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NUEVAS SENSACIONES (GRACIELA)
NUEVAS SENSACIONES (GRACIELA).
Te tardaste mas de la cuenta.
Fue lo primero que escuche al entrar a casa, mi prima estaba parada en la puerta, como esperando a que llegara, cosa que me sorprendió.
Salio algo urgente? Pregunte.
No. Solo que casi siempre que llego a los pocos minutos entras tu.
Hasta ese momento, jamás me había imaginado que mi prima estuviera al pendiente de mi llegada.
Bueno si no hay nada mas, me cambio y voy a comer, necesito ir por alfalfa para los borregos.
Te apuras, y comemos juntos. Me dijo.
Al momento mi desconcierto creció, jamás se había preocupado por mi, y muchos menos si comia o no, por lo que deduje, algo se traia entre manos. Le segui el juego.
Ok. Voy corriendo.
Vale mientras preparo la mesa.
No se porque pero la escena me pareció de lo mas extraña, pensaba mientras me cambiaba el uniforme, Y ahora???, la verdad ignoraba las intenciones de mi prima, pero algo en mi interior me decía que algo bueno podía sacar de todo eso.
Cuando entre a la cocina, ella ya se había quitado también el uniforme azul, que usaban las niñas de 2do. Y, coincidencia o no, traia puesto el mismo vestidito rosa del 5 de Enero. Se encontraba de espaldas moviendo una cacerola en la estufa, por lo que tuve todo el tiempo para admirarle sus preciosas pantorrillas y el nacimiento de los blancos muslos que fueron mi regalo de reyes de aquel 1990. De espaldas el ajustador del vestido, dibujaba una estrecha cintura y unas prominentes caderas que poco a poco iban encendiendo mi pasión.
Por el frente, unas tiernas tetillas, se marcaban ya en su hermoso pecho , no pude evitar sentirme apenado, cuando ella se dio la vuelta y me encontró embelesado mirándola de pies a cabeza.
Que? Pregunto.
Nada. Respondi.
Sientate, ya sirvo.
Comenzamos a comer, en silencio, algo extraño flotaba en el ambiente, pues ninguno de los 2 se atrevía a hacer conversación.
Hasta que por fin, mi curiosidad venció y a bocajarro pregunte:
Por que?
Porque que?. Respondió.
Esa actitud tuya.
Es muy simple. Dijo. Desde aquel dia que hablamos y me dijiste antipatica y antisocial, he estado pensando en cambiar, creo que no es bueno que siga con mi actitud de niña rica.
Ademas, me agrado la forma en que platicamos el dia de reyes antes de dormir.
Una alarma se prendió en mi interior, temiendo que me fuera a reprochar algo de lo que paso en la noche.
Me decía una y otra vez� Y si no estaba dormida?? Y si sintió lo que le hice?
Una oleada de temor me recorrió la espalda, he hizo que me ahogara con el agua que en ese instante estaba bebiendo.
Tosi estrepitosamente y ella corrió a golpearme la espalda.
Vaya susto, mis ojos estaban llorosos y mi garganta un tanto lastimada.
Ella a su vez reia por la escena un poco comica que acababa de presenciar.
Perdon. Dije. Es que bebi muy rápido.
Seguimos comiendo.
Unos minutos mas, ella fue quien ahora hablo.
He escuchado lo que dicen de ti en la escuela.
Palicedi. Pero logre articular. Sobre que.
No te hagas, eso del tripie y esas cosas.
Creo que enrojeci. Y ya no pude decir mas.
No te preocupes. Dijo. No dire nada. Anda come.
En su hermosa carita se dibujo una sonrisilla, mientras se acercaba una cucharada de sopa a la boca.
Es verdad lo que dicen de ti? Por que para ser rumor, creo que ya eres bastante famoso en la escuela, sobre todo entre las chavas. Me dijo.
No pude articular palabra, pero, la escena me resultaba de lo mas erotica que nada, mi prima preguntándome sobre mi sexo. Eso me puso a mil.
Seguimos comiendo, y ya para terminar, ella se levanto de su silla haciendo el ademan de irse y logre decir:
No creas todo lo que dicen, a veces solo hay que creer la mitad de lo que se habla.
Volteo y me sonrio, pero siguió caminando, justo en la puerta, nuevamente se volvió hacia mi y me dijo:
Yo se que tienen razón. O al menos asi lo imagino.
