Un día muy lindo él me llevo a mi casa después de una cita, lo invite a pasar a mi cuarto y al desenfundar no me lo creía, era demasiado, creía que solo en las películas o los hombres muy grandes tenían miembros asi (Martín es de complexión media y tez morena oscura), era del tamaño de mi antebrazo.

Ademas era el mejor amante de todos, con un solo dedo hacia maravillas, ahora imagínate con tal animalito entre las piernas…

En una ocasión salimos a tomar algo y su amigo Sergio lo invito a su casa, llegó a recogernos en su camioneta.

Al calor de las copas decidi ofrecérme a ambos, a toda vista fue la mejor experiencia de mi vida, me hicieron sentir lo puta que era, se turnaron toda la noche para darme, y si bien Sergio no estaba tan dorado como su amigo, pues era un buen paquete.

Diferencias nos hicieron alejarnos y regresé con mi novio actual, sin embargo aproveche una condición suya.

Tiene el pene chiquito, a él le gusta fantasear siendo sumiso, obviamente siempre con esa vibra de small dick, una vez me preguntó quién era el más dotado de los que había estado, no dude en decir el nombre de mi ex. A pesar de que se la casco como simio, estaba algo inconforme ya que todo eso pasó mientras estábamos separados.

¿Es mi culpa querer más? Cada día lo llevo más al borde de la sumision, compramos un dildo muy grande llamado Martín, que el debe chupar para permiterle correrse.

Las cosas que dice, me pide detalles y descripción, a veces pienso que le excitan más los miembros grandes que a mí.

Ya no tenemos relaciones sexuales y justo mi exnovio me mandó un mensaje… es hora de dar el paso.