octubre 13, 2018

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EL UROLOGO Autor MAPMAKER

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EL UROLOGO                              Autor MAPMAKER

 

Me introdujo el dedo lubricado palpando el interior de mi ano; sentí que se demoraba más de lo debido; su dedo hacía círculos en la entrada de mi culo palpando sus pliegues; noté que me introducía otro dilatándolo de una manera tan placentera que hizo efecto en mi cerebro despertando en mi bajos instintos.

 

Luego me hizo una pregunta en tono burlón y sarcástico de por qué mi esfínter se dilataba tan fácilmente ya que otros hombres apretaban tanto que le dificultaba hacerle el examen rectal;  respondí que no era la primera vez que me  hacía este examen  por lo tanto no sentía ni miedo ni vergüenza; además sufría de estreñimiento lo que hacía que defecara trozos  duros y gruesos de heces tanto así que al limpiarme ni siquiera ensuciaba el papel higiénico.

 

Era tan serio el nivel de estreñimiento que tenía que colocarme  supositorios para poder expulsar los enormes trozos de heces; me dijo jocosamente que mi esfínter aguantaba cualquier “cosa” a lo que yo le pedí que me definiera “cosa”; estaba en la camilla en  posición prenatal necesaria para el examen de orto; al pasar frente a mí  noté el enorme  el bulto que se  manifestaba en su entrepierna.

 

Luego me explico que necesitaba hacerme una prueba más con un aparato que penetrara más profundo que el dedo índice; yo acepté; me hizo desnudar y vestir con una bata corta y me indicó que me tendiera en una cama parecida a las de ginecología con soportes para mantener las piernas abiertas  y con una mampara de tela para ocultar los aparatos que iba a utilizar;  ahí quedé yo con mi culo expuesto y las piernas abiertas.

 

Regresó vestido con una bata y usando una mascarilla antiséptica; en mi posición  no podía ver lo que me iba a hacer; apagó las luces conservando sólo la que estaba detrás de la mampara, me embadurno lubricante en toda la entrada del ano; colocó un objeto redondo en ella; presionó suave pero firmemente contra mi esfínter; indicándome que  cerrara los ojos y respirara con la boca abierta; sentí el aparato vencer mi anillo y avanzar lentamente dentro de mi intestino.

 

Me preguntó si sentía alguna molestia a lo que le conteste que no; me dijo que faltaba poco para terminar; baje mi mano y noté que mi verga tenía una tremenda erección; el grueso aparato continuó su recorrido hasta lo más profundo de mis entrañas; empezó a sacarlo y meterlo explicándome que eso era para remover y sacar flujos de muestra,  que probablemente eso  me iba a excitar, que podía masturbarme para contrarrestar la sensación;  antes terminar de decirme ya estaba masturbándome.

 

El aparato aumento sus movimientos tocando con su punta mi próstata y  mi punto “g”, llevándome a un grado de excitación  increíble, causándome una potente eyaculación; escuche la respiración agitada del doctor;  percibí la vibración de aquel aparato dentro de mi culo así como el aumento de temperatura en todo mi recto;  me lo extrajo y no lo sentí tan grueso y rígido como cuando me lo introdujo.

 

Pasado unos minutos, encendió las luces, ya no tenía puesta la bata; yo pasé al baño para limpiarme y vestirme; desistí de limpiarme el ano lubricado pues seguía sintiendo una sensación agradable; al botar el papel toalla con que limpié mis manos pude ver en el recipiente de basura un preservativo de látex con una gran cantidad de semen en su interior; sonreí para mis adentro y tomándolo anudé el extremo abierto, guardándomelo en el bolsillo.

 

Al salir me dijo que tenía que hacerle un pago adicional por el examen, no le respondí, solo me limité a enseñarle el preservativo lleno de esperma; se sonrojó y sonrió  haciéndome un hizo un guiño de despedida;  me indico que me llamaría cuando tuviera los resultados.

 

Camino a casa,  a cada paso  sentía la viscosidad en mi culo, el recuerdo de lo que me había ocurrido sin haberlo visto fue  despertando mi apetito sexual; sonriendo, me imaginaba el doctor con su tranca dándome verga hasta correrse,  reprimiendo sus emociones, tratando de  engañarme con su supuesto “examen”.

 

Al llegar a casa, preso de la excitación, busque un pepino enorme y grueso lo afirmé en una silla  lubricándolo con el esperma contenido en el condón ;   me senté sobre él incrustándomelo en  el culo; mandándome una sesión de pajas en nombre del doctor mientras pensaba en que fecha iría nuevamente a buscar los resultados de mi examen rectal.

 

 

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2 respuestas

  1. nindery

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