Llegué a casa a las dos de la madrugada. Muy enfadada, mi novio acababa de romper conmigo, me dijo que se aburría. Entonces tenía 23 años. Me puse el pijama y me metí en la cama. Pero no podía dormir, y por eso me incorporé y cogí el ordenador portátil.

A ver quién está conectado…, pensé, nada, casi nadie de mis amigas hasta que vi a Javier. Es un perfecto imbécil. Amigo de mi novio, unos meses antes me había hecho proposiciones. Feo, bajito y gordito, bastante baboso y extremadamente tímido. Por supuesto que le mandé a paseo además de decirle que me parecía repugnante que intentase liarse con la novia de un amigo suyo. Hasta le di un bofetón, y es que tengo la mano larga. Después de eso estuvo tiempo sin hablarme, y se que me criticaba a mis espaldas, diciendo que era una pija creída.

Pasé de él cuando me lanzó el primer emoticono sonriente. Insiste. Y empiezo a contestarle con monosílabos. Hasta que de repente me dice:

– te ha dejado eh.

– Y tu cómo sabes eso?, habéis hablado ya?, los tíos dais asco.

Silencio. Y un rato más tarde…

– Yo se algo que tu no sabes. Yo se porque te ha dejado realmente.

– Y me lo vas a decir?

– No

– Pues vete a la mierda.

Silencio. Y un rato más tarde…

– Andrea, me trataste muy mal. Me gustabas mucho. Con decirme que fuesemos solo amigos era bastante, pero me humillaste. Ya se que no soy Brad Pitt pero no me merecía eso.

– Oye Javier, que quieres que te diga, lo siento,…me vas a decir lo que sabes?.

– Me pones la cam?

– Para qué?

– Quiero verte la expresión de la cara si dices que lo sientes de forma sincera.

– Eres un tarado.

– Pónmela anda.

Se la pongo. Veo en su expresión que ha conectado el sistema y me está viendo. Me saluda con la mano.

dejó de escribir y empiezo a hablarle.

– Me ves no?

– Sí, te veo, has estado llorando verdad?

Me ruboricé. Asentí con la cabeza.

– Ninguna tía ha llorado nunca por mi. Sabías que fuiste la primera tía a la que le hice una proposición en persona?. Yo sabía que estaba mal pero aún así lo intenté. Me gustas mucho, perdón, me gustabas mucho.

– Me tomas el pelo, nunca has estado con una chica?

– No.

Me di cuenta de que tuve que hacerle daño en el pasado. Pero quise cambiar de tema.

– Qué sabes de porque ha cortado conmigo?

– Lo se todo.

– Me lo vas a decir?

– Que saco yo a cambio?

Me sorprendió que fuese tan directo. Me estaba chantajeando o comprando?. No podía ser.

– Tener la conciencia tranquila es lo que sacas.

– Mi conciencia está tranquila. El es mi amigo, tu no eres mi amiga. Si voy a traicionarle con lo que me contó quiero saber qué saco a cambio.

– Que podría darte yo?.

– Podrías quitarte ese pijama.

– QUE??? TU ESTAS ZUMBAO TIO SE TE VA LA PINZA.

– Nadie se enteraría…

– YO ME ENTERARÍA. ES SUFICIENTE.

– Y si te digo que con lo que se podrías volver con él?.

– Crees que me desnudaría para ti para volver con él?.

Entonces desapareció del campo de la cámara y unos segundos más tarde volvía. Llevaba una carpetilla y sacó dos fotos impresas. Era yo, en bikini el verano pasado. Me las había sacado mi novio.

– De donde las has sacado?

– Me las dio él por mail. Yo solo mandé revelarlas.

– Quien más las tiene?.

– Por mi nadie más, no se si el se las habrá dado a otros. Sabes Andrea?, se que tienes un lunar en el pecho izquierdo. Eso nos lo dijo a varios él una noche tomando cervezas.

– Qué?

– Aun quieres volver con él?.

– Quiero que me cuentes porqué me enseñas esto y porqué me ha dejado.

– Andrea, quitate el pijama y lo sabrás.

Empezaba a estar fuera de mi misma.

– Andrea, mira pon el ordenador mirando a la habitación y te pones de pie y te lo quitas.

Mi corazón iba a mil. Estaba asustaba, con ganas de venganza pero no sabía bien contra quien.

– Pensé que te gustaba, Javier, y lo que quieres es humillarme.

– No Andrea, no quiero humillarte. Solo quiero verte. Sin malos rollos. Será nuestro secreto.

Pensé en mi novio. Valiente imbécil. Mi enfado iba pudiendo más que mi miedo. Verme en esa situación por un imbécil. Y ahí estaba Javier, tan feo como siempre. ¿Por qué no?. No le dije nada, y tampoco me puse de pie como el quería.

Simplemente me desnudé. Veía sus ojos saliéndose de las órbitas. Babeando. abrí las piernas dejando el ordenador entre medio y moví la pantalla para que el ángulo cogiese todo mi cuerpo.

– Es lo que querías?. Es esto?, te parece suficiente?

– Eres preciosa Andrea. Podrías…

– Calla.

Empecé a tocarme y a introducirme los dedos. Me masturbaba. cerré los ojos sabiendo que estaba ahí, mirándome. El susurraba…sigue Andrea sigue.

Entonces sonó el móvil. Alcancé a cojerlo. Era mi novio. Y allí estaba desnuda, excitada ,delante de la cámara atendiendo la llamada.

– Si?

– Andrea. Lo siento. Te quiero mucho. He sido un idiota. Javier me dijo que te lo habías estado intentando hacer con él. Pero es un puñetero enfermo. No se cómo he podido dudar de ti. ¿Me perdonas y volvemos?

FIN