Mi reprima Valeria vive en el pueblo en la casa de sus abuelos, lugar donde tiene lugar esta historia. Era 3 de Marzo y era su cumpleaños, así pues fuimos todos al pueblo.

Llegué a su casa, cuando entré por la puerta fue corriendo hacia mi abalanzándose sobre mi cuerpo para darme un beso en la mejilla. Y es que debido a nuestra poca diferencia de edad nos llevamos muy bien. Después paso a saludar al resto de la familia que se encontraba ya en el salón.

Valeria al cabo de un par de minutos me dice de ir a su cuarto para jugar, cosa que acepté, pues aún no había llegado mucha gente y podríamos así pasar el rato mientras. Al subir me dice que qué hacemos ahora, entonces nos quedamos en silencio sin saber muy bien que hacer o que decir, por lo que termino optando por un clásico entre los dos: hacernos cosquillas. Así pues, empiezo a hacerla cosquillas y ella apto seguidp reacciona moviéndose de un lado para otro sin parar, hasta poner un pie en mi cabeza a la par que pedía que pararse entre risas y carcajadas.

Yo al ver el pie de Valeria en mi cara lo huelo y me excita, cosa que al ver aquello Valeria se echa para atrás y me dice “¿Te gustan los pies?” Esta pregunta me dejó en shock, pero no iba a mentirle, menos por lo que acababa de ver, así pues tras un rato pensando que decir la digo que sí. Tras eso ambos nos quedamos mudos por un par de minutos que a mí, en lo personal se me hicieron eternos. Entonces, el silencio es interrumpido por la abuela de Valeria quien nos llama para bajar, pues ya habían llegado todos los invitados.

Valeria fue la primera en bajar, muda, sin haberme dicho nada, yo estaba asustado, no me dijo que le había parecido mi respuesta, podía decírselo a cualquiera, pero no quedaba otra que bajar. Afortunadamente, durante el cumpleaños todo sucedió normal, hasta que llegó la tarta. Al apagarse las luces noto algo tocar mi entrepierna, entonces miro al frente y en la penumbra veo a Valeria con una sonrisa pícara.

Al acabar la tarta Valeria me dice que vaya a su cuarto a seguir jugando con ella, cosa que acepto. Una vez entramos me dijo que me ponga cómodo en su cama y me tumbe, ella de mientras iba a ir al baño a hacer sus necesidades. Así pues, me puse cómodo tal y como ella me dijo. Entonces, al cabo de un par de minutos, sale Valeria desnuda y salta sobre mí. 

Yo estaba en shock, no sabía que decir o que hacer en dicha situación, pero Valeria sí, me comenzó besando mientras subía y bajaba en mi calzoncillo, pues me había sacado la ropa a excepción del mismo. Hasta que nota que me voy a venir, así pues, para de hacerlo y me quita el calzoncillo. Ahí, coje con sus manos mi polla y comienza a chuparla, pero como estaba gimiendo me pone su mano en mi boca para que no nos escuche nadie. Finalmente su suave lengua me saca la primera ráfaga de leche.

Ahí Valeria me dice “si te dejas hacer de todo te daré una sorpresa”, ante lo cual acepto, pues ella me ponía mucho, más ahora que me la acababa de chupar entera. Así pues, prosigue y esta vez usa sus manos para hacerme venir, mientras me pone sus bragas en mi boca para que no hiciera mucho ruido. Tras venirme con estas, Valeria me monta, me quita las bragas y me besa. Seguía y seguía hasta que por fin me vine en su coño. Ella me dijo que este era el mejor regalo de todos, que siempre tuvo ganas de follar conmigo y por fin pudo conseguirlo.

Pero esto no quedó ahí, se puso en cuatro en la cama y me dijo que la diera fuerte en el culo, así pues, agarré sus bragas y las mordió, evitando así hacer ruido, mientras la follaba bien fuerte el culo hasta que me vine dentro del mismo. Ella me besó, se sacó parte del semen y se lo tragó entero. Era una golosa, como si fuera un niño que acababa de probar el chocolate. Le encantaba mi leche. Entonces, me empuja, y con sus tetas comienza a masturbarme haciéndome una cubana que termina con sus tetas llenas de mi blanca leche, a la par que lo iba acompañando con lamidas y chupadas metiendo la polla entera en su boca.

Yo ya estaba exhausto, pero entonces ella me dijo que como yo había cumplido ahora a ella le tocaba, entonces, mi polla siente el tacto frío de sus pies y comienza a pajearme con sus ricos pies, lo hacía suave, pues ella era consciente de que me excitbaabn mucho y no quería que me viniera en nada, le gustaba mucho ver mi cara de placer sexual. Al cabo ya de unos cinco minutos me corrí en sus pies, fue una experiencia impresionante, ella se los lamió enteros.

De repente, se abalanza sobre mí, me besa y me dice “Diego, la sorpresa es que vas a dormir conmigo y mis amigas esta noche jijiji”. Aquello me tomó por sorpresa verdaderamente. Pero eso es para otra ocasión, asi que si quieren que les cuente como mi reprima Valeria y sus amigas me hicieron venirme hasta dejarme seco y me dominaron durante toda la noche apoyen este relato.