Tras acabar de violarme por una hora entera me dejó allí tirada, atada y violada, llena de semen. Así fue como me encontró un compañero de piano, el cual no dudó en llamar a la policía tras lo que le conté y puso observar por sí mismo. Tras eso fue mi padre quien se encargaba de llevarme y traerme a piano. Afortunadamente para ir y volver de clases voy con mis amigas, por lo que es menos probable que vayan a por mí de nuevo.

La historia de hoy toma lugar a mis 16 años de edad, cumplidos dos días para mayor exactitud. Fue un día de colegio como cualquier otro, salvo porque era viernes. Las clases acabaron y decidí hacer planes con mis amigas, por lo que quedamos por la tarde. Yo fuí un momento a los baños, así pues las dije que me esperen afuera. Y así fue, una vez salí de allí fuí con ellas, hasta que me di cuenta de que me había dejado un libro en clase. Así pues las dije que debía volver cuanto antes.

Tras cogerlo salgo de clase, me pongo a cantar y voy camino a casa creyéndome Frozen jijiji. De pronto escucho una voz, no recuerdo bien que pasó, lo veía todo oscuro, hasta que me quitaron la venda, y es que al abrir los ojos veo los baños de los chicos de mi clase. Sabía que eran esos por las pinturas en la pared, y el olor para que negarlo. Tenía los pantalones por el suelo y las bragas bajadas. Sentía una polla entrar y salir por mí culito, a la par un hombre me tocaba suavemente las tetas, me comía la boca y me follaba el coñito. Estaba a merced de ellos, pero no solo sexualmente, sino que era incapaz de resistirme.

El hombre que estaba delante mío dejó de estarlo y aún así era incapaz de gritar por ayuda, solo lloraba. Ahí fue que escuché a uno decir que la droga había hecho su efecto. El que me estaba cogiendo dijo que estaba igual de rica que la otra vez y acabó en lo más profundo de mi culo, terminando a cuatro patas en el suelo, llorando, sin poder hacer nada más. El otro me ordenó que le hiciera una mamada, me quería negar, pero mi cuerpo actuaba solo. Me dijeron que era una puta hecha y derecha. 

Después de que se vinieran en mí, el de la anterior vez en mi culo de nuevo y su amigo en mi boca el primero de ellos me dejó de tocar los pechos y pasó s verlos, darme un beso en la boca y comerme los pechos. Me llegó a decir que eran los más sabrosos y deliciosos que había probado en su vida, para que negarlo, me puse roja por aquel comentario que mi violador me había dicho. Su compañero se hizo una paja y terminó en mi cara, posteriormente comenzó a follarme el coño, cuando se vino dentro paró y me hizo cosquillas hasta que estuviese lista para venirme y ahí paró. 

Fue entonces que dijo que igual era mejor que las tres nos viniéramos, sentí que la droga estaba dejando de hacer efecto cuando grité un no, pero capaz fue la situación, la situación de ver a mis amigas con las que había quedado a cuatro, atadas e igualmente abusadas por esos dos. El amigo cogió a mis amigas y las ordenó que se la chuparan, que usaran sus tetas para una cubana doble y lo mismo con manos y pies. Por otro lado, mi abusador me comía las tetas y comenzó a hacerme cosquillas en el coño mientras me obligaba a ver aquella escena.

Me hizo venirme cinco veces seguidas en tiempo récord, dijo que nunca había visto a una chica tan facilona, que ni las lesbianas se corrían tanto viendo aquella situación. Así pues dijo que ya estaba lista, me relamió las tetas, me besó y me la metió. Me tenía cual manjar exquisito de un restaurante cinco estrellas Michelin. Me comía la boca a la par que me tocaba las tetas y hasta me las comía también, todo eso sin parar de coger mi dulce coñito. Su amigo se estaba divirtiendo con mis amigas, y es que comenzó también a meterlas dedos por el culo y el coño sacándolas chorros enteros.

Finalmente acabó con ambas y fue a por mi culito, así ambos volvieron a follarme y les escuché decirme que nadie iba a ir allí por un buen rato, dado que mandaron mensajes de que íbamos a estar en casa de una a cada familia nuestra y que al llevarnos como hermanas dijeron que sin problema. Así tras una hora y media de reloj me llenaron bien. Si bien la droga ya había dejado de hacer efecto estaba demasiado débil como para hablar. Mi violador me besó y me dijo que este era el castigo por haber avisado a la policía, que estuvo pensando en la venganza cada día que pasó en prisión y que implicar a mis amigas era la venganza definitiva. Su amigo se llevó a las niñas y mi violador me comió la boca y me tocaba entera, a la par me follaba viva.

No paró de hacérmelo hasta que se acabó sin reservas de ningún tipo. Yo ya me había acostumbrado a ser su puta. Fue ahí que llegó la policía y es que uno de los padres preguntó que si estábamos bien y ahí se enteraron de que algo iba mal, más cuando ninguna de las tres cogía el teléfono. Y aunque la gente de clase aseguró que nos vieron salir, cosa que así fue, era la única opción viable. Cuando llegaron le condenaron a 5 años de cárcel y a su compañero más de lo mismo. Él esposado me comió la boca por última vez y dijo que era su puta preferida y que volvería a por mí a mis 21 años. ¿Quieren la parte final? Les recuerdo que tengo 21 años…