Mi cambio de hombre a mujer Segunda parte Publicado por anónimo el 17/03/2023 en Transexuales

"Tenía ya 13 años cuando inicié con mi terapia hormonal, y se empezaron a ver los resultados muy pronto, unos los vivió conmigo mi novio y cuando ya no estuvo, los vio Alfonso. "

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          Tenía ya 13 años cuando inicié con mi terapia hormonal, aún iba en primero de secundaria cuando mi novio me acompañaba. De hecho el doctor conoció a Hugo y lo bromeaba. Y es que le cayó bien desde que lo conoció, pues cuando el doctor nos preguntó si estábamos seguros de querer mi cambio de sexo, luego luego mi novio dijo que si y al cuestionarlo el doctor, Hugo le respondió “es que la quiero mucho y quiero vivir con ella, quiero casarme con ella” y el médico se rió y le dijo “vivir con una mujer es muy complicado, ni ellas se entienden, pero si eso quieres”. Y  con base en los estudios que me hicieron el médico me recetó las hormonas y algunos medicamentos. Ese mismo día nos dijo que tendría que tener también terapia psicológica pero que el especialista de la clínica se había ausentado un tiempo y que por esa razón, esa iba a ser con otro psicólogo, pero que hablaría con Alfonso para que nos apoyara con eso, ya que el le había dicho que conocía a unos psicólogos.

          En los primeros 3 meses se empezó a notar que la piel se volvía más fina, me empezó a crecer el cabello, la grasa se iba re acomodando en la cadera, me empezaron a doler los pezones y me puse muy sensible, muy llorona y de todo me enojaba. Y mi novio me tuvo mucha paciencia, siempre me trataba de hacer reír y ya me llevaba a su casa. De hecho un viernes me dijo “mañana ve temprano a mi casa estaremos solos, allí estudiamos”, yo accedí y el sábado temprano allí estuve, llevaba puesta una falda corta de mezclilla, una blusa, tenis y calcetas. Cuando llegue Hugo como siempre me abrazó y me besó y yo le correspondí. Luego fuimos al estudio de su casa y me acostó en el sillón, me besó y me quería quitar la falda, y yo le dije “no amor, por favor, aquí no” y él me dijo “acaso ya no quieres que te coja” y le respondí “si mi amor, te amo y necesito que me cojas pero respetemos la casa de mis suegros, mejor estudiemos para tu examen, luego te preparo algo de almorzar y nos vamos a donde tú quieras para cogerme”. Y eso hicimos, estudiamos para su examen y fuimos a la cocina, agarramos harina porque quería hacerle unos hotcakes, pero él muy travieso me hecho mucha harina en el cabello y en la cara, y yo le dije “travieso”, y lo sorprendí abrazándolo y besándolo para mancharlo. Y así estábamos jugando cuando abrió la puerta de la cocina su mamá y nos vio. Allí nos presento Hugo. Luego al poco tiempo salimos de vacaciones de fin de curso y fui varias veces a la casa de mi novio y platicamos su mamá y yo muy bien. 

          Llevaba ya como 7 meses de terapia hormonal, ya me estaban creciendo los senos, ya habíamos salido de la escuela, Hugo iniciaba la preparatoria y yo segundo de secundaria cuando un viernes por la tarde me llamo Hugo muy triste y llorando, me pidió que fuera a su casa, así que ese día no fui a la cafetería, fui a casa de mí novio y me llevo al estudio y llorando me dijo “ya no seguiré estudiando porque me voy a salir” yo lo tenía abrazado y le pregunté porque y me dijo que a su papá lo habían mandado a otro estado y que se lo llevaría y por haya lo metería a la escuela, pero él no se iría para estar conmigo y que mejor dejaba de estudiar. Y le respondí “te amo mucho mi amor y me duele mucho separarme de ti pero debes seguir estudiando, yo estoy muy orgullosa de ti, de que eres muy buen estudiante y me enorgullecerá mucho más que termines la carrera que quieres. Yo te esperare todo el tiempo necesario porque te amo”. Después de llorar ambos, y platicar, acordamos que se iría con sus papás y que nos llamaríamos diario y en vacaciones nos veríamos.

