Por

Anónimo

marzo 7, 2015

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Se Robaron Las Pantaletas De Mi Mamá II

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Entramos a mi casa para decididamente buscar una braga usada de mi madre y llevarla para transarla por droga.

Mi vale me dijo que si no quería mejor no les llevara nada, y mejor conseguiríamos dinero para seguir chupando y drogándonos, en eso tocaron a la puerta, era el Bigos que según lo había mandado el Padrino para convencerme, y sacó en una bolsita de polietileno 10 grapas 5 de coca y 5 de crack.

Son 5 y 5 grandes y de la que se clava el Padre ¿se hace o no se hace?

Asentí con la cabeza sin decir palabra, y el Bigos entró al patio para testificar que la entrega fuera genuina.

Con la presión alta, entré a la cocina por las llaves de los cuartos de arriba pues estaban cerrados, primero fui al cuarto de ropa donde había un cesto de ropa sucia, y no encontré mas que un vestido gris claro recto y de algodón, un medio fondo crema, un sostén blanco que olía a sudor y aroma de las chichotas de mi madre, pero lo dejé en su lugar pensando que en su cuarto podría hallar algún calzón usado, pues una que otra vez había visto alguno bajo su cama, en su buró o debajo de la almohada; que fue donde encontré un tanga de encaje blanco: «manchadito de sudor y orina de la parte delantera, y en la parte trasera una rayita como de 5 centímetros de color amarillo tirando anaranjado, era una manchita como rajita de canela, en ese momento estuve a punto de acharme para atrás y dejar ese preciado fetiche en su lugar, pero era más poderosa mi necesidad de drogarme y me resigné, pero antes de otra cosa lamí amorosamente esa embarradita de la popo de mi mamita; después la envolví en un kleenex y bajé hacer la entrega al Bigotes que me esperaba con mi vale en el patio.

Bajando entramos a la sala y se la brillé, apenas la rebisó con la punta de los dedos y al ver la caquita de mi madre hasta se saboreó igual que mi vale; el Bigotes la volvió a envolver en el kleenex. Fue cuando la volví a tomar y le dije: «que sean 10 y 10 grapas dile al Padrino». Alzando los hombros llamó por celular al Padrino y luego de hablar con el en el patio, entró y me dijo.

Ten las 10 que traigo, y vamos por las otras 10.

Salimos y fuimos por la carga,al regreso del intercambio, nos encontramos a una amiga que traía lo suyo (mota y rivotriles) y nos fuimos por otro pomo para seguir inflando y drogándonos.

El domingo que llegaron mis jefes, me hallaron bien clavado en mi cuarto, pero no me dijeron nada y a mi madre la vi hasta el lunes pero no me dijo nada.

Y no fue sino hasta el tercer o cuarto día que me preguntó por su cachetero amarillo de licra, y el bikini de nylon color morado.

¿Guardaste mi cachetero que dejé arriba y el calzón moradito que dejé abajo?

No, los has de haber dejado en otro lado.

¿Quién entró a la casa?

Nadie.

Ella movió la cabeza en señal de reprobación pero ya no me dijo nada, tampoco del tanga blanca que dejó sucio bajo su almohada.

Y para acabar pronto, como a las 2 semanas que me asomé si mi madre ya venía del mercado, vi que se bajó del coche de don Roberto un automovil de lujo de los tantos que tenía. Y cuando entró a la casa con el temor a ser descubierto, le dije temeroso.

¿Te vino a dejar don Roberto?

Sí, es que pasé y vi una lavadora casi nueva, me la deja barata; y ya que venía por acá me dio un aventón.

¿No decías que te caía mal por pedante y crecido?

Así decía ella de él desde una vez que le compramos un tanque estacionario: «Que que viejo tan alzado y déspota y otras cosas más.

Sí decía así, pero qué crees, que tratándolo se ve buena persona, y haber si le compro la lavadora en 2 pagos.

Ya no dije nada y subí a mi recámara, lamentándome de ser el Cupido indirecto de un posible desliz pues a leguas le brillaban los ojos a mi mamá al hablar del Padrino.

A los dos días la llevó en una camioneta del año hasta la puerta de la casa, y yo sin poder decir nada, estaba preso en el puño de aquel hombre tan peligroso en todos sentidos.

Como al mes que fui por la avenida y andaba yo en una bicicleta, y alcancé a ver que mi maddre se subió al auto de don Robert y además su socio, igual de viejos pero mañosos los rabo verde.

Los seguí a toda velocidad a cierta distancia, y después de unas 6 cuadras, estaba un terreno casi baldío donde guardaba maquinaria el Padrino, allí se estacionó y mi madre entró con ellos a esa «bodega». Yo estuve esperando pensando mil tonterías, quería tocar pero no era prudente por mi falta. Y después de una hora y mdedia salió mi madre y los Padrinos, subieron al auto y se dirigieron hacia mi casa, yo llegué casi pisándoles los talones a la hora que mi madre estaba con una señora en la puerta. Entré y la estuve esperando, pero mientras despachaba a la señora se quedó parada en la puerta, fue cuando me quedé viendo fijamente su trasero que casi se comía el vestido azul rey de algodón con rayas blancas horizontales, pues a leguas se veía que andaba sin calzones, y para no quedarme con la duda como estaba tan entretenida, me agaché bajó su vestido tras de la puerta y le vi las nalgas peladas y los pelos del coño hasta tiesos de mocos o sudor pero tiesos.

Al irse la señora le dije sin medir consecuencias, que por qué se había metido con los dos tipos a la bodega.

Me dijo que por la lavadora pero como no se lo creyó se quedó callada. y envalentonado la reprendí como si no fuera mi madre y no tuviera culpa alguna.

Pero si no traes calzones, y cuando te fuiste llevabas (un azul oscuro con estrellita blancas de 5 picos). Y se lo vi por la abertura trasera al bajar trapeando las escaleras… le vi parte de sus muslos y su molotito abultado cubierto con esa pantaleta que me gustaba tanto; ahora en manos de aquel asqueroso fetichista.

Mi madre se quedó inmóvil a mdedio patio, y yo enardecido le di una fuerte nalgada, casi le enterré las uñas en las nalgas y un dedo se lo metí hasta lo más profundo del culo pelado.

Después de esa mala onda, quien sabe si siga cogiendo con ellos, porque ya no la he visto con el Padrino, y he observado que para ir a la panadería ya se va por otras calles para no pasar por donde está en negocio del Padrino.

Por lo mientras mi madre y yo hemos ido limando asperezas, y nos hemos cobrado cierta confianza, al grado que ya puedo sobarle el culo y las chichis, y otro poquito me la voy andar cogiendo para que no ande buscando vergas por la calle.

Yo sólo recibo instrucciones del Padrino Jo jo jo.


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2 respuestas

  1. nindery

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