
Por
Mi cuñada Esther
Fuimos de visita a la casa de mis suegros, ellos viven a unos 60 kms. de donde vivimos mi esposa Carmen y yo, convivimos todo el día, mi cuñada Esther, era la encargada de atender a los invitados a esa parrillada con motivo del aniversario de bodas de mis suegros, como ese convivio terminó ya bastante tarde, a eso de las tres de la mañana, mis suegros y mi cuñada se negaron a que regresáramos a casa a esa hora.
Esther dijo que durmiéramos en su recamara, pero ella tenía una cama individual que nos cedió a Carmen y a mi y ella se acostó en una colchoneta al lado de la cama, Carmen escogió el lado pegado a la pared durmiéndose casi de inmediato, dejándome el lado de la orilla, yo tenia puesto una bermuda de resorte a la cintura que me presto mi suegro, Esther entró a la recamara con un diminuto short y una blusita satinada de tirantes, la blusa era corta, apenas llegaba a la altura de sus costillas, dejando al descubierto su preciosa cintura y su sexy ombligo, tomó un peine y alzó los brazos para peinar su cabello antes de acostarse y casi deja al descubierto sus hermosas tetas, apagó la luz y se acostó al lado de la cama en la colchoneta. Esa noche hiso muchísimo calor, los dos ventiladores no lograban darnos el confort necesario para poder dormir bien, por lo que escuche cuando Esther se paro al baño, cuando regresó a la recamara, se puso frente al ventilador para refrescarse, la claridad de la ventana dibujaba muy sensual su bella figura, voltio a verme y yo disimule estar dormido, ella cruzó sus brazos y se quitó la blusa, yo no podía creer lo que veía, ver a mi cuñada que vestía solo ese pequeño short y su pecho desnudo, viendo sus preciosas y redondas tetas, pero mi sorpresa fue mayor al ver que también se quita el short quedando en una diminuta tanga blanca de hilo, que se perdía entre sus redondas nalgas, al frente un pequeño, muy pequeño triangulo adornado con una flor igual blanca, se acostó en la colchoneta al lado de la cama, a solo unos centímetros de mi, al alcance de mi mano, vistiendo solo su tanga, acostada boca arriba, con las piernas flexionadas y abiertas, como esperando que yo me acomodara en medio de sus piernas y hacerle el amor, así se quedó dormida, pasaron mucho tiempo, calculo que mas de 30 minutos, decidí ir al baño, me pare sin hacer ruido, pero me quedé viendo como su tanga apenas cubría sus labios vaginales, sus delgadas pero bien torneadas piernas, su abdomen plano, y sus redondas tetas coronadas por sus hermosos pezones negros, mi verga se puso firme ante esa bella imagen, me fui al baño y al regresar vi que Esther estaba de lado, en posición fetal, con su trasero apuntando hacia la cama, que al acostarme, el espectáculo era fantástico, no dormí en toda la noche, contemplándola, con la verga bien parada.
Cuando amaneció y al escuchar que Carmen se despertaba, ella se tapo con su sabana, Carmen y yo fuimos a bañarnos, salimos del baño ya vestidos, Carmen fue a la recamara a maquillarse, Esther continuaba tapada con la sabana, yo fui a la sala y salude a mis suegros, pronto llegó Carmen a desayunar.
– Ya estoy lista, cuando Uds, digan � Dijo Carmen a sus papás � Amor voy a ir con mis papás a ver a mi tío Juan al asilo, Esther sigue dormida, regresamos para la comida, que no guise Esther nosotros la traemos, Bye.
Me dio un beso y se fueron, fui a la recamara, Esther estaba con la sabana enrollada entre las piernas y sin cubrirse el pecho, me senté en la cama, mi verga estaba bien parada, no sabia que hacer, si la despertaba o la dejaba dormir, decidí dejarla dormir, me puse de pie, la erección de mi verga era evidente, cuando estaba por salir de la recamara.
