Cuando Valeria me dijo aquello me quedé en shock, no podía creer que algo así iba a pasar, pero tan pronto como llamaron abajo y empecé a escuchar sus voces supe que era real. Esa noche no iba a dormir, era evidente, pero iba a ser una noche inolvidable.

Valeria fue abajo a recibirlas, a la par que se despedía de sus abuelos quienes tenían que ir a reparar el coche, por lo que sí, estábamos solos. Me habían dejado a cargo de tes chicas, ¿confían mucho en mí? Seguramente. Al cabo de un rato, tanto Valeria como sus amigas Irene e Inés subieron al cuarto, donde me vieron tumbado en la cama con la polla bien recta. Según las vi a ellas se me puso también bien erecta.

Las tres se rieron, cuchichearon algo entre risas y me volvieron a ver la polla bien parada y en alto. Inés se me acercó entre risas y me tocó con su dedo gordo de la mano derecha la punta, al notar semen apretó un poco, lo sacó y se lo llevó a la boca. Chupó su dedo como si se tratase de un chupachups, a mí esa situación me estaba poniendo bien caliente, pero fue a más. Un silbido de parte de Irene me llamó, al llevar mi mirada hacia ella la vi con la camisa levantada mostrándome su gran par de tetas. 

Ver aquella imagen me hizo una erección y me vine en la boca de Inés quien había decidido chupármela delicadamente a la par que apretaba suavemente con sus frías manos al haber venido de la calle. No dejó nada salir de su boca, y además, siguió lamiéndola haciendo que una segunda descarga fuera a parar a su lengua. Me dijo que era una puta que le encantaba chuparlas todas hasta dejarlas secas y a ella satisfecha de beber su lechita bien caliente. Yo estaba en el paraíso, y eso que la noche acababa de empezar.

Irene fue la segunda en acercase a mí, se me sentó en las rodillas y con sus tetas empezó a tocarselas frente a mí, eso me produjo una erección, pero fue a más, cogió mi mano con las suyas frías y me la puso en sus pechos haciendo que me viniera. Posteriormente cogió sus tetas y mi polla y puso esta última entre ambas y comenzó a hacerme una rica cubana. No duré nada en esas tetas tan suaves y esponjas como si de nubes se tratasen. Ella se rió, se las lamió y siguió haciéndome más cubanas.

Mientras Irene me hacía cubanas, Inés seguía a lo suyo lamiendo delicadamente cada parte de mi polla. Me tenían para su propio placer, y ahí viendo la escena, mi reprima Valeria me llama y es que se desnudó entera delante mía. Fue un espectáculo increíble ver aquello, sus ricas tetas, su culo y su coñito aún mojado por la anterior ronda conmigo. Sin yo decirla nada supo que hacer, se sentó en mi cara y me dijo que empiece a lamerla su coñito, cosa que hice con gusto.

Así fue, tres chicas, entre ellas mi reprima y sus dos amigas, me estaban dominando. Yo no podía hacer nada más que soltar leche y recibir leche a cambio. Fueron alternando posiciones, sin duda alguna las tres tenían unas tetas exquisitas que me sacaban leche a mansalva. Sus boquitas eran suaves y eso me sacaba buenos chorros de leche. Y que decir de sus culos y coños, simplemente eran gloriosos. 

Finalmente acabaron conmigo, me dejaron sin semen, pero ellas eran unas perras desesperadas en busca de más y más semen. Así pues, me ataron de manos y pies y comenzaron a tocarme la polla, me hacían cosquillas, me torturaban en busca de la más mínima gota de mi leche. En ese momento, Valeria recordó lo mucho que me gustaban los pies y las dijo que iba poner los suyos en mi boca y nariz y que ellas usaran los suyos en mi polla. Y en efecto, funcionó muy bien. Semen que no sabía que aún me quedaba salía a chorros. Me estaban dejando ya sin reservas de ningún tipo.

Al cabo de media hora finalmente me dejaron sin nada definitivamente. Siguieron jugando conmigo y mi polla, de vez en cuando soltaba una que otra descarga, pero ya era mínima. Me dijeron que me iban a sacar toda la leche, que no me iba a quedar más por una semana entera y lo habían logrado. Tras una hora y media así el sueño nos ganó a todos. 

A la mañana siguiente me recibieron para un desayuno de leche con cereales, me sacaron leche para ponerla en sus boles de cereales y se la tomaron a gusto. Alguna tomaba directamente de mi polla. Me desataron, no sin antes darme un beso de a tres en mi polla, tras eso me sacaron leche con sus pies las tres a la vez, no supe bien como se las apañaron y finalmente las tres me la chuparon cambiando posiciones entre sí. Tras eso, Irene e Inés se fueron, no sin antes decirme que les había gustado muchísimo la experiencia y que iban a repetir próximamente en sus cumples.

Pues bueno, hasta aquí la historia de como mi reprima Valeria y sus amigas Inés e Irene me dominaron durante una noche entera. Y por si se lo preguntan sí, no sacaba semen durante una semana tras eso. Nos vemos en una próxima historia, se despide de ust

edes Diego Phoenix.