Mi virginidad

En el verano del 1987, estaba por entra a la segundo de secundaria, yo era una niña delgada, vientre plano de familia, mis tetas en crecimiento, ya eran copa A, con el cabello ondulado un poco debajo de los hombros, mis nalgas comenzaban a formarse al igual que mi cintura, de piel morena apiñonada, con lentes, alegre sexy y bailadora. Estaba ansiosa por acariciar y chupar un pene que no fuera el de mi sobrino Paco ahora de 6 años.

Un día mis papás y mis primas iban a una fiesta, por los cual tenía que quedarme a cuidar a mis tres sobrinos; Paco de 6 años, su hermana Mary de tan solo 4 años que son los hijos de mi primo Paco, y Jorgito de 5 años hijo de mi prima Rocío. Para tan difícil misión llegó mi primo Javier de 15 años, delgado, moreno, de cabello negro ondulado, corto, corte escolar, estaba en la misma Secundaria.

Para convencer a los niños que esa noche iba a ser especial, y que no dieran guerra, inventamos que iba a ser un campamento en la selva, por lo cual, tendimos una sabana de lado a lado de la habitación, sostenida por el centro del foco del techo, en forma de tienda de campaña, hicimos la cama a la pared, con el colchón de lado, tendimos cobertores y colchonetas en donde íbamos a dormir, trajimos macetas del patio para ambientar que era la selva.

Yo vestía un short rosa de tela tipo toalla ajustado, muy muy corto, debajo de el un bikini blanco de algodón, una camiseta de algodón de cuello redondo y mangas cortas y mi sostén también blanco. Javier traía un short azul, de tela delgada y una playera blanca sin mangas. Después de mucha diversión con los peques, logramos que se durmieran. Javier entro al baño, cuando salió, observe que se había quitado su calzón, por mi manía de ver siempre hacia esa zona y ver lo que había debajo del short azul que todavía traía.

– Lo logramos � le dije sonriendo � ahora a dormir.

– Si, ahora vamos a dormir nosotros.

Lleve mis manos a mi espalda y me desabroché mi sostén, por las mangas de la camiseta deslicé los tirantes y por enfrente saque la prenda, ya tenía practica en hacerlo de esa forma pues lo hacía a diario, claro que no frente a mi primo Javier, quien nunca me quitó a vista de encima y sus ojos querían ver a través de mi camiseta mis tetas y vi como un bulto creció debajo de su short. Solo había un pequeño espacio para nosotros, yo me acosté de lado con la cara hacia los niños, el se acostó también de lado atrás de mí, poniendo una mano en mi cadera hablándome al oído me dijo.

– Duermen como angelitos, quien los viera despiertos.

– ¡Jajajajajaja! � reímos los dos muy despacio para no despertar a los niños.

Pero sentir su aliento en mi oído, y su cuerpo detrás del mío, me excitó, mi atención estaba en su mano en mi cadera y su bulto muy cerca de mis nalgas. Después de unos minutos, Javier ya dormía, o al menos eso creí. Su mano que estaba en mi cadera rodeó mi cintura, quedando muy cerca de mis tetas y acercó más su cuerpo al mío, sentí su pene en mis nalgas, yo quería que no tuviéramos ropa ninguno de los dos. Pasaron otros minutos y su mano se posó en una de mis tetas, mi respiración se tornó mas agitada, de pronto empezó a apretarlas suavemente, yo estaba muy caliente, sus caricias eran cada vez más fuertes, hasta que apretó muy fuerte, yo di un pequeño grito por el dolor y le quite la mano de mi pecho, en ese momento Mary comenzó a llorar, y me pare para prepararle su biberón, Javier me acompaño a la cocina, y ya ahí me dijo.

– Discúlpame Laura, lo hice dormido, no me di cuenta.

– No hay problema, lo que pasó es que me aprestaste mucho � y le sonreí.

Regresamos al �campamento� y le di su biberón a Mary y se quedó dormida. Al acostarme, levante mi camiseta descubriendo todo mi abdomen, y así me acosté en la misma posición anterior. Javier también se acostó detrás de mí, y volvió a poner su mano en mi cadera, yo la tome con mi mano y la lleve a mi abdomen y el se pegó a mí, empezó a acariciar mi abdomen con la yema de sus dedos con movimientos circulares, cosa que me puso muy muy caliente, rosaba la base de mis tetas en cada movimiento, hasta que se decidió a tocármelas, por debajo de la camiseta. Las apretaba suavemente, tocaba mis pezones, yo correspondí alzándome la camiseta y dejando mis tetas al descubierto, el se acercó para verlas y yo giré quedando boca arriba, con mis tetas al descubierto.

– Son hermosas � dijo con voz baja.

