Por fin llegó semana santa y decidí que era buena idea ir a la capital para tomarme un tiempo libre, así pues contacté con Renia, una amiga de Instagram que vive en Madrid, a la cual pregunté si tenía algún problema en que fuera a verla a su casa y pasar la semana santa en esta. Ella me dijo que no, que no tenía problema. Así pues, ya tenía lugar donde pasar el tiempo, por lo que me puse rumbo a la capital.

Una vez llegué la pregunté por su dirección, una vez me la dió llegué hasta allí sin problema. Tras eso, llamé y subí a su casa. Ya una vez dentro la abrazo, a lo cual ella me responde con un abrazo, tras este me viene un sorpresivo abrazo de parte de su hermana Ana. Esto me sorprendió, así pues, la pregunté que qué hacía por aquí. Ella me dijo que había decidido también ir a Madrid para pasar la semana santa con su querida hermana mayor. Tras saber que iba a estar con ambas decidí darme una ducha, pues hacía mucho calor en la calle.

Tras salir me di cuenta de que me había dejado la ropa en el maletero. Así pues, voy tapado con una toalla al salón, para preguntar a Renia si tenía algo que prestarme para ir al coche. Para mi suerte, tanto Renia como Ana se encuentran en el salón, viendo una peli. Me miran ambas perplejas, yo no sabía porque, hasta que bajé la mirada. Tenía el paquete marcado, y es que no era para menos, pues ambas hermanas estaban buenísimas, más ahora que con el calor que hacía en Madrid estaban en bikini, bueno, eso por lo menos Renia, Ana directamente iba en tanga.

Me hacen un gesto de que me siente en el sofá, a la par que me hacen un hueco en el medio, yo para no hacer más complicada la situación decido obedecer. Se me quedan ambas mirando mi paquete debajo de la toalla, Ana, que no puede más, pues estaba babeando, me quita la toalla y se moja el tanga negro. Ambas se ponen cómodas y comienzan a chupármela. Es Renia quien estaba algo menos decidida, pero cuando vió a Ana cogerme la polla con sus manos y lamer no se lo pensó dos veces y la siguió el juego.

Sus dos lenguas eran muy buenas, se notaban que eran hermanas, pues se complementaban muy bien y terminaban sus lenguas juntas en la punta de mi polla, así fácilmente me sacaron la primera ráfaga de leche. Y es que sí, les gustó tanto que no pararon y siguieron y siguieron. Tras la tercera decidieron parar, me dijeron que las siga y me llevaron a la cama, pues lo encontraban más cómodo que estar tumbadas en los laterales del sofá. Ahí continuaron chupándome la polla, haciéndome venir de nuevo cinco veces más.

Ana se hartó de solo chupar, y puesto que tenía las manos en la parte baja de mi polla comenzó a subir y bajar, bombeando así semen de abajo a arriba, lo hacía bruscamente, hasta que estuve a punto de venirme y apretó fuerte haciendo salir solo una gota. Me dijo que le gustaba mucho hacer sufrir a los chicos y que ya se lo agradecería. Por contraposición, su hermana Renia seguía lamiendo, pero al ver que Ana no me dejó acabar paró. A su hermana no le gustó y es que cogió el pelo de Renia y tiró de él y empujó su cara hacia mi polla y la dijo, hermana se una buena puta y chúpasela, haz que sufra bien.

Y así fue, lamía y chupaba, pero Ana impedía que saliera la más mínima gota de semen de mi polla. De un momento a otro ella comenzó a chupar también y sin previo aviso ambas juntaron sus lenguas en mi punta tras hacer un recorrido y Ana liberó entonces mi semen. Un chorro enorme de semen acabó en las bocas de ambas hermanas y Ana comenzó a succionar mi polla como una buena zorra. Yo estaba exhaustivo, no sabía que podía aguantar tanto tiempo sin expulsar nada de semen. Y tal y como ella me dijo se lo agradecí, aquella experiencia era una sensación de liberación impresionante.

Ella me dijo que esto solo acababa de empezar, así pues puso su culazo a montar mi polla y una y dos, e incluso ocho o más fueron las veces que me vine en su culazo. Ella dijo a Renia lo que tenía que hacer, poner su coño en mi boca. A la par, ambas se besaban, lo cual me excitaba aún más. Llegó a un punto que Ana cogió con una mano mi polla y se la metió bien al fondo y me hizo una paja para que todo el semen vaya bien adentro de su culazo, a la par tocaba a su hermana y nos hizo acabar a ambos.