          Al día siguiente fue a verme a mi casa la mamá de mi novio para agradecerme que quisiera a su hijo y que lo apoyara porque ya había entrado en razón. Y me dijo “hija lo que necesites cuenta con nosotros”, me abrazó y me besó la mejilla. Como se irían una semana después, todos esos días solo estuve con Hugo y no fui a la cafetería, claro que le avisé por teléfono a Alfonso. 

          Al día siguiente me presenté en la cafetería me dirigí primero con Alfonso, él estaba enojado conmigo por no haber ido la semana anterior, pero como me vio con los ojos llorosos, me pidió que fuera a su despacho, que estaba en la planta alta, me tomó por la cintura y  subimos, nos sentamos en las sillas que estaban frente al escritorio y allí me pidió que le explicara con detalle que me pasaba, luego puso una de sus manos sobre mis piernas, mientras yo lo puse al tanto de todo brevemente. Entonces me perdono y me dijo cosas que no entendí en ese momento, ya que me dijo “no te preocupes por tu novio. Te voy a preparar para que nunca vuelvas a llorar por nadie, para que nunca vuelvas a decidir con el corazón. Te voy a volver bien puta para que solo quieras que te coja, para que quieras todo el tiempo tener mi verga adentro, y de no estar yo sea de quien sea y que solo quieras estar vestida con ropa que te permita enseñar las piernas y las chichis y que se te vea el culo”, no le entendí lo que me quería decir porque mientras él hablaba yo estaba pensando en mi Hugo. Me invitó un refresco, de frutas, tipo ponche, y cuando nos paramos me dijo que si quería llorar que tomara su hombro, se me hizo tan tierno el detalle que si lo abracé y lloré poquito, mientras sentí que me acariciaba las nalgas. Después me dijo que lo acompañara a su casa, pero no acepté porque sabía que era para cojerme, y me dijo que no me preocupara. Así que nos bajamos y me fui a mi lugar. 

          En los días siguientes hablábamos por teléfono diario un ratito Hugo y yo. Y en la cafetería era algo normal, llevaba vestidos cortos, tacones altos, y disfrutaba que los hombres me miraran las piernas y me las chulearan, y más cuando Alfonso me las acariciaba. El jueves de esa semana fue el médico al local y nuevamente platicamos, y le dijo a Alfonso que fuera a la clínica para acompañarme para platicar allí. Por lo que el viernes fuimos Alfonso y yo a la clínica. Allí el médico le dio los avances y le señaló que ya era necesaria la terapia psicológica, y por eso le pidió ayuda para que me atendiera ya alguien porque el psicólogo de la clínica iba a tardar en llegar. Así que Alfonso le dijo que mientras me iba a atender un amigo de él. Por lo demás dijo el doctor que ya me estaban creciendo los senos y que todo iba bien; sin embargo, le pregunto que si podía hacerme cirugía para que tuviera senos más grandes y el médico dijo que si. Y yo pensando en Hugo les dije que si me podían operar pronto y que de una vez me quitaran el pene. A lo que el doctor indicó que primero necesitaba una valoración psicológica de una terapia de por lo menos 6 meses. Así que Alfonso en ese momento llamo a un psicólogo amigo de él y quedaron que desde el día siguiente me sometería a la terapia. Y nos despedimos del doctor, nos retiramos y Alfonso me dijo que el doctor exageraba, porque yo estaba convencida de ser mujer, pero que me trataría el especialista y ya. 