Se dio la vuelta y se fue.
Yo no lo podía creer, en mi mente comenzaron a pasar miles de ideas y teorías, que me llevaron a un estado como de shock.
Segui con mis labores cotidianas, pero una sola idea me taladraba las sienes.
SI ME HABIA SENTIDO!!!! ESTABA DESPIERTA ¡!!!!
Me decía una y otra vez.
O no?
Casi a las 5 de la tarde, volvi en mi, pensando que iba a ver a Graciela, No sabia que iba a decir en su casa, pero era lo de menos, para eso me pintaba solo. Por eso era bastante popular en el pueblo, porque siempre me gusto ir a las casas de mis amigas y ganarme la confianza de sus papas para que las dejaran salir, fuera conmigo o con alguno de mis amigos, el chiste era que, quien daba la cara siempre, era yo.
Como a las 5:15 me presente en la casa de mi preciosa y ella ya estaba lista, pues casi al entrar ella salió a mi encuentro, detrás venia su mamá.
Buenas tardes señora,
Buenas tardes joven, me dijo mi hija que irían a las canchas, es eso verdad?
Si señora, cada tarde nos reunimos en las canchas para jugar un poco de básquet o de vóley.
Bueno, te la encargo mucho, y espero que asi como pasas por ella ahorita, pases a dejarla cuando regresen.
Asi lo hare señora, no se preocupe. Hasta luego.
No se de donde saque el valor, pero tome de la mano a Graciela y nos fuimos corriendo.
A los pocos metros, ella me detuvo, articulando que ya no podía correr, bajamos el ritmo y de improviso me dijo:
En verdad quieres que vayamos aya?
Su pregunta me desconcertó, pero a la vez me puso en guardia?
Ese era el plan, no? Le dije.
Bueno� es que pensé que� olvidalo, démonos prisa o se nos hara tarde.
No supe que pensar, y opte por seguir caminando hacia el centro del pueblo. Estupido de mi, me decía una y otra vez, esa era la oportunidad que esperaba y la había dejado ir.
Cuando llegamos ya estaba toda la bola de chavales afanados en armar 2 equipos para jugar vóley, Humberto grito:
El tripa con nosotros.
Y mi adorada no tuvo mas remedio que irse con el equipo contrario.
Jugamos una media hora, y entre saque y contestada como decíamos (ir y venir del balón) nuestras miradas se encontraban, yo un tanto timido, me apenaba. Pero en mi mente seguía viva la imagen de Graciela viendo fijamente mi miembro es su máximo esplendor.
Poco mas de 15 minutos, Graciela se salió de la cancha y se fue a sentar en las gradas, la imite y me fui junto con ella.
Ya me canse. Dijo.
Bueno si quieres te llevo a tu casa.
Ok.
Nos despedimos de los demás y caminamos con el rumbo de su casa.
A los pocos metros, justo donde se une el camino principal con una vereda que lleva a un hermoso paraje junto al rio, se volvió y me dijo:
Necesito hacer algo.
Pense que quería ir al baño o algo asi, por lo que la deje hacer y se encamino por la vereda, había avanzado unos pocos metros y me grito:
Vienes?
Ni tardo ni perezoso, la segui admirando el vaivén de una preciosa falda blanca que llevaba puesta esa tarde, resaltando sus amplias caderas y que dejaban ver sus torneadas pantorrillas color bronce y parte de eras piernas con las que había soñado ya tantas veces y que hasta ese momento veía lejanas.
Llegamos hasta el paraje y ella se sento en el césped, la imite, y por un rato nos dejamos llevar admirando el precioso paisaje que aun se mantenía en ese lugar. Y a esa hora de la tarde ya nadie pasaba por ahí.
Que me diste? Dijo de repente.
A que te refieres? Pregunte. Mirandola de frente y deleitándome con esa preciosa cara, motivo de mis insomnios y desvelos.
Siempre hemos sido buenos amigos, pero lo que sucedió hoy�
Quiero pedirte perdón. Balbucee. No se de quien fue la idea de decirte que yo te llamaba y no fue asi, espero que este suceso no cambie en nada nuestra relación, de verdad creeme, me dolería mucho perder tu amistad.
Ella me miro con una infinita ternura, casi maternal. Que me estremeció.
Yo� no se como decirte. Dijo.
Decirme que?
No. Olvidalo, es imposible.
