Los días siguientes a ese hermoso viernes no hablé con ella, no quería ser el que propicie una relación clandestina. Yo no sabía si por la llamada que recibió esa noche el esposo se enteró o sospechó algo, no sabía nada, estaba nervioso, pero era emocionante, claramente nunca había sido amante y nunca he puesto los cuernos. Pero estaba feliz. No dejaba de pensar en nuestro encuentro, en sus gemidos, en esa noche, el ego lo tenía por las nubes, nuevo trabajo, nuevas experiencias y una mujer preciosa que gustaba de mi. A pesar de todo eso y de mi emoción, no tenía problema en dejarlo como cosa de una noche y salir bien librado de esa aventura.

Me conozco, sé que soy de las personas que se engancha con el sexo, así que estaba bien así, hasta ahí.

El fin de semana siguiente me escribió. No recuerdo de que hablamos, pero sé muy bien que le dije, «quiero verte». Nos vimos el domingo, el plan era recogerla en su apartamento, ir a un lugar muy lejos donde nadie nos conociera y pasar el rato y hablar de nosotros.

Fuimos a un restaurante en un centro comercial fuera de la ciudad, mientras hablamos como siempre, decidimos salir a caminar por el centro comercial, la llevé a la parte alta que da al aire libre, había llovido y estaba vacía, fuimos a una esquina «oculta» y la besé, nos besamos como enamorados que empiezan una relación, no se cuanto tiempo nos estuvimos besando y tocandonos, pero fue muchísimo yo no quería salir de ese rinconcito, hasta que nos dimos cuenta que había una cámara de seguridad del centro comercial sobre nosotros. ð���

Salimos y caminamos otro rato actuando como si nada, por si alguien conocido aparece y nos reconoce, con el miedo de amantes primerizos. Salimos en el auto, y le pregunté mientras manejaba.

-¿Qué vamos a ser?-

Ella me respondió la típica respuesta de alguien que no sabe o que quiere manipular. – No le pongamos etiquetas – me dijo.

Yo tenía mis dudas, ¿hay normas en esto? ¿Reglas no escritas? Como si seré el único amante, pensé que me molestaría si hubieran más, y me molestaría aún más si fuera otro de la oficina de mis excompañeros, conociendo mi forma de ser quise advertir de que si hay sentimientos deberemos parar y distanciarnos. A lo que ella me respondió: – es que yo soy muy caprichosa-

Hombres, las mujeres que les van a hacer daño siempre advierten primero, no ignoren las advertencias. Yo la ignoré.

Fuimos a mi casa, hicimos el amor otra vez, como nuevos novios, a pesar de su forma de ser, pícara, infiel y su sensibilidad en el sexo, ella es sorprendentemente conservadora en lo que se refiere a posiciones, no estaba muy abierta a experimentar, pero disfruta tanto el sexo que en realidad no hacía falta mucho más.

Desde allí empezó una relación que me asombraba mucho, a pesar de ella estar casada, recién casada (4 meses), vivir con su esposo y tener un niño de menos de un año (probablemente la razón de su matrimonio), ella me dedicaba muchísimo tiempo, nos veíamos cada vez más seguido, nos llegamos a ver todos los días a la salida del trabajo o a la hora del almuerzo, tenía detalles super especiales, quería ser conmigo como una novia normal, quería ir a cine conmigo, salir de picnic juntos, los fines de semana ella buscaba excusas para vernos a veces llevaba a su hijo para mantener la coartada.

Por esas fechas se emitía la última temporada de Game of Thrones hicimos un grupo con otros excompañeros de la oficina para ver cada capítulo, al terminar obviamente yo era el que la llevaba su casa, no sin antes pasar por la mía, claro.

Siempre tuve las dudas de su esposo que pensaría, ¿porqué tan ausente?, en realidad es como un papá, solo la espera en la casa y la mantiene. Muchas veces yo sentía remordimiento, el tipo se veía buena persona. Pero ella nunca me demostró ni la más mínima duda sobre lo nuestro.

