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VERDADERA CONFESION Autor MAPMAKER
VERDADERA CONFESION Autor MAPMAKER
Lo que voy a relatarles es una confesión real, no es una copia de otro escrito ni una fantasía sino una experiencia vivida y que demuestra que tenemos sentimientos ocultos que no nos atrevemos a confesar; esta experiencia nació cuando tenía diecisiete años y tenía un perro llamado Amigo que en ese entonces tenía cuatro años humanos que representaban dieciséis años caninos.
Amigo me fue regalado cuando tenía un mes de nacido y me acompaño durante diez años; al desaparecer, su presencia significo una pérdida muy grande para mí pues fue el compañero fiel que nunca me abandonó; era un labrador color café, pelo corto brillante, fuerte y bien desarrollado; siempre lo mantuve limpio y cuidado; le instruí con palabras cortas a las que respondía con obediencia.
Cuando la bañaba notaba que al restregarle la zona donde estaba su miembro arqueaba el lomo e iniciaba unos movimientos de embates hacia delante mostrando la oscura punta de su verga y esta aumentaba de tamaño dentro de la funda bajo su vientre; al descubrir esta situación, me puse en contacto con propietarios de perros de la misma raza para cruzarlo y satisfacer sus necesidades de apareamiento igualmente, obtuve ingresos de los cachorros nacidos utilizando estos en su cuidado y mantenimiento.
En su vida tuvo muchísimos cruces con distintas hembras en los cuales siempre estuve presente; pero el primer apareamiento que presencie me dejó tan impresionado que creó un morbo y una curiosidad enfermiza por saber que se sentía el ser poseído por Amigo; en aquella ocasión la perra estaba dispuesta; su vulva hinchada lo demostraba; Amigo la olió y lamió su sexo deseoso; ella levanto su rabo facilitando la penetración; Amigo montó tras sus ancas y pude notar como la punta rojo oscuro se asomaba buscando la excitada abertura.
Al encontrarla la penetró con frenéticos movimientos, noté como se acoplaban en un desenfreno animal; la hembra afianzó sus patas resistiendo los embates estoicamente mientras empezaba a jadear disfrutando los empujes del poderoso can que la tenía aprisionada por la cintura; así continuaron hasta quedar acoplados en los últimos estertores que se reflejaban en los testículos de Amigo; esa escena no se borró de mi mente jamás.
Los movimientos fueron desapareciendo y los canes cambiaron de posición; Amigo se desmontó de la labradora quedando anclado dentro de su vulva la cual se notaba más inflamada por el pedazo de carne que la rellenaba; el semen comenzó a gotear formando un charco sobre el piso; un olor avinagrado invadió el recinto; continuaron acoplados mientras la mancha de semen continuaba aumentando; al cabo de veinticinco minutos se desacoplaron y pude contemplar el pedazo de verga que tenía Amigo.
Podía medir unas diez pulgadas; empezaba una punta del forma de cereza y se iba engrosando hacia la base de los testículos de una forma descomunal parecía un cono oscuro y venoso; el orificio vaginal de la hembra entreabierto no cesaba de manar líquido seminal; ambos empezaron a lamer sus sexos.
A partir de ese momento, empecé a masturbarme evocando la escena de Amigo copulando con la hembra y día a día aumentaba la curiosidad y el deseo de sentirme lleno de un pedazo de carne de ese calibre; la decisión la tomé un día que estaba un poco ebrio; me llené de valor y decidí satisfacer mis deseos reprimidos además Amigo tenía algún tiempo que no conseguía compañera.
Me desnudé y me coloque en cuatro patas sobre la alfombra; previamente había sacado en un recipiente clara de huevo y la había refrigerado lo que le dio la consistencia gelatinosa traslúcida; tomé este sustancia lubricante y la unté en mis nalgas y en la entrada de mi ano introduciendo un dedo y luego otro acondicionándolo para la penetración; sentía la garganta reseca por el nerviosismo de lo que iba a hacer; llamé a Amigo palmeando mis nalgas.