Anda dime, no ves como estoy, (era ahora o nunca) no ves que me muero por ti, no ves que me consumo de amor por ti. No ves acaso que desde hace tiempo guardo todo este sentimiento en mi pecho y que ahora mas que nunca, se vuelve a mi con mas fuerza, mas devoción y mas� deseo.
Volteo un tanto sorprendida y me abrazo.
Necesito verlo, una vez mas.
No entendí su expresión. Y me aclaro.
Desde en la tarde no puedo borrar de mi mente la imagen tuya con esa enorme cosa pendiendo de ti, mi sexo se moja, tan solo de imaginarlo, perdón si te incomodo, pero no puedo aguantar mas, nunca había sentido esto, es nuevo para mi, pero hasta me duele aquí (se toco su vagina por encima de la falda) del deseo.
Me decepcionó. Ella no me amaba. Solo me deseaba.
Pero yo� es muy distinto lo que siento por ti, es mas podría decirte que� te amo.
Perdon. Dijo. Yo pensé que solo te gustaba, jamás me imagine que era algo mas. Pero si lo deseas, olvidemos esto y creeme hare como que nunca sucedió.
Intento levantarse, pero se lo impedi, deteniéndola por los hombros la bese desenfrenadamente y ella correspondió al gento con una desesperación casi al borde del llanto. Poco a poco fuimos recostándonos en el pasto, yo acariciba su espalda por encima de su ropa, mientras nuestras lenguas jugueteaban al ritmo acompasado de la lujuria. Mi mano poco a poco empezó a descender por su cintura hasta tocar sus carnosas caderas, ella se estremecía con mis caricias y jadeaba de placer, mi pene estaba a punto de reventar el pantalón y la incomodidad comenzaba a crecer, los huevos me dolían y de mi glande salía una gran cantidad de lubricante prueba de la gran exitacion que me producía, mis manos tomaron autonomía, y se dirijieron sobre su falda hacia abajo, lhasta rozar con mis yemas la tersa piel de sus piernas, las recorri en todo su esplendor, por la parte externa y cuando lo hice por la parte interne, ella entreabrió sus extremidades para dejar libre el camino hacia su delicada vagina que despedia ya un calor y una humedad considerable. Pero solo llegue a rozar su calzoncito blanco y eso la éxito mucho mas.
Hazlo yaaaaa. Jadeo.
Yo seguía en lo mismo, mi viaje hacia el cielo se hacia eterno, no quería que esto acabara tan rápido, y en eso ella me puso boca arriba y se me coloco encima, mis manos nuevamente fueron directo a sus torneadas piernas, pero esta vez subiendo hasta las redondas nalgas que formaban ese portentoso trasero de 95 cm. Las estruje con desesperación, la apreté con vehemencia, y ella correspondía con exquisitos restregones de su sexo con el mio. Ignoro cuanto tiempo paso, pero de pronto su mirada dio un cambio y dirigiendose a mi dijo:
Dejame hacer a mi.
Se levanto y ante mi atónita mirada se quito la falta y la blusa, quedándose solo en calzon y brasiere, no podía creer lo que estaba viendo, ese cuerpo con el que tantas veces había soñado, esa mujer que tanto había amado en silencio, ahora estaba ahí, para mi, para saciar mis ansias, y para nadie mas.
Sus hermosos senos amenazaban con salirse de sus copas, y toda la parte de enfrente de su calzoncito estaba totalmente empapada, se arrodillo junto a mi, y comenzó a desabrocharme el cinturón y el pantalón, de una forma casi torpe, me apresure a ayudarle y casi de un solo jalon me lo bajo hasta las rodillas, mi truza estaba bastante mojada y con pequeños restos de mi lubricación, jugueteo con su dedo encima de mi glande teniendo como unica barrera mi truza, yo temblaba de la emoción, de la exitacion, no podía articular palabra, y la deje hacer, con gran cuidado como quien abre un regalo delicado, sujeto el resorte de mi truza jalándolo lo mas que pudo para no hacerme daño al bajarlo por completo. Sus ojos se inyectaron de un color rojo, y sus mejillas se tornaron de un color purpura palido, sus jadeos y su respiración iban en aumento, cuando tuvo mi pene a su disposición lanzo un prolongado suspiro, y alcanzo a decir�
Al fin.