Ana nos tenía de sumisos a su hermana Renia y a mí, una chica más joven que nosotros dos, era algo impresionante. Posteriormente me mostró el culo de Renia, le dió unos golpes, no sin antes poner un cinturón en la boca de su propia hermana y me dijo, “vamos fóllatelo semental” y eso hice, la enculé fuertísimo. Ana a la par me pajeaba para que llenase bien el culo de su hermana Renia. Yo tomé algo de iniciativa propia y la chupé las tetas y las tocaba, al cabo de un rato ella también se puso a cuatro con las manos a la pared y pegó a su culazo y me dijo, “vamos, ¿acaso no puedes con ambos culos?”. Eso me calentó a niveles extremos. La metía, la sacaba y la metía de nuevo en el otro culo, así una y otra y otra vez hasta que estuve a punto de venirme. Ana se me adelantó, me ordenó parar, juntó ambos culos y me dijo “pajeate como con nuestras fotos y así nos mojas a ambas”. 

No me iba a parar a cuestionarme como sabía aquello, pero lo hice, su hermana se quedó en shock al no escuchar negación alguna por mi parte ante lo dicho anteriormente. Y eso la pilló de sorpresa cuando Ana metió un dedo suyo en su culo con parte de mi semen, he hizo lo mismo Ana con su propio culo. Renia gimió de placer y cayó a la cama, Ana también cuando se la metí sin que se diera cuenta. Ahí fuí a por sus coños, primero los toqué hasta que ambas llegaron al orgasmo a la par y comencé con Ana, hasta estar a punto de terminar. Me cogió la polla bien erecta y recta y dijo, no, aún no te lo has ganado, y se lo metió al coño de Renia a la par que ella puso su culo en la boca de esta.

Me vine en el coño de Renia y dijo Ana, bien, ahora vamos con la parte dos, hizo que su hermana me la chupara riquísimo, luego fue Ana la que se la metió en en la boca. Era increíble, a Renia no le cupo en la boca, pero a la zorra de Ana sí. Me sacó litros enteros de semen con su mano y boca para tragárselos todos. Al fin, me hizo venirme en su coño, pero no de la forma en la que pensaba, y es que fue ella quien se lo metió bien hasta el fondo y me hizo una paja con las manos hasta acabar en su coñito varias veces seguidas. Posteriormente, hizo lo mismo en el coño de Renia y en la boca de ambas.

Yo estaba casi sin leche que dar, pero Ana quería más, tanto para ella como para su hermana mayor Renia. Así pues, se le ocurrió una genial idea de tortura para mí. Me tumbó, sacó unas cuerdas y me ató a la cama. Masturbó a su hermana la vagina hasta que se viniera y a ella lo mismo. Esto hizo que se me pusiera erecta y recta de nuevo, ahí dijo “bien, sabía que iba a funcionar, todos los hombres sois fáciles de manipular”. Tras eso cogió sus tetas y las de su hermana e hizo que ambas las frotasen contra mi polla y me vine en sus suaves tetas, pero no quiso acabar ahí, hizo lo mismo, pero en esta ocasión con lengua de las dos incluidas lamiendo, chupando y succionándomela. Me hizo aguantame el semen hasta que decidió que ya era buena idea.

Para finalizar me dijo que quedaban sus pies y los de Renia. Yo definitivamente pensaba que no me quedaba más leche en la reserva, pero Ana me la lamió de tal forma que me sacó más leche. Así pues luego con sus pies y los de su hermana jugaron a torturarme, el culazo de Ana en mi boca obligándome a lamerlo hasta que se venga. Y así seguían, sacándome leche con sus pies, hasta que Ana se cansó, estaba tardando mucho en hacer que ella se viniese. Así pues, me tapó con su dedo gordo la punta y siguieron con los pies, ella ya era plenamente consciente de lo mucho que me excitaban, pero no me dejaba venirme, no hasta que la hiciese venir. Cuando lo logré, obligó a su hermana a chupar mi polla entera, para así finalmente hacer que se lo trague todo.

Yo caí rendido, su hermana también y Ana decidió sacarme leche chupándome la polla, al no tener más fuerzas me sacó la que quiso y más. A la mañana siguiente me ordeñó y desayunaron ambas. Bajé a por las maletas y me dijo “en casa no necesitarás ropa guapo” y cuando llegué a la cama vi un mensaje de Ana en el móvil. Eran imágenes y vídeos de aquella noche anterior, junto con un mensaje que decía “gracias por ser tan buen sumiso, durante toda la semana santa Renia y tú serán mis sumisos jiji”

Y bueno, así fue, nos hizo hacer todo lo que quiso y más, nos hacía venirnos a la par, aguantar sin venirnos y mil cosas más que a su maquiavélica mente se le iba ocurriendo para conseguir someter a su hermana mayor Renia y a un chico mayor que ella sacándoles leche y prohibiendo que la saquen cuando estaban llegando al final.

Se despide de ustedes Diego Phoenix, hasta la próxima historia.