa te lo acercas al pezón, el cual reacciona con una erección que atraviesa la blonda. Me miras y lo llevas a tu boca dejándome ver tu lengua, esa lengua que tanto placer me dío. 

– «¿Lo quieres?».

– «Si, por favor.»

– «El hielo, digo.» 

Y los dos nos reímos nerviosos y a la vez excitados. 

Acabas de preparar las bebidas y te acercas con ellas poniéndote de pie muy cerca de mi. 

Yo estoy con las piernas cruzadas sobre el sofa, me he puesto cómodo. Miro como te plantas delante de mi y me acercas la copa mientras das un trago lento y largo. Te observo, tu perfume me golpea la cabeza llevandome a una habitación en Berlín y tengo que hacer esfuerzos por no pensar en como abrí, entonces, tu pijama de raso para acceder a ti. 

Me fijo en el liguero para sacarme del pozo del recuerdo. Nunca he estado con nadie que llevara puesto uno. Y quiero verlo bien, te pido que te gires lentamente y lo haces con media sonrisa. La curva trasera que cae hacia los pliegues de tus piernas es preciosa; y me parece adivinar cierta humedad. 

Has estado jugando contigo antes de que llegara. Mentalmente deseo que fuera conmigo follandote. 

– «Te gusta.» Y mueves un poco tus piernas para que lo vea bien. 

– «Si, inclínate un poco.» 

Lo haces y a la vez llevas la pluma hacia tu entrepierna provocándote un leve suspiro. Vuelves a girarte hacia mi y me preguntas:

– «¿Que quieres?». 

– «Todo», contesto. Y vuelves a sonreir. 

– «Poco a poco, tenemos mucho tiempo. Pero, por favor, no me toques hasta que yo te lo pida, puedes tocar la lencería suave pero no me estimules.» 

Asiento aceptándolo aunque el corazón me va a mil. Dejas la copa después de dar otro buen trago largo. Y te arrodillas frente a mi. Me acaricias las piernas sin dejar de mirarme a los ojos y me vas dando un masaje. Sin tocar mi sexo abres despacio el cinturon y el botón. Te ries, ves que no llevo ropa interior y que mi miembro asoma dura, brillante, mojada y temblorosa. 

– «Vaya, me has echado de menos.», dices.

– «Si, llevo una década echandote de menos». 

– «Bien, merecerá la pena. Quítate la camiseta». 

Obedezco y quedo sentado a tu merced, sin quitarme el pantalón. Poco a poco comienzas a pasarme la pluma por el cuello. Tengo unas pequeñas cosquillas y me rio. 

– «Nooo, aprende a sentirlo,», dices.

Y relajándome noto como se abre paso cierto placer que, viendo tu mirada de control y deseo, me encanta. La mueves por los hombros, por mi pecho, te detienes un momento en mi pezón. Me gusta pero decides que el otro está muy solo y acercas tu mano para pellizcarlo suavemente. 

Me recuesto cerrando los ojos para disfrutarlo y tu me hablas suave dándome consejos para disfrutar, noto como te pones de pie despacio. 

– «Has sido malo, te pedí que vinieras rápido y has tardado. Cuando has llegado estaba a punto de correme y me has interrumpido así que no te muevas, solo mírame.». 

Abro los ojos y veo que te estas soltando el liguero. Despacio subes una rodilla sobre el sofá junto a mi pierna y la otra la pones entre mis piernas. Adivino lo que vas a hacer. 

Colocas tu manos sobre mi nuca y ajustas tu sexo sobre mi muslo. Acercas tu boca a mi oreja y me susurras 

– «Me lo debes.». 

Aprietas una vez para encajarlo y empiezas a moverte ritmicamente. Primero en silencio, más tarde los gemidos aparecen subiendo en ritmo e intensidad, son como tu ahora mismo, poderosa, intensa. Intento girar mi cabeza para hundir mi lengua en tu boca pero no me dejas, mis manos aprietan tu liguero y tu ropa interior pero no quiero tocarte hasta que me lo pidas. Mi polla es un surtidor de presemen, traslúcido y caliente. 

Sigues y sigues con velocidad buscando el máximo placer, apretando para que mi muslo frote todo tu clítoris con la presión adecuada. Necesitas un Orgasmo rápido e intenso y tras un minuto te estiras hacia atrás gritando de placer y estremeciendote sin parar. Tu respiración está desbocada, tus ojos apretados fuerte, tu boca seca y pasas tu lengua por los labios para humedecerlos.

Vuelves a juntarte con mi pecho y me susurras 

– «Yo también llevo 10 años esperándote». 

Pasa

Un minuto

Seguimos abrazados y tu respiración se va normalizando. recuerdo como me encantaba darte un segundo de pausa entre un orgasmo y otro. Como te ibas amansando y volviendo a la realidad desde el lugar al que vas tu sola a estar tranquila y feliz.

Mi cabeza sigue en el hueco de tu cuello respirando tu olor, inspiro profundamente sintiendo la mezcla de tu perfume el almizcle que emana de tu cuerpo, noto tus pezones duros en mi pecho a través del sujetador, el roce hace que asomen entre el bordado. El calor de nuestros cuerpos es agradable y acogedor, como volver a estar en casa. 