Me apresure a deshacerme por completo de mi pantalón y mi truza y volvi a recostarme dejando que ella admirara mi pene que apuntaba hacia el cielo listo para la batalla (su primera batalla), Lo miro, lo estudio y al final llevo una de sus manos a mi instrumento, aferrándolo con tal fuerza que me provoco un poco de dolor, me estremeci y pensé que iba a eyacular, pero no se como logre controlarme. Acerco su cara hasta la altura de mi pene que estaba hinchadisimo de tanta sangre bombeada, mi glande emanaba una gran cantidad de jugos, ella los toco con sus deditos y comprobó su textura, yo no aguantaba, poco a poco se acerco mas a mi pene y saco la punta de su lengua y la poso encima de mi glande, mi corazón latia de una forma frenetica, se retiro y probo la gota de miel que se había quedado en su lengua, la saboreo con gusto mirándome de una forma que jamás la había visto. Era la mujer y yo era el hombre. De repente se agacho y me dio un sonoro beso en la punta de mi pene, sentí que me iba al cielo, apreté el pasto con mis manos pero aguante, se paso por los labios su lengua para degustar la miel impregnada en la comisura de su boca y se recostó junto a mi, boca arriba, mi pecho estaba al borde del infarto, pero entendí que había llegado mi turno. Me sente junto a ella y pude conteplarla a mi gusto, lleve mis labios a la altura de su ombligo y ella se etremecio segui besándola a lo largo de su cuerpo, sin tocar sus partes prohibidas, daba pequeñas mordiditas a la altura de su cuello y oídos y ella entre jadeos me pedia mas y mas, apreté de forma delicada sus hermosos senos y los saque de sus copas, ante mi aparecieron 2 preciosos pezoncitos de color café obscuro los cuales toque con mi lengua y les daba ligeros jaloncitos con mis labios, poniendo a mi princesa al borde del placer, me arrodille junto a sus piernas y lleve mis manos hasta el elástico de su ropa interior, ella intuyo mi menester levantando las caderas para facilitar mi labor, poco a poco la prenda sedio y ante mi se presento un glorioso espectáculo difícil de describir, termine de despojarla de su calzon tipo bikini totalmente húmedo por la exitacion y ella entreabrió sus piernas para que puediera observar su preciosa gruta adornada por una ligera pelambrera de color marron, que ya para esa hora se encontraba totalmente mojada y escurriendo liquido de placer, mis dedos comenzaron a juguetear una la vellosidad dándole pequeños jaloncitos que elevaban su termperatura, al poco, mis yemas se toparon con una pequeña protuberancia que al tacto reacciono haciendo que del interior de su vagina saliera un interminable hilillo de jugo sexual, no podía aguantar mas, mi pene estaba listo, pero mi curiosidad me gano, acerque mi rostro a su triangulo de placer y percibi un enervante aroma que me trasladaba a paraíso, y como devolviéndole el favor, saque mi lengua para ligeramente tocar la pequeña bolita donde iniciaba su sexo, (años mas tarde sabria que eso era su clítoris) y ella estallo en un ahogado grito, sacudiéndose como si recibiera una descarga eléctrica, deje que se controlara y le plate un sonoro beso en los gruesos labios de su sexo, cosa que hizo que ella casi aullara de extasis, me relami al igual que hizo ella, para saborear su mieles internas y por primera vez probe el jugo vaginal que hasta la fecha me gusta y me encanta. Ella me miro en forma de suplica, sabia que había llegado el momento.
Hazlo con cuidado� Soy virgen.
No te preocupes� Yo también.
Y la bese nuevamente con pasión, poco a poco nuestros cuerpos fueron tomando la posición adecuada, cuando me coloque encima suyo, ella abrió sus piernas como hacen las señoras que van a dar a luz, el contacto de nuestros sexos nos provoco una oleada de lujuria y placer haciendo que la lubricación aumentara sobremanera. Coloque ayudándome con mi mano la punta de mi pene en su entrana vaginal y ella puso sus ojos en blanco, estaba en una posición incomoda y no atinaba a hacer lo correcto por lo que decidi ponerme de rodillas y guiar mi pene hasta su vagina que en ese momento pude observar estaba totalmente abierta para recibir al inquilino que le iba a dar tanto placer, acerco sus caderas para facilitar la maniobra y mi pene quedo justo en su profunda gruta, nuevamente jale aire y la coloque en la entrada y movi mis caderas hacia el frente provocándome una gran emoción al ver como se perdia toda la cabeza de mi tolete en su interior, me quede quieto un momento y fue ella quien hizo el segundo movimiento, otra parte de mi se hundió en aquella humeda cueva, y ella apretó fuertemente mis brazos, pero no se resistió, ahora con una buena parte dentro suyo nuevamente tomamos la posición del misionero, haciendo una leve presión para que pudiera deslizarme por completo en su conchita, pero algo paso, pues de improviso en sus ojos se asomaron una pequeñas lagrimas y yo me sentí culpable, me incorpore, y mi sexo salió de su vagina bañado de una mezcla de jugos con unos hilillos de sangre, ella miro mi miembro y lo toco, con ternura, dirigiéndose a mi, me dijo:
Hazlo de nuevo,
Estas segura?
