Pelea de hermanos [Parte 1]
Pelea de hermanos [Parte 1]
Relato de DandyErotic
Lo que sucedió el sábado 30 de junio de 2018 por la tarde, se me quedará grabado en la memoria para siempre. A lo mejor es la cosa más extraña que he vivido. Pero no nos adelantemos. Empezaré por el principio.
Martes, 19 de junio, 2018
Soy David. Tengo 13 años, algo bajito todavía, pero siempre he sido atlético y muy fuerte. Me encanta el deporte. Lo malo es que mi deporte predilecto es el tenis y estamos en pleno verano. Y este año hace un calor de mil demonios.
No hay problema, tengo la suerte de que en mi urbanización tenemos una buena piscina. Al principio trataba de jugar al tenis con mi amigo Carlos. La idea es que al empezar a sudar, nos cambiaríamos y nos meteríamos después al agua. Pero eso no duró ni dos días. El bochorno es terrible. Al final me he despedido del tenis. Carlos y yo quedamos en bañarnos por la mañana.
Me encanta nadar. No pasas calor, la sensación de levitar, nadando tengo un estilo muy rápido… y además, vas semidesnudo en público.
Pero los vecinos me empiezan a poner enfermo. Más bien, diría que concretamente, la culpa es de mi hermana.
Me llevo fatal con ella y es una boba repelente. Me insulta y me desprecia por mi estatura. Nos chinchamos mutuamente y nos peleamos cada dos por tres.
Yo diría que nuestra guerra empezó desde que me pilló mirando porno el año pasado. Qué vergüenza pasé. La muy jodida me chantajeó durante tres meses. Amenazando con decírselo a nuestros padres. No he limpiado ni hecho la cama en la vida. Pero durante tres meses me tocó hacerle la cama a mi hermana y limpiarle la habitación. Cómo la odio…
Volviendo al tema de la piscina. Mi hermana ya tiene 16 años y no pasa muy desapercibida que digamos. Está mal que lo diga yo, pero Marta está… crecidita. Le ha crecido todo: el ego, la soberbia… también las tetas y el culo. No se puede negar la verdad. Prefiero borrar su imagen de mi cabeza, pero no lo conseguiría.
Aunque lo peor es que se ha convertido en una adolescente insoportable.
Pero yo, como hermano, tengo que soportar los comentarios de mierda que oigo de los imbéciles de la piscina. Incluso de mi amigo Carlos.
—Tío, tu hermana está muy follable, ¿eh?
—¡¿Qué?! ¡A que te meto una hostia, gilipollas! —dije enfurecido.
Luego hizo un gesto manoseándose el paquete debajo del agua, justo cuando Marta pasaba cerca. Le pegué un buen capón. Y ahí dejó de ser amigo mío.
Viernes, 22 de junio, 2018
Estoy haciendo mis largos a estilo braza para durar más tiempo y pasar la tarde dentro del agua. Aparece mi hermana y se mete de cabeza. Recorriendo la mitad de la piscina. Justo cuando llego al otro lado de la piscina, ella me alcanza. Y me dice:
—¿Qué, enano? ¿A que no me adelantas? —dijo desafiante.
—¡¿Enano?! ¡Ahora verás, petarda!
Comienza una carrera sin piedad por ganarme el respeto de esa boba que tengo por hermana. He cambiado al estilo crol de inmediato para ganar velocidad. Ella aprieta de manera increíble dejándome muy atrás. Para colmo, me da un tirón en el gemelo derecho. He logrado contener un grito de dolor. No ha sido tan grave. Consigo frenar y por suerte hago pie. Puedo sacar la cabeza para respirar mientras se me relaja el músculo. Así disimulo. No puedo permitir que ella se de cuenta.
A lo lejos le escucho decir:
—Oh, pobrecito. Te he pegado una buena paliza, ¿verdad?
Joder, cómo la odio.
Domingo, 24 de junio, 2018
Llevo dos días en los que intento ganar a mi hermana, incluso sin haberla retado. Pero no la alcanzo. No es justo ella me saca casi dos cabezas y tiene unas piernas larguísimas.
Me está sucediendo una cosa que no puedo evitar. Cuando ella me adelanta le miro directamente el culo. Y cuando se aproxima cruzando por mi lado le miro las tetas.
—¡Mierda! Pero, ¿por qué no puedo dejar de mirar a esa tonta? —pienso.
Lunes, 25 de junio, 2018
Mi hermana se acerca por mi lado. Intento acelerar para adelantarla. Ella se percata de mi intento por ganarle a una carrera. Así que ella también sube la marcha. De nuevo, me deja atrás.
