Hola, me llamo Diana, tengo 20 años, soy morena, con buenas tetas y perfecto culo.

Mi madre se llama Isabel, es rubia, y muy sexy. Tiene unas tetas de infarto, al igual que el culo.

Esto ocurrió el día de mi 16 cumpleaños. Mis padres estaban divorciados, y aquel día me tocaba con mi mami. Me desperte y bajé a desayunar. Iba con un camisón corto y ajustado, y por debajo un pequeño tanga. Mi madre estaba desayunando. Llevaba unos ‘shorts’ ajustados, y una camiseta con escote muy generoso. Al verme, me dijo: «Feliz cumple, hija». «Gracias mami», respondí yo. Se acercó a mí, y me dijo al oído: «Tu regalo de cumpleaños te va a gustar, ahora te lo doy…» Me parecía pronto para un regalo. «Ere virgen, y creo que esta edad es perfecta para perder la virginidad». «No te entiendo». «Tú confía en mí. Siéntate en el sofá». Le hize caso. Se sento sobre mí, y empezó a moverse sensualmente. Estaba horrorizada, pero me dejé llevar. Cogió mis manos y las puso sobre sus tetas, haciendo que se las masajeara. Ella también masajea las mías. Ambas estábamos bien mojadas. «¿Te gusta?», me dijo, «sí…» le respondí. Paró de tocarme las tetas, y me quitó el camisón. Mis rosados pezones estaban muy duros. Me los cogió y empezó a jugar con ellos. «Mmmh, sí…», gemí. Paró y se quitó la camiseta. «Oh, mami, qué tetas…» No pude evitarlo. Me lanzé a sus tetas. Mi madre me cogió la cara y me besó.

Pronto 2a parte!