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Anónimo

enero 25, 2021

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Mi tío el escritor

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      Llevaba un montón de tiempo esperando esta ocasión y no quería desaprovecharla. Mis padres después de muchas riñas decidieron separarse, llevabamos más de tres años sin ir a la costa a visitar a mi tío con el que solíamos pasar los veranos y él nos devolvía la visita en navidades. La última vez que fuimos a pasar el verano a la costa yo tenía 14 años, ahora a solo un mes de cumplir los 18 me disponía a visitarle yo sola. La idea fue de mis padres que decidieron no encerrarme en verano entre uno u otro. Mi padre se fue a vivir a un apartamento a las afueras de Madrid y mi mama se quedó en el piso. Fue mi madre quien habló con el hermano de mi papá, dijo que si no le importaba y además le contó la decisión que habían tomado. A mi tío no le importo ni lo más mínimo, en realidad todos los años nos decía que fueramos, a él le gusta que le vayan a visitar, vive solo en su lujoso ático con vistas al mar. A mi me encanta su ático, tiene una terraza inmensa justo frente a la playa con unas vistas privilegiadas. El ático está en la calle del paseo maritimo y hay un ambiente extraordinario todo el día. 

   Cogí el bus un jueves, y me senté en la parte trasera, unos chicos que iban en grupo me dieron el coñazo todo el viaje, no hacían más que mirarme y decirme cosas, pero lo solventé de manera hábil, diciendo que estaba casada. Al principio se lo tomaron a risas, diciendo que cómo iba a estar casada con apenas 20 años, pero insistí en ello y se lo creyeron. En realidad tenía 17 apunto eso si, de hacer los 18. Al fin cuando llegué a la estación de autobuses vi a mi tío esperando con su coche. Estaba igual de atractivo y varonil como la última vez que había estado allí. Siempre me había atraído mi tío. Es alto, fuerte, muy guapo y tiene ese aire de hombre culto, es escritor, que tanto me atrae. Te da la sensación de estar viviendo con una estrella del cine o algo así. En fin, que he querido contar como empezó esta maldita y maravillosa locura que aún hoy en día estoy viviendo con él. Bajé del bus, no sin antes volver a recibir piropos por parte de los chicos, los cuales me dijeron que si me aburría de mi marido que fuese a la discoteca que ellos me dijeron. Sonreí y me fui en busca de mi tío. Salí corriendo y me tire a sus brazos colgandome de él. Sentí la fuerza de sus músculos enseguida. 

  – Vaya, dios mío, pero si estás hecha toda una mujercita ya nena. -dijo mi tío mientras me besaba las mejillas. 

   Cogió mi bolso de viaje y lo metió en el coche, durante el trayecto no paré de hablar, yo creo que lo hacía porque estaba muy nerviosa, pero mientras más lo miraba más me ponía cachonda. Joder es que estaba para comerselo, de hecho no pude evitar mirar unas cuantas veces a su entrepierna. Aún tenía en mi mente la vez que le vi desnudo mientras se duchaba, era costumbre de él, igual que mi padre de no cerrar el baño mientras se duchan. Y, al igual que mi padre, y eso es por lo visto por la genética, mi tío estaba muy bien armado. La verdad es que en mis fantasías eróticas en solitario por las noches, siempre aparecía esa imagen con mi tío ducandose y en mis aventuras imaginarias cambiaba la forma de como llegaba a ella hasta disfrutar como una perra en celo. 

  Llegamos al destino y cuando bajamos quiso saludar a Paco, un hombre de unos sesenta años que llevaba el restaurante justo en el bajo del bloque donde mi tío tenía el ático. 

 – No puede ser…esta es la niña que venía los veranos? -dijo sorprendido

 – Esta es Paco, ya ves que el tiempo no solo pasa para nosotros.

  Ambos rieron y yo me sentí más hermosa con sus piropos que no pararon en decirme. Lo cierto es que Paco me estaba comiendo mis tetas con los ojos. Hasta mi tío se dio cuenta y cogió la maleta y subimos al ático. Me había preparado la habitación con todo tipo de detalles, para hacerme la visita de casi dos meses más amena. Yo estaba como loca de contenta, aún lo recuerdo como algo maravilloso. 

 – Bueno pequeña, coloca tus cosas y ven a la terraza, estaré tomando un vino. Luego si quieres iremos a comer la paella de Paco, que como bien sabes es la mejor que hay por aquí. 

 – ¿Puedo ponerme el Bikini para tomar el sol? -dije alterada.

 -¿Que si puedes? Por favor, ponte lo que quieras Leny, faltaría más.

 Fui a la habitación y enseguida saqué toda la ropa, me coloqué el bikini, no estaba segura si a mi tío le gustaría, pero yo quería que me viera mejor, la verdad es que me sentía rara, por una parte estaba deseando provocarle de alguna manera y por otra me daba un poco de verguenza, al fin y al cabo era el hermano de mi padre. Era verdad que desde siempre habíamos tenido muy buen filing, pero eso no significaba que fuese a tirarse a su sobrina a las primeras de cambio y menos cuando mis padres le habían pedido el favor de que pasara con él ese verano. 