Me preguntas cómo estoy y no contesto. No puedo moverme por lo que te incorporas y me coges de la mano para que haga lo mismo. Nos abrazamos de pie, encajamos a la perfección y mi boca te busca pero aún no la quieres. Entrecierras los ojos y despacio te pones de rodillas frente a mi. Tus manos bajan a mi pantalón y lo abren más, comienzas a quitármelos y mi sexo se despliega a unos centímetros de tus ojos. 

-«Vaya» dices; «Hola», le susurras. 

Lo has echado de menos, lo noto, recuerdo lo que me decías de él cuando me cabalgabas. Anoto mentalmente recordartelo cuando vuelvas a hacerlo. 

Terminas de quitarme la ropa, yo desnudo y tu aún con la lencería y comienzas a besarme despacio el abdomen mientras tus manos me acarician la espalda y bajan hacia mis glúteos suavemente. Cada beso baja más y más y dejan paso a tu lengua recorriendo mi escotadura, de principio a final, primero y luego otra. Abro un poco las piernas para facilitarle el acceso.  Noto cada latido de mi corazón resonar en mi sexo, palpita a ritmo anticipando mi deseo. Ojala que lo hagas como al conocernos. 

Y tu, que parece que tienes telepatía, me miras a los ojos y me dices: 

– «Abrela tú, como te gustaba.»

Mis dedos se acercan a mi prepucio y tiro hacia atrás dejando mi glande al descubierto. Está enorme, empapado, tenso y expectante, vibrando con mis latidos. El olor a sexo te inunda.

– «Siiiii», susurras, segura de ti. 

Y la punta de tu lengua aparece para probar las gotitas que fluyen con cada pulsión. Es una locura el placer de sentirla de nuevo, no puedo mirar; cierro los ojos y mi cabeza se va hacia atrás sintiendo como recorres el orificio de mi glande para degustar el sabor de mis flujos. Tus manos acarician y presionan mis glúteos a la vez. Me vuelven loco tus mamadas sin manos, con solo tu boca controlando el movimiento y mi tensión sexual, no he conocido a nadie que lo haga igual. Parece que fue ayer.

– «Por favor, me tiemblan las piernas», suspiro.

– «Solo un poco más, es delicioso.», dices mientras llevas el jugo a tu boca. 

– «No me hagas esto, dame tu boca ya.», consigo articular

Y nada más decirte esto abres tus labios y mi glande desaparece en tu boca por completo. 

Me quedo sin respiración con el calor de tu ser, el juego de tu lengua, la ligera succión que siento en cada movimiento. Lo haces muy suave, mucho, un cadencia perfecta. Mis piernas se contraen, desde hace unos minutos no las controlo, empujando más y más. 

No quería que fuera ahora, no soy multiorgásmico como tu y esperaba darte mi primera corrida en tu interior sin preservativo, como llevas tantos años deseando, pero soy raro: las mamadas me dan un placer inmenso y sin embargo no soy capaz de correrme con ellas. 

Hasta este momento. 

La sensualidad, la anticipación y el erotismo de tu cuerpo estrenando lencería para mi, la bebida, la pluma… la plena consciencia de cada descarga nerviosa de placer y el ritmo de tu boca jugosa unido al deseo y a sentir tu placer y anhelo tras una década hace que mi cuerpo sienta la inevitabilidad de una corrida brutal, plena, animal… 

Y lo sientes llegar y aprietas tus manos en mi culo pidiendomela, sin apartarme de ti y sin parar de mover tu lengua para sentirla bien. Intento contener la primera pulsión para conseguir aumentar mi placer como tantas veces práctico con mi mano imaginando justo este momento. 

Y llega. Mi semen sale fuerte en oleadas que me hacen gritar como nunca y sintiendo cada una como un estallido de placer increíble. Una oleada tras otra, y grito tras otro.

Pierdo la cuenta de los segundos que pasan, pero me vas devolviendo a la realidad y sigo aun dentro de ti. Te gusta y lo degustas despacio. Aprecias el de sabor mi esencia, la saboreas mientras poco a poco vacias tu boca con mi glande aun en ella. 

– «Dios, no quería aún», susurro temblando. 

No me haces caso, despacio mueves tus manos y agarras mi miembro y lo limpias bien, con mimo y cuidado. Me miras cuando terminas, sonríes. 

– «Lo sabía, pero aún nos queda mucho y lo necesitabas tanto como yo.»

– «Quiero probarlo de tu boca.», contesto. 

– «Jajajaj, mi boca aún no.» 

Y me coges de la mano y me lleva a la cama. Como comienzo no ha estado mal. 

…continuará. 

¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

2 respuestas

  1. nindery

    Estoy completаmentе dеsnudo. ¿Quiеre vеr una imagеn? – http://analsex4.fun

  2. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

Cierra la puerta cuando salgas

anonimo

27/07/2011

Cierra la puerta cuando salgas

Quede en un establo.

anonimo

10/06/2015

Quede en un establo.

La equivocada de yo.

anonimo

28/01/2014

La equivocada de yo.
Scroll al inicio