– ¡Buenos días! � me decía Esther con voz amodorrada.
– ¡Hola!, ¡Buenos días! � conteste tratando no ponerme de frente para que no viera la erección de mi verga por debajo de la bermuda.
– ¿Qué hora es? � preguntó al momento que se sentaba en flor de loto en la misma colchoneta sin cubrirse el pecho.
– Son las 10:15 � conteste tratando de disimular que su pechos me atraían.
– ¡Se fue Carmen con mis papás? � preguntó muy quitada de la pena.
– Si, si, ya se fueron � contesté.
– ¡Hay Betito! ¿todo eso se lo das a mi hermana? � pregunto con picardía.
– ¿¡Que!? � estaba desconcertado – ¡Ah!, Si, si, disculpa� es que�
– ¡JAJAJAJA!, te excita verme así � dijo al momento que se quitaba la sabana de las piernas y se hincaba en la colchoneta.
– Eres muy hermosa, tiene un cuerpo muy bonito � le dije.
– Carmen y yo siempre hemos compartido todos nuestros juguetes � dijo al momento que me jalaba del elástico de la Bermuda, bajándola hasta el suelo dejando libre mi verga bien erecta.
Sin decir nada, la tomó entre sus manos para llevársela a la boca hasta que sus labios tocaron la base de mi verga, iniciando el regreso de inmediato y al llegar al glande rodearlo con la lengua, continuando con un suave pero rítmico movimiento de mete y saca de su boca y haciéndome ver las estrellas de puro placer. Mis manos sujetaron su cabeza para sostenerla en el movimiento de mete y saca, después de un momento, cuando ella escuchó que estaba bien caliente, me soltó, me dio la espalda y se puso en cuatro.
– Métemela, hazme gozar como lo haces con mi hermana.
Cegado por la pasión, le hice a un lado el hilo de la tanga, apunte a la entrada de su vagina y la empuje en ese delicioso hoyo húmedo y caliente, hasta llegar al fondo, con el movimiento, sus nalgas golpeaban con mi ingle, Esther gemía en cada embestida, de pronto ella se movió para que se la sacara y me dijo.
– Métemela por el culo.
Sin esperar mas, se la metí por el culo, sin piedad, de un solo empujón, ella soltó un alarido de placer.
– ¡¡¡Aaauuuggghh!!! � ¡que rico!… ¡dale, dale!… ¡Ah hip!, ¡Ah hip!, ¡Ah hip!.
Gozó unos instantes y me empujó para que se la sacara, se dio la vuelta quedando frente a mi y me acostó boca arriba, se montó en mi, metiéndosela en la vagina, la tome de la cintura y ella subió sus manos para que le agarrara sus tetas y comenzó a mover la cadera en círculos y de arriba abajo maravillosamente rico.
Yo estaba al máximo, a punto de estallar, cuando ella se salió y apresuradamente se metió mi verga en la boca recibiendo toda mi leche caliente, se la tragó casi toda y a lengüetazos me limpió toda la leche que estaba en mi verga. Se paro, se fue al baño a bañarse, yo la alcance para bañarme con ella, nos frotamos el jabón mutuamente, cuando mi verga tomó fuerza otra vez, ella me abrazo por el cuello con los brazos y por la cintura con sus piernas y se la metí por la vagina cogiéndomela otra vez bajo el chorro de agua de la regadera, termine dentro de ella, bajo sus piernas suavemente, mis piernas me temblaban, me dio un beso en los labios, se lavó nuevamente y salió del baño.
Cuando llegaron Carmen y mis suegros con la comida, nosotros estábamos viendo televisión en la sala, yo ayude a servir la comida, cuando Esther se me acerca y me dice en voz baja.
– La próxima vez me la vas a mamar, quiero que me hagas gozar con tu lengua como lo haces con Carmen.
Fue un día formidable, un sexo con Esther fabuloso, que nunca se me olvidará, otro día les cuento como estuvo las siguientes reuniones.
2 respuestas
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