 Salí un poco contrariada, mi madre no me había metido el bikini que yo quería, ese era más feo, me puse un pareo encima y fui a la terraza, allí mi tío estaba de pie mirando la playa. 

 – Ah vaya, has tardado mucho.

 – Es que no estaba segura de ponerme esto. -contesté un poco ruborizada.

 Mi tío se acercó a mí, cogió la cuerdita de mi pareo y lo soltó, aquello me sorprendió mucho y a la vez me excitó de sobre manera. Estaba atontada, todo el tiempo atrás estube pensando como poner a mi tío caliente y ahora no era capaz de hacer nada. 

 – Bueno, no es que sea muy del momento, pero no está mal. ¿Que es lo que no te gusta de este bikini? o mejor dicho ¿Que tipo de bikinis te gustan?

 No supe que decir y antes de que abriera la boca mi tío dijo que iríamos a comprar ropa. -todo lo que quiera me dijo sonriendo. 

 Tomé vino frío, estaba buenísimo, pero se me subió a la cabeza pronto, de tal manera que dije que no quería salir, así que mi tío preparó algo de comer y comimos en la terraza. Hablamos de muchas cosas, de la universidad que iba a empezar, de mis amigas, de los chicos, de sus libros etc….hasta que empezó a decirme cosas más calientes. Me dió con protector en la espalda y soltó mi bikini, no dije nada, para qué iba a decir nada, en realidad me gustaba, lo deseaba. Mientras lo hacía me hablaba de lo guapa que me había puesto, y de repente recordó el día que entré al cuarto de baño y le vi desnudo. 

 – ¿Te acuerdas? Entraste y me viste en pelotas. Sabes lo que siempre he pensado es que te gustó verme así…es cierto?

 No sabía que decir, estaba boca abajo sientiendo sus manos fuertes acariciando mi espalda. Pero le eché valor y me giré, la parte de mi bikini superior cayó a la tumbona. Mi tío se quedó mirando mis pechos. Y antes de que dijera nada me abalancé sobre él besándole. 

 – Nunca lo he olvidado tío, siempre lo he tenído en mi mente. -le dije mirándole lascivamente y volví a besarle. 

 Ya nada nos detuvo. Empezó a tocarme y a besarme a lo bestia, me cogió como si fuese papel y quedé colgada de él, entonces sentí su polla endurecerse. Allí mismo con una sola mano me quitó la parte de abajo, mientras seguiamos besandonos, yo estaba como loca, creo que me chorreaba por las piernas mi excitación acumulada de días atrás. Él también se desnudó y le hice una mamada, cuadno vi su polla me pareció más grande aún, pero llevaba tanto tiempo deseando tenerla, llevaba tanto tiempo fantaseando con ella que ahora, que la tenía en real no podía dejar que se me escapara. Nada podía pararme ya. Allí de rodillas le hice una mamada hasta que se corrió en mi boca, lo quería hacer, no dejé que hiciera otra cosa, cuando lo intentaba yo le decia que no, que me dejara terminar. Mi tío estaba a cien. Pero al correrse no acabó la cosa, me cogio en brazos me metió dentro y me llevó a su cuarto, allí me tiró en su enorme cama y comenzó a comerme. Creí que me volvía loca, nadie me había hecho eso nunca, al menos como lo hacía él…era una locura, empecé a convulsionar, me daba la sensación de estar derritiéndome por dentro. Hasta que tuve un orgasmo explosivo, salieron chorros de mi coñíto como nunca había visto yo misma, y me sorprendió eso. Pero estaba tan excitada que lo único que pude hacer fue gritar y gritar como una loca. Sin dejar que cogiera aliento mi tío me dió la vuelta me puso a lo perrito y empezó a golpearme las nalgas, primero con su mano y luego con su enorme verga que estaba dura como el acero de nuevo. No hizo falta lubricarme mucho, empezó a meter su polla poco a poco y sentí que me quemaba por dentro, luego su ritmo fue enloquecedor, me folló sin parar no se cuanto tiempo, yo recuerdo que gritaba cada vez más fuerte y a mi tío eso le ponía aún más caliente. Me folló hasta que volví a correrme y antes de que terminara mi delirio me la metió por el culito, lo hizo despacio pero sin titubeos, lo lubrico bien y cuando me di cuenta ya me tenía insertada en aquel pollon. Sentí dolor, a la vez que placer…de nuevo un intenso dolor hasta que poco a poco mi culito se fue dilatando y se hizo al grosor de su polla. Fue algo que no olvidaré, jamás me habían enculado, pero aquella primera vez provocó que me volviera adicta. Perdí el control por completo y al tener un nuevo orgasmo a la vez que mi tío tenía el suyo me desmayé literalmente. 

  Los días sigueron con una locura que no podíamos parar, follando todos los días, a cualquier hora. Haciamos de todo, pero las experiencias que viví aquel verano las contaré en más relatos. Quería contar como empezó todo. 

   Leny. 

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2 respuestas

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