Se acerco empezando a oler mis nalgas; el olor de la clara de huevo lo atrajo; una lengua larga y caliente empezó a recorrer el canal de mis glúteos; había apoyado mi torso en la orilla del lecho para así tener ambas manos libres y poder entreabrir los cachetes de mi culo; sentí la lengua reptar y limpiar la gelatina de la entrada de mi orificio anal; Amigo monto sobre mi trasero; sentí sus poderosas patas afianzándose alrededor de mis caderas a enlazándolas a mi cintura y tembloroso me preparé para lo desconocido.
Gemí al sentir el peso de su cuerpo, abrí la boca preparándome para poder asimilar la monstruosidad que me iba a invadir; la punta tanteó buscando la entrada; mis dedos la guiaron para que la encontrara; sentí la lubricada punta apartando los pliegues de mi esfínter; penetrando implacable en mi apretado culo despojándolo de su virginidad ; inicio un frenético movimiento penetrando más y más dentro de mi rellenándome hasta que sus huevos chocaron con los míos.
Una sensación de llenura me invadió a la vez que un húmedo calor llenaba mis entrañas; estaba sudando a mares mientras soportaba el peso de Amigo; sentía sus jadeos en mi cuello y su baba caer en mi espalda; no dejaba de percibir los espasmos de su miembro dentro de mí; miré hacia abajo y pude ver su esperma escapándose, bajando por mis muslos; Amigo pasó una de sus patas sobre mis nalgas desmontándose causándome dolor al presionar la enorme bola la entrada de mi violentado ano; así quedamos pegados culo con culo; su verga brutalmente anclada en mi ano de una manera salvaje convulsionando aún a causa de las expulsiones de esperma.
Trataba de que su verga saliera de mi pero no lo conseguía; era tal el grosor de la bola en la base y tan apretado mi esfínter que era imposible que abandonara su encierro; sentía mi ano brotado hacia fuera pero no se dilataba lo suficiente para permitir que aquel enorme nudo abandonara aquella prisión; empecé a masturbarme, no pasó mucho tiempo para que mi glande expulsara chorros de semen.
Al cabo de unos treinta minutos, Amigo cansado e impaciente tironeó con fuerza sacándome la verga de un tirón; un gemido de dolor salio de mi garganta al sentir el violento jalón que me dejó el ano brotado hacia fuera; era la verdadera desfloración; la leche retenida manaba en grandes cantidades formando un charco en el piso; la cintura me ardía por los arañazos de sus patas; nuevamente percibí el olor a agrio en el ambiente; quede asombrado viendo la tranca que había aceptado mi recto; estábamos exhaustos, quedamos tendidos en el piso en la habitación impregnada de olor a sexo.
De ahí en adelante, no había momento disponible que no lo utilizásemos para copular; aunque siempre le buscaba hembras en celo, siempre había tiempo disponible para satisfacer su deseo animal y mis deseos reprimidos; Siempre lo mantenía aseado y con un control veterinario periódico; Amigo, dormía en mi lecho, este estaba siempre protegido con sábanas impermeables lavables; además compré un gel aromático para minimizar el olor avinagrado de su semen;cuando Amigo me veía buscar los guantes de cuero que conseguí para sus patas quedaba preso de la excitación.
Tenía el culo amoldado a su tremendo miembro y Amigo se acostumbro a culiarme en la cama; le colocaba los guantes en las patas y la cereza roja asomaba en su funda; ya no tenía que abrirme las nalgas me colocaba firmemente sobre rodillas y brazos, Amigo se colocaba sobre mi espalda y me acertaba con precisión ensartando mi orificio como si fuera su perra; me hacía jadear mientras bombeaba la leche de su monstruoso miembro en mi recto luego se desmontaba manteniéndome enganchado a su verga.
Aprendimos a tendernos acoplados sobre el lecho hasta que se vaciaba por completo dentro de mí mientras yo me masturbaba satisfaciendo mis deseos prohibidos; también tomó la costumbre de lamer el esperma que brotaba de mi abierto ojete mientras yo me masturbaba; dormíamos juntos; muchas veces me despertaban sus lamidas entre mis nalgas indicando que quería culiar y yo respondía colocándome como una perra lista para que me acoplara, era incansable y con solo de sentir su lengua mojada entre mis nalgas y su hocico empujándome para que me colocase en cuatro patas despertaba en mi increíbles dedeos de que me poseyera.