Yo me enderecé y me quite la camiseta, y él se abalanzó a chupármelas, a fin, me estaban chupando las tetas, yo bien caliente, me apresure a quitarle su camiseta playera, sus manos recorrían mi cuerpo, una acariciando la otra teta y la otra mano acariciando mi cadera y mis piernas, hasta que se posó en mi vagina, y su dedo se deslizó entre los labios abultados de mi vagina, que se escondía debajo de mi short y bikini, que empezó a bajarme, yo levanté mi cadera para facilitar la acción, quedando solo en bikini, él volvió a poner su mano encima de mi vagina, la cual ya estaba húmeda, y de un tirón me quitó mi bikini, quedando al descubierto mi panocha, sus besos empezaron a bajar hasta mi ombligo, donde se detuvo un instante, luego continuó hasta llegar a mis labios vaginales, los cuales separo dejado mi clítoris a su alcance, que pronto se perdió dentro de su boca y su lengua quería llegar cada vez mas adentro de mi cavidad, yo ahogaba mis gemidos con la almohada para no despertar a los niños, el empujaba su boca y su lengua dentro de mi cavidad con frenesí y yo con una de mis manos en su cabeza, lo empujaba contra mi, de repente me quitó la almohada de la cara, alce la cara y lo vi completamente desnudo, con su verga bien dura frente a mi panocha, Javier buscó mi boca y nos fundimos en un beso apasionado, sentí como con su mano derecha se agarro su miembro y lo colocó frente a la entrada de mi panocha, yo solo dije.

– Despacio, hazlo despacio que es mi primera vez.

Con gran ternura, la fue empujando poco a poco, primero sentí rico, luego sentí como me rompió y me dolió, pero con movimientos suaves de su cadera, ese dolor fue cambiando poco a poco a placer, sentía como su miembro duro estaba dentro de mi, entraba y salía dándome gran placer, pero debo confesar que no duró mucho, enseguida sentí como llenaba mi vagina con su leche calientita. Cayó junto a mí y me siguió besando con gran ternura. Había sido la primera vez para ambos. Cuando me levante, vi que la sabana estaba manchada, la quite y me fui al baño a lavarme, cuando ya me había terminado de lavar y me estaba secando entró él a lavarse, yo entonces observe como se lavaba esa verga que me había hecho gozar tanto, pero yo todavía no cumplía mi deseo, y cuando se iba a secar, me pare frente a él y me hinque, tomando su pene en mis manos lo acaricie con ternura, este empezó a despertar, a ponerse duro en mis manos, seguí acariciándolo y acerque mi cara y lo empecé a frotar por todo mi rostro, la sensación de tener esa cosa tiesa por toda mi cara era muy excitante, luego la mire de frente, saque mi lengua y lamí esa aberturita que tienen en la punta, con deseos de entra en ella, le di tiernos besos a la punta, después mis labios empezaron a rodear la cabeza, esta reaccionaba saltando, palpitando, saque mi lengua y la lamí a todo lo largo, hasta la base, continuando con los huevos, metí uno a mi boca y succioné con fuerza, alzando la vista para ver la cara de Javier, que se retorcía de placer, continué lamiendo en medio de sus huevos, recorriendo mi lengua hasta la punta, y comencé a chuparlo, el vaivén de mi cabeza sobre su virilidad me excitaba, estaba realizando al fin mi fantasía, al fin tenía una grande en mi boca y lo disfruté muchísimo, al oír los gemidos de Javier y que convulsionaba, lo saque de mi boca sin soltarlo de mi mano continuando con el vaivén y alcé mi cara para ver la de él, en ese momento lanzó un grito ahogado, y sentí como su leche caía en mi cara, volví a ver su pene y me lanzó otro chorro de leche que me cayó en uno de mis ojos, rápidamente lo metí a mi boca y la tercer descarga me la trague directamente, mi lengua recorrió todo su pene antes de que saliera de mi boca, una vez afuera, semiflácido, lo restregué por mi cara, recogiendo su leche de mi rostro y lo limpiaba con mi lengua, mi cara estaba mojada de su leche y algunas gotas habían caído a mis senos, me pare sonriendo con él, que se había recostado sobre la pared, y dije.

– Que rica verga tienes y tu leche sabe deliciosa. � él solo sonrió.

Entonces me lave de nuevo junto con él, yo le lave su pene, ya bastante flácido, lave mi vagina, y salí de la regadera a secarme, él se quedó todavía un rato bajo el chorro de agua. Salí del baño satisfecha, me puse mi short sin mi bikini y mi camiseta y puse otra sabana limpia, cuando salió del baño con su short azul puesto y sin camiseta, yo ya estaba acostada, otra vez de lado viendo a los niños, se acostó detrás de mi y me abrazó con ternura, yo tome su mano y le di un beso.

Como a las tres y media de la mañana oímos que llegaron mis papas, entonces le pedí a Javier que se acostara del otro lado de los niños y se hiciera el dormido, rápidamente se levantó, se puso su camiseta y se acostó donde le había dicho, cuando se abrió la puerta y era mi mamá, detrás de ella mi papá, y mi mamá comento en voz baja.

– Todos duermen como angelitos. � y cerraron la puerta.