Esa noche dormimos muy bien, sin sobresaltos pues ni ella ni yo tuvimos ganas de hacer nuestras necesidades. A la mañana siguiente yo me desperté algo tarde, intenté buscar mi calzoncillos pero no estaban cerca, ella no estaba así que intenté levantarme para ir al retrete, pero cuando iba a hacerlo llegó ella, no me dejó que me levantara, me tumbó en la cama, puso su culo sobre mi cara y empezó a peerse, me dijo que la perdonara pero es que tenía muchas ganas de hacerlo, eran pedos sin ruido pero con mucho olor, me dijo que había ido a comprar el pan y otras cosas y que por el camino había tenido que parar una vez a hacer pis (aún tenía el coño mojado), entonces la pedí que me dejara chuparle el coño por si aún tenía ganas, se dio la vuelta y con el coño en mi cara empezó a mear otra vez, era una meada intensa, muy amarilla, que me tragué sin pestañear pues me gustaba mucho su orina. Después me observó cómo tenía el tobillo, tras ver que seguía algo hinchado se sentó encima de modo que su coño rozara con el hueso, que se impregnó de lo que aún salía, en esa postura se dio cuenta de que mi polla estaba como un palo pues yo aún no había meado esa mañana y se volcó sobre ella para tragarse mi polla con la meada y la posterior corrida, luego me vendó el pie y me ayudó a levantarme para ir a la cocina a desayunar, me puse una camiseta y el pantalón(no se dónde estaban los calzoncillos, seguramente estaban con sus bragas, pero ignoro dónde). En la cocina me senté en una silla mientras ella puso un gran bol en la mesa con cereales, sacó una botella de batido de fresa de la nevera y le dio un trago, tras hacer unas gárgaras en su boca con ello lo echó en el bol, lo removió con los dedos, se sentó sobre mí y empezamos a comer los cereales con el batido mientras nos besábamos y comentábamos qué íbamos a hacer ese día. Entonces hizo un gesto algo raro, quiso levantarse pero en ese momento vi que algo negro salía de su culo, yo me acerqué a ella y como vi que se estaba cagando se lo abrí bien y comencé a comer, ella mientras se metía los dedos por su coño y gemía, cuando acabó de cagar se dio la vuelta y me comí la espectacular corrida de su coño. Nos fuimos al lavabo a lavarnos, nos vestimos y nos fuimos a dar un paseo y hacer hambre. Tras un largo paseo en plan novios volvimos a casa, yo tenía el tobillo bastante mejor gracias a sus cuidados y a que íbamos despacio. Ya en casa me senté en el sofá y ella me dio un masaje en el pie con la mano impregnada de orina y caca que sacó de un frasco. Tras esto se fue a preparar la comida después de cambiarse de pantalón y yo me quedé sentado en el sofá leyendo. Al cabo de media hora fui a poner la mesa en la cocina, ella estaba de pie junto a la pila, puse los platos y los vasos y me senté para que sirviera, eran espaguetis, cuando se acercó a servir me llegó cierto olor a mierda, acerqué la cara a su culo, la pregunté que si se había cagado y me dijo que sí, que serían las ciruelas de la mañana, entonces cogí un plato vacío, bajé su pantalón y colocándolo debajo eché toda la mierda en él, la limpié todo el culo con la mano y ella apretó para cagar un poco más, luego se sentó frente a mí a comer, repartimos la mierda para los dos y nos la comimos junto a los espaguetis, para beber orinamos los dos en unos vasos y nos los bebimos.