Soy un peón que se goza a la familia del patrono y el no imagina lo que pasa.

Todo empezó cuando ellos se mudaron a la hacienda. Soy mecánico y el taller está cerca de la casa principal. Me bañaba allí desnudo un sábado en la tarde cuando sentí que era observado. Era la esposa del patrón una hermosa mujer rubia de unos 40 años con un cuerpo bellísimo. Vestía shorts muy cortos y una bluza amarrada que dejaba ver su plano vientre. Mi pene se erectó al verla y ella sonrió. Le dijé: Hace calor, no quieres ducharte, ella se mordió los labios provocativamente y soltó su bluza acercandose. La vi fascinado desnudarse y al llegar la besé con lujuria, tirando como posesos. Ella tuvo dos orgasmos intensos y yo me vine dentro de ella gimiendo como loco. Casí enseguida volvimos a tirar besandonos con deseo y al acabar, ella se vistió rápido sin lavarse y corrió hacia la casa. Quedé encantado con aquel encuentro.

Dos días después la ví sola en la piscina y me acerqué a saludarla, pero no era ella, sino su hija de 20 años, tan bella como la madre. Estaba aburrida y me miró con interés. Noté que veía mucho mi bulto y empecé a coquetearle. Supe que sus padres habían salido y la invité a caminar. Empecé a coquetearle abiertamente y ella me dijo: ¿Te excito, quieres poseerme?, quedé frío y le dije que disculpara si me había pasado al conversar con ella. Rió con ganas y tomó mi mano llevandola a sus genitales y me dijo, si me deseas tómame, me encanta el sexo y estoy que ardo. La cargué y me la llevé a un pajonal y allí tiramos 5 veces. Gemía como una loca, aquello le encantaba. Al eyacular por 6ta. vez lo hice en su boca. Nos besamos y se fué, ya era de noche.

Así alterne entre ella y su madre, quienes me buscaban cada vez que se aburrían.

Una tarde descubrí al hijo totalmente desnudo en las haras, tocandole las bolas y el pene a los caballos. Era de estatura media, delgado, su piel estaba muy bien depilada, y tenía un trasero hermoso. Nunca había deseado a un hombre, pero este tenía un bello trasero sin duda. Me acerqué y me miró excitado, entonces me dijo: Te he visto dandole a mi mamá y a mi hermana, y si no me das a mi te voy a acusar con mi papá. Aquel chico tenía 16 o 17 años, pero era un perverso. Me hizo sentar en una paca de eno y se montó a horcajadas sobre mi mirandome a los ojos. Mi pene se erectó al máximo y el lo tomó con su mano y colocandolo en su ano se dejo caer suavemente sobre mi virilidad. Empezó a moverse mirandome a los ojos y me perdí. Era delicioso sentirlo, se movía muy eroticamente y no dejaba de mirarme a los ojos. Eyaculé pronto pero el continuó hasta darme un segundo orgasmo. Entonces me beso en la boca con lujuria y me dijo que quería ser mi mujer.

Por 3 años me tiré a la esposa, la hija, y el hijo del patrón por todos lados, cuantas veces quise, y donde quise. Por 3 años cada gota de mi semen fue derramada en la vagina, la boca, o el ano de cada uno de ellos. La madre me visita de vez en cuando, la hija se caso y viene a tirar conmigo un fin de semana cada dos meses, y el hijo viene a recibir su ración de huevo cada 4 o 5 semanas.