Esta página sirve para liberar fijamientos y fantasías de nuestro «libido» estancado en lo más profundo de nuestra alma por eso me atrevo a contarles parte de mi puta vida.

Mi hermana es 4 años mayor que yo ella tenía 16 años cuando por las tardes espiábamos por la ventana de nuestra recámara a los borrachos que se reunían enfrente en un terreno baldío ahí jugaban dominó o baraja y bebían cervezas o licores y entre ellos a veces se reunía mi padre con todos.

Los borrachos acostumbraban orinar en una especie de coladera y daba precisamente frente a nuestra cortina que con cuidado dejábamos entre cerrada para verlos a nuestro gusto y veíamos pitos regulares los más como otros más chicos y otros pitotes más grandes como el de mi papá que haciendo comparaciones era el más grande pues le colgaba como de 18 centímteros y era tan grueso como una manguera de las especiales.

Una tarde que llegué de la biblioteca mi madre no estaba porque había salido con mi hermano «gay» algún mandado y entré por una crema al cuarto de mis padres y como mi papá había estado bebiendo esa tarde estaba acostado en su cama pero mi hermana le había bajado el cierre y le estaba mamando la trancota y chupeteando las grandes pelotas peludas que hasta se me antojó.

¿Quieres chuparla?

Me invitó a probar del banquete pero me negué porque me dio miedo «de pecar» según las crencias religiosas heredadas por nuestra familia y nuestra raza «cultura».

No, no quiero.

Bueno, no sabes de lo que te pierdes ¡yomi! ¡yomi! Pero no le vayas a decir a nadie ¿eh?

¡Nombre cómo creer que voy a decirle a alguien!

Y ella siguió mamando la verga como si fuera un helado o un caramelo pues hasta babeaba la puta mientras yo me tuve que reprimir de aquel rico platillo ya que sus huevotes sí llenaban un plato de los grandes mientras su pijota hasta se hubiera derramado del plato ¡yomi! ¡yomi!

No bebía diario como los otros pero agarraba la jarra de vez en cuando y mi hermana y yo nomás estábamos al pendiente que eso pasara para meterlo y sacarle el paquete para mamarlo ya que después de pensarlo un poco ahora sí estaba dispuesta a chuparle todo de todo.

Nuestra madre continuamente iba a ver a la abuela en compañía de mi hermano por causas de su salud y atenciones médicas por lo que permanecíamos muchas tardes solas vigilando a mi papá que era inspector de mercados y no hacía nada mas que estar espíandonos como nosotros a él.

La cosa es que lo metimos ya ebrio pues hasta se quería pelear y ya dentro de su cuarto le bajamos los pantalones y lo dejamos en puro bóxer y camiseta para abalanzarnos sobre su paquete que lo sacó mi hermana y me enseñó como debía chuparlo desde las bolas hasta la punta de su palo y como era grande y grueso nos alcanzaba para chupárselo las dos y hasta nos sobraba ¡yomi! ¡yomi!

Y tan entradas estábamos que de repente se le paró el vergón y alcanzó hasta los 22 ó 23 centímetros un verdadero animalón

¿Qué hacen par de putas?

Y nosotras nos levantamos y quisimos salir corriendo pero mi papá nos ordenó.

A ver hijas de la chingada vengan para acá si quieren verga es lo que van a tener par de putas.

Nosotras regresamos sin chistar palabra haciéndonos las inocentes.

A ver quítense la ropa y vengan a mamar… y luego de obedecerlo nos metió la verga en por la boca hasta que nos repartió su leche y fue cuando empinó a mi hermana enloquecido por sus nalguitas paradas y que según dijo ya le traía ganas desde cuando.

Ora sí mijita antes de que otro güey te perfore el culo mejor te lo desfloro yo mamita tienes unas nalgas muy bonitas te lo voy a meter con mucho cuidado mi vida.

Yo hasta me espanté de ver cómo le iba ameter ese garrote en el culito de mi hermana que se puso a cuatro patas para recibir aquel fénomeno mientras mi padre buscó alguna crema líquida perto antes de embarrarle el ano se lo estuvo chupando y metiendo la lengua a la vez que le decía muchas majaderías como puta mamadora puta perra lame huevos traga leche y otras barbaridades más que a mí me ponían como loca y esperaba mi turno.

Luego de romperle el cacahuate a mi hermana a mí nomás me mamó mis chiches precoces y me estuvo chupeteando mis nalgas pero no me penetró porque dijo que yo sería después ya que tuviera un año más pues en ese entonces yo tenía apenas los 13 años.

Yo siempre estaba presente en la cogidotas que le daba a mi hermana y la oía pujar echarse de pedos y gritar que quería más y que no se lo sacara y demás cosas que yo quería hacer con mi papá pero por lo mientras me conformaba a mamarle el pito y huevos y tragar mi lechita hasta que llegó el día soñado.

Un día que mi madre y mi hermano se fueron con la abuela y llegarían tarde y mi hermana estaba con su novio en su coche cogiendo yo me puse hacer quehacer con un micro shoth azul rey sin braga y se me metía en las nalgas por lo que cuando entró mi padre y yo estaba sacudiendo una mesa sentí que me abrazó por atrás tallando su paquetote en mis nalgas que empezaron a sudar de inmediato.

Ahora sí mijita te voy estrenar las nalguitas que me traen loco dese hace tiempo pero por fin ha llegado el día «ven mi amor dijo» y me llevó a su cama.

Estuvimos acariciándonos y chupándonos por todos lados mientras me hurgaba el ano para dilatarlo pues yo tenía miedo de su cosota ya que casi me ahogaba cuando me cogía por la boca.

Un largo 69… y luego me dijo que me pusiera a gatas como acostumbraba poner a mi hermana y obedecí de inmediato para recibir su lengua en mi orto y después la cremita para poco a poquito penetrarme con su cabezón que se abrió paso no sin algunos ardores hasta que sentí taponeado el culo aun ardiente pero le apresuré a que siguiera hasta que entró todo y poco a poco entre el mete y saca empecé a gozar como nunca ya que jamás he vuelto a probar otra verga como la de mi padre.

Y estas cogidotas con mi hermana y mi papá se prolongaron durante unos 10 años aun después de habernos casado nosotras y hasta sospecho que mi hijo el primero es su hijo como sospecho que la primera hija de mi hermana también es hija de él.

Pero como todo tiene un fin mi padre volvió a sus andadas con mujeres y halló otra más puta y mejor que nosotras porque ya nos abandonó el maldito cabrón.