Cierta vez que lo lleve a cruzar con una labradora Golden note que la dueña, una mujer joven inconscientemente se empezó a masturbar mientras Amigo se cogía a la Golden ; me acerqué a ella que estaba en éxtasis con los ojos mirando hipnotizada como copulaban los canes; me acerque por detrás y empecé a acariciar sus senos a través del la playera que cargaba; lanzó un suspiro y se dejo levar por el deseo; la hice que se colocara en cuatro sin que dejara de mirar.
Vestía una faldita de mezclilla, corta, la recogí en su cintura y metí mi mano buscando su panocha; una diminuta tanga cubría su sexo; el triángulo de tela estaba impregnado en jugos y el hilo trasero enterrado en su culo; estaba arrodillado tras ella; baje mi cremallera extrayendo mi miembro erecto; hice a un lado la tanga y la penetré hasta los huevos; lanzó un suspiro de satisfacción pero no apartó la vista de la escena que la tenía cautivada.
Empecé a penetrarla mientras observaba embebida como Amigo rellenaba a la labradora; estaba como en trance mientras observaba a su perra enganchada a Amigo; tenía el hilo de la tanga a un lado de sus nalgas y pude ver la entrada de su ano que palpitaba a cada embate que le daba a su raja; no resistí el deseo de penetrarla por allí; se lo saque de la empapada gruta y presione el glande en la apretada entrada.
Lanzó un gemido al atravesar su esfínter pero no opuso resistencia; era como si estuviera saboreando la verga de Amigo; la penetre hasta que mi pubis topó con sus glúteos; empecé a moverme metiéndole la verga hasta las bolas para luego extraérselo hasta que sólo quedaba la cabeza dentro y repetía la dosis; así continué hasta que empezó a gritar presa de la lujuria; tuve que taparle la boca para que no la oyera fuera de la casa.
No soporte aquel cuadro y me derramé dentro de ella; percibí las convulsiones producto de su orgasmo; caímos desmadejados sobre la alfombra sin quitar la vista de los canes acoplados; ella continuó mirando hasta que la verga de Amigo abandonó su encierro y quedo colgante con toda su extensión manando esperma mientras la Golden lamía la leche que salía de su vulva.
Se desacopló de mi y reptó hipnotizada hacía Amigo; empezó a mamarle la verga que empezaba a desaparecer dentro de la funda de pelos; le indique que se pusiera como una perra y llamé a Amigo; este se colocó tras sus glúteos empezando a lamer los jugos que fluían de su ano y panocha; Amigo no tardó mucho en recuperarse más aún cuando ese culo era desconocido para él.
Trepó sobre sus nalgas y buscó donde meterlo; lo primero que encontró fue el ojete lubricado con mi esperma y por allí se introdujo; un grito de sorpresa salió de la mujer grito que acallé metiendo mi verga en su boca; Amigo empezó con sus embates frenéticos hasta rellenarle todo el culo; baje mi mano buscando su sexo y palpé su gordo clítoris inflamado por la excitación se lo pellizqué sacándole gemidos de placer; seguí masajeándole el clítoris hasta llevarla a un fantástico orgasmo; el semen manaba incesante por el interior de sus blancos muslos.
Amigo se desmontó quedando enganchado al culo de la mujer; transcurrió un buen tiempo hasta que se desacopló; la mujer se desmadejó sobre la alfombra mostrando su orificio anal distendido y manado leche; al verla en esa posición, tomé un cojín de un sillón y lo coloqué bajo su vientre dejándola con las pompis levantadas: me coloqué tras ella y la penetre por aquel culo abierto y lubricado; la cogí hasta que me corrí dentro de ella.
Al pasar de los años, luego que desapareciera Amigo, continué viviendo con ella que fue mi único consuelo y con quien pude volver a una vida casi normal.
2 respuestas
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