
Por
Anónimo
Creen que abusé de mi ex o le habrá gustado?
Mi ex es la típica mina caliente pero cartucha. Empezamos a pololear en 3o medio y luego continuamos en la u, nos fuimos a la misma ciudad. Cuando todavía estábamos en la media quisimos perder la virginidad y, por estar sin condones al momento de la calentura, me regaló su virgen culo. Lo tenía apretadísimo y se quejaba mucho mientras se lo metía hasta el fondo, pero se lo aguantó como una campeona y la pude penetrar hasta acabarle dentro.
Para que se la imaginen era una chica blanquita, pequeña (como 1,55 m), potona y con unas tetas chicas pero que iban bien con su cuerpo. En la media estaba delgada (a pesar de la contextura), pero con el tiempo fue ganando peso, lo que le favoreció el culo y las telas.
Estuvimos toda la u viviendo en la misma ciudad, íbamos al motel mínimo un par de veces al mes para tener privacidad. Esas noches no dormíamos, la llenaba de besos, la acariciaba poco a poco hasta calentarla y nos quitabamos la ropa para hacer el amor. Siempre llevaba condones, pero nos gustaba sentir el contacto, por lo que era habitual hacerlo a fierro pelado. Dentro de la noche, siempre lograba convencerla del anal, a pesar que le dolía mucho.
Se lo metía siempre sin ningún lubricante, solo saliva. Me llenaba de morbo verla sufrir mientras le metía un dedo, luego dos, y finalmente mi pene completo (grosor y tamaño más bien regular, 15 cm). Escucharla gemir mientras me lo tragaba y apretaba es la sensación más rica que existe. Uno es weón cuando joven, debí cuidarle su culito para que me lo siguiera dando. Con el tiempo, ella se negó por completo a entregarlo (esperable)
Estuve años así, no había forma de convencerla, ni con aceites, lubricantes, masajes. Lo que sí, seguía siendo igual de caliente y le encantaba que le metiera los dedos en el poto cuando saltaba encima mío.
Me di por vencido y seguí con ella porque se movía como los dioses e igual apretaba rico con «su casita», como le gustaba decirle.
Al final de mis estudios compartía depto con mi hermana, mi ex siempre venía a verme. No podíamos hacer mucho cuando estaba mi hermana en el depto, porque la pared entre las piezas era de papel. Sin embargo, una noche no pudimos más con la calentura y mi polola se animó a tomar un par de almohadas y ponerse en 4 en el suelo, abriéndose los cachetes para entrarle en su casita, la que estaba más mojada qué nunca.
Me ubico detrás y empiezo a disfrutar de la culona, muy despacio para hacer el menor ruido posible. Se lo metía hasta el fondo y se lo sacaba, mi polola luchaba para no gemir, se nota que lo disfrutaba ene.
Por supuesto que aproveché de meterse los dedos en el culo mientras se lo hacía. Siempre que le daba en 4 se me hacía agua la boca ver cómo el culito se le dilataba. Fue inevitable, no pude aguantar más y tomándola muy fuerte de la cadera me cambié de hoyo. La luchó todo lo que pudo para que no le penetrara el culo, pero mi calentura y el hecho de que no pudiéramos hacer ruido jugaba a mi favor.
Años sin sentir su culito apretado, años sin ver si cara de dolor y placer. Se lo metí mucho rato, era delicioso empujarla hacía mi mientras ella trataba de sacarlo desesperada. Asi estuve más duro que nunca hasta que le acabé muy adentro, todavía aferrándome a sus caderas para qué ni cayera ni una gota fuera.
Es la experiencia más rica de mi vida (lo volvería a hacer mil veces) y creo que ella también lo disfrutó. Nunca hablamos al respecto, pero claramente no hubo consentimiento y puede que se haya sentido violada.
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