—Que no, que no. Nunca me ganarás, enano.
Y en lugar de refunfuñar, meto la cabeza en el agua. Hoy llevo las gafas buenas. Y por primera vez espío a mi hermana. La reviso bien. Sumergido en el agua y sin pudor.
—Vaya, qué buena está la jodida —pensé.
Después de media hora, ella salió del agua. Y experimenté lo que he visto en algunas películas. Era como si Marta se moviera a cámara lenta. Todos los viejos verdes y los chavales de la piscina se giraban para verla.
Se va hacia la ducha, la enciende, cierra los ojos y se lava la melena rubia. No puedo creer que sea mi hermana. No puedo dejar de mirar. Está toda mojada y brillando al sol. Después del pelo desliza sus dedos por el torso hasta las piernas. Y las frota suavemente. Aquella escena duró como un minuto y medio. Pero parecía más.
Al cabo de un rato yo también quise salir. Aunque para mi sorpresa, tenía una erección. Maldita sea, mi hermana me la puso dura. Pero no me horrorizó.
Miércoles, 27 de junio, 2018
Mi hermana está vestida para ir a la pista de tenis. Me acerco a ella y decido retarla.
—Oye, tonta. ¿Te atreves a jugar un partido?
—Claro, enano. Pero no llores si te humillo, ¿eh? —dijo la muy presumida.
Por fin me cobraría mi venganza. Puede que ella sea muy buena en el agua. Pero yo soy el mejor en la pista.
Que equivocado estaba. Preferiría no rememorar aquel desastre. Desde que ella hizo el primer saque, me fue ganando punto tras punto. ¡Qué fuerza tiene, qué rápida, qué…! que botes pegan sus tetas. No es una excusa. Pero durante todo el partido me ponía nervioso. Que si se agacha y viene una brisa. Le veía las bragas. Que si corre de un lado a otro. Le botaban las tetas… así toda la tarde.
Cuando de repente parábamos para beber. Menudo deleite verla beber de la botella. De nuevo se activaba la cámara lenta. Chorreaba agua por toda la camiseta y se le marcaba el sujeta… ah, que no lleva el sujetador. Joder que calor tengo.
Fue humillante. En el segundo set, me rendí. Ella se mofaba y me restregaba su victoria con chulería. Yo me quedé sentado en el banco, fingiendo mi cansancio. Pero en realidad trataba de ocultar otra erección con la raqueta.
Esa misma tarde, al volver a casa. Ella dejó entreabierta la puerta del baño. Alcancé a ver lo suficiente como para empalmarme otra vez.
Y sí. Me hice una paja pensando en mi hermana. Ya no tengo ningún tipo de remordimiento. Me gusta mi hermana. Aunque sea insoportable.
Viernes, 29 de junio, 2018
Llevo dos días observando a mi hermana cada vez que va al baño. Y al final, me ha pillado. Me pega cada vez que me descuido. Pero no ha dicho nada a nuestros padres. De momento me insulta y me toma por el “pequeño pervertido”. No le habrá parecido motivo para chivarse.
—¡Serás imbécil, enano! —suele gritarme.
Luego le tomé las bragas y jugué al pilla pilla con ella. Lo admito, soy muy inmaduro. Pero me encanta que me atrape. Aunque sea para recibir una paliza. Porque acabamos tumbados en el suelo. Y eso tiene un morbo tremendo. Yo no paro de reírme y ella me sigue dando golpes, mientras yo le doy todos los cachetes que puedo.
A la tarde, me metí en el baño. Me escondí debajo del lavabo, que está incrustado en un mueble y hay espacio para ocultarse de sobra. Ella entró y se quitó la ropa. La veía de espaldas, sólo se le veía el culo.
—Joder, que rica que está —pensé.
En seguida, se metió a la bañera. Salí del escondite y la asusté.
—¡Hola, Marta!
—¡¿Qué cojones haces aquí?! ¡Puto enano pervertido! ¡Fuera! —gritó levantándose, mientras se tapaba torpemente como podía.
—Vaya, vaya. ¡Qué tetitas tienes! ¡Parecen melones!
Me lanzó una zapatilla y salí corriendo.
—¡Verás cuando te pille! ¡Yo al menos no tengo complejos! ¡Seguro que tú tienes un micropene!
Continuará…
(Todos los personajes son ficticios y son mayores de edad. Incluso aunque se especifique lo contrario)
Una respuesta
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