Siii. Es lo que mas deseo.
Nuevamente me coloque encima de ella y ella misma con su mano dirigió mi pene a su entrada, ayudando a que la cabeza entrar sin dificultad para que siguiera yo el mismo camino. Hice una poca de presión y cual fue mi sorpresa que poco a poco mi pene se perdió en su profundidad, haciéndola abrir al máximo sus hermosos ojos y de inmediato ponerlos en blanco, era una sensación extraña, mezcla de amor y de deseo, nuestros cuerpos estaban fundidos en uno solo, por primera vez experimente el sentirme dentro de una mujer, y era nada mas y nada menos que la mujer que amaba, y aunque ella no lo hacia, había decidido que fuera yo el primer hombre en su vida, una vez recuperados de la emoción que nos provoco la penetración total, mi cuerpo cobro autonomía comenzando un ligero vaivén, entrando y saliendo un poquito de su vagina, ella se aferraba a mi espalda clavándome sus uñas en mi piel, entre mas avanzaba el tiempo, mas profundas eran mis arremetidas, llego el momento en que lograba casi salirme totalmente para arremeter de un solo tajo mi pene hasta la empuñadura, mis huevos me dolían ya y estaban a punto de explotar, pare un segundo y la mire a los ojos, ella entendió mi gesto y me dijo:
Hazlo dentro, es mi primera vez.
Teniendo su aprobación saque mis fuerzas ocultas y comenze a penetrarla de una manera incontrolable, su decisión de que eyaculara en su interior había despertado en mi un intenso frenesí de poseerla, nuestros cuerpos ya bañados en sudor, se apretaban entre si, y a cada empujon que daba ella me pedia mas y mas, fueron incontables los bombeos que todavía logre darle hasta que de pronto sentí que mi pene alcanzaba su máximo grosor he hice una fuerte presión para llegar lo mas profundo de su ser, al tiempo que ella me abrazaba con sus piernas y sus brazos para no dejar que me saliera en el ultimo momento, mi mente se puso en blanco y ella comenzó a temblar de una forma que me hizo palidecer, y casi al mismo tiempo los dos lanzamos un grito aterrador de placer, mi pene explotaba en cantidades, inundando sus entrañas y ella las recibia con tal placer que le provoco un gran orgasmo, que nos llevo hasta las nubes.
HHHHAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!
Fueron momentos interminables que permanecimos fundidos el uno con el otro, degustando el extasis de nuestra primera vez.
Dieron la 8 de la noche y nos teníamos que ir, pero ninguno de los 2, se atrevía a separarse del otro, mi pene no logro recuperarse de esa gran faena. (Nunca he sido de los que presumen de 3 palos seguidos, soy de los que uno solo, pero efectivo)
Mas a fuerza que de ganas nos incorporamos, y ella usando su propio panty, limpio su delicada vagina de los restos de lubricante, semen y sangre y me los regalo como una muestra de que esa tarde fue totalmente mia, y lo iba a ser por toda la eternidad. (Durante muchos años las conserve, pero cuando me casé, tuve que deshacerme de todos mis �trofeos� guardados, pero que hasta la fecha ocupan un lugar especial en mi mente y mi corazón)
De regreso a su casa caminábamos con un extraño sabor a melancolía, miedo, extasis, y no se que otros sentimientos mas, pero con una gran satisfacción en nuestro estado mental y físico.
En su casa, su mama ya nos esperaba, nos despedimos con un simple hasta luego. Esa noche yo sentía que la amaba mas que a mi vida, y esa noche ella sabia nunca mas se volveria a repetir aquella aventura.
Aventura que me marco para siempre en mi vida y en mi sexo. CONTINUARA.
2 respuestas
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