Todo estaba muy bien, pero yo me empezaba a enamorar, nos hablábamos de amor, vida, cielo, nos dábamos los buenos días, nos decíamos «te amo», tuvimos citas románticas, yo la invitaba a restaurantes caros, entonces, por precaución le pedí que no nos viéramos tan seguido, pero las situaciones incómodas empezaron a aumentar. Una de esas noches de Game of Thrones fue en su casa, yo fui el primero en llegar, me abrió su esposo, ¡ella no estaba! . Estuve solo con el tipo sentado en el mismo sofa por unos minutos, yo sentí que fue una eternidad. No podía creer en la situación que estaba y que ella misma había propiciado, pero poco le importaba, ¿confiaba mucho en que yo no iba a decir nada? ¿O era también parte de su coartada para eliminar sospechas sobre mi? Me molestó, la situación me tomó por sorpresa.

Luego empezaron los comentarios a llegar de mis excompañeros, que ella se encerró con el jefe solos toda la tarde y cuando salieron, salieron a escondidas, que sacaba de excusa a su hijo enfermo para no trabajar, pero se quedaba a beber con los compañeros de la oficina, o lo sacaba de excusa y esa misma noche publicaba fotos en fiestas. Yo no tenía ningún problema con su esposo, pero estas cosas me parecían demasiado.

Por esas fechas era su cumpleaños, no quise terminar en esa fecha, habíamos discutido si yo iba ir o no a su fiesta, al final tuve que ir mis otros excompañeros me invitaron, ella no esperaba que yo llegara, cuando la vi estaba bebiendo del mismo vaso con el jefe, que situación incómoda, se comportó rarisimo, me evitaba, el jefe vivía pendiente de ella, yo pendiente de los 2, era un lugar grande, con varias salas, en un momento ella se paró y se fue. El jefe la buscaba con la mirada, yo fui a buscarla también, cuando la encontré me agarró a la fuerza, a besarme mientras me bailaba, tenía una minifalda y medias de encaje hasta los muslos, cada vez que sospechabamos que alguien nos pudiera ver, nos separabamos, y se desaparecía de nuevo, para mi tranquilidad llegaron unos amigos de la novia del jefe y se lo llevaron. Al terminar la fiesta ambos tomamos un taxi a mi casa.

Yo estaba caliente en todos los sentidos, ella se sentó en el sofá de mi sala, agresivamente le abrí las piernas, desde que le vi las medias quería hacer eso, le corrí el panty y metí mi lengua en su vagina, subí un poco y le chupe el clitoris, hasta que soltó un tímido gemido, me paré y aún con la ropa puesta me saqué el pene, mientras la besaba, seguíamos un poco borrachos de ira, de alcohol y de morbo, la penetré haciendo el panty a un lado de nuevo, allí en la sala, sin cortinas en un piso muy alto con vista a la ciudad. Sus gemidos nunca decepcionan la empujaba con más violencia que otras veces, ella me mordió el labio, la alcé aún con mi pene dentro de ella la llevé a mi cama, su cuerpo se veía espectacular como siempre, sus nalgas perfectas, sus piernas estilizadas y largas, sus gemidos me llenan de libido, es un extasis, una adicción. Le hice el amor con celos, de un tipo enamorado, que no tiene ningún argumento para reclamar, le terminé y sus gritos de extasis coincidían con los míos, hace rato dejamos de hacerlo con Condon, todo mi esperma dentro de esa mujer espectacular que me tenía loco.

Al final se marchaba y me quedaba el vacío, sentirme solo, a pesar de su belleza y del placer desbordado ya no me quedaba el recuerdo emocionante y feliz, yo ya no dormía bien. Esto debía terminar.

Los días siguientes le dije que nos diéramos una despedida, que me jurara que en el tiempo en que estuvimos no tuvo otros amantes, ella podía mentir, claro, pero que por lo menos me diera esa pequeña satisfacción. Ella me juró por su hijo.

Nuestra despedida fue hermosa, nos desnudamos completamente tuvimos sexo con todo el amor que podríamos sentir el uno por el otro sabiendo que no iba a ver más oportunidades de demostrarlo, yo ya estaba completamente enamorado. Nos quedamos abrazados, esa vez se sintió bien. Acordamos bloquearnos de todo, no volvernos a buscar, terminar nuestra aventura, que pasé de la felicidad total a la ansiedad total en solo 2 o 3 meses que duró.

Y así terminó, mi tranquilidad regresó al poco tiempo, ella era libre de hacer lo que quisiera y yo no tendría porque molestarme o enterarme, perfecto, por fin se había acabado esa locura tan increíble y fantástica como complicada e incómoda. Pareció larguísima pero en realidad había sido poco tiempo lleno de emociones muy intensas.

O eso era lo que yo creía. Lo que vino después fue mucho peor.