          El sábado por la mañana me llamo Alfonso para decirme que el psicólogo nos esperaba en su consultorio a las 12.00 horas, que estuviera lista porque pasaría por mi a las 10.30, así que me aliste y cuando llego por mi, nos fuimos. Yo me puse un vestido azul corto que me llegaba a media pierna, tacones altos y medias negras transparentes. Cuando llegamos, primero paso Alfonso con el doctor y luego pasé yo. Le mostré todos mis estudios médicos y me hizo varias preguntas, todas tendentes a ver mi seguridad de convertirme en mujer. Y respondí a todas en el sentido de que si quería. El médico me citó para el lunes y mis terapias empezarían el lunes. 

          En la primera sesión, el médico me dijo que con base en los estudios y cuestionarios, el veía que si era mujer y que por eso yo sería feliz en la medida que me desenvolviera como mujer en todos los sentidos. Me recetó medicamentos tanto en pastillas como en bebidas. 

          Durante los 3 meses siguientes al inicio de mi terapia psicológica yo estaba convencida de que quería ser mujer, el doctor me hablaba mucho de Alfonso y me decía que yo tenía piernas bonitas que debería enseñar. Seguía yendo a la escuela, también a la cafetería y Alfonso ese tiempo no me tocó nada, y lo empecé a extrañar, extrañaba sus manoseos y sus cogidas. Hugo y yo hablábamos casi diario, pero cada día menos y él se sentía cada vez más distante, me decía que tenía mucha tarea y que no podríamos vernos en vacaciones, vi con tristeza que se alejaba de mi, incluso la última vez que hablamos se escuchaban risas de una mujer cercana a él. En ese tiempo noté que empezaba a sentir muchas ganas de que me cogiera Alfonso. Cuando le dije eso al psicólogo, este me dijo que era normal porque yo era mujer y mi mente sabía que tenía necesidades, unas de ellas tenían que ver con mi forma de vestir, de sentir, de pensar y de ser, que eso revelaban todos los estudios, que por eso deberia observar que vestida mostrando todo mi cuerpo me sentiría muy bien y que también tendría necesidad de tener hombre que me cogiera a cada instante. Unos cuantos días después, empecé a sentir más fuertes las ganas de que Alfonso cogiera y por la mañana fui a buscar ropa que me permitiera mostrar todas las piernas y como ya tenía senos un poco crecidos, que los mostrara un poco. Así que así me fui a la cafetería. Al verme Alfonso me abrazó, me besó y me acarició las nalgas y me dijo “necesitas algo” y yo le dije “si, urgentemente que me cojas y luego que le digas al psicólogo que extienda la carta que diga que soy mujer para que me operen y me quiten el pene y me pongan chichis grandes”. Y Alfonso me dijo “vamos arriba, que te voy a coger aquí para que sepan que eres mi puta”, me agarró las nalgas y me subió metiéndome un dedo. Y ya en su despacho, me besó el cuello, me agarró las bubis, me las chupo y mordió, me subió la falda y me lamió y besó las nalgas y me agarró y lamió todas las piernas. Mientras yo estaba muy excitada, me empezó a dar nalgaditas y me empezó a meter su verga, y poco a poco me la metió una y otra y otra vez, hasta que me hizo gritar y gemir muy fuerte, así “aaaahhhh aaaaiiii aaaaiiiii aaaaahhhh” y luego me empapo con su semen. Y me dijo “eres mía putita, solo mía, y te pondremos chichotas, serás mi puta chichona”. Lugo ya me vestí y me llevó agarrada de las nalgas para la cafetería, hasta la silla, se sentó y me pidió que le sirviera un refresco, fui a servírselo y de regreso como solo había una silla, en lo que le servía el refresco me agarró las piernas y luego me sentó en las suyas. Cuando salimos de la cafetería me llevó a su casa y allí me dio otra cogida sabrosa y me quede en su casa. Desde ese día Alfonso me pidió que me quedara en su casa durante el tiempo que durara la terapia hormonal y psicológica para que él me cuidara y yo acepté. Y desde ese día Alfonso me cogia muchas veces al día, en la madrugada, en la mañana, en la tarde, en la noche, etc., así transcurrió un lapso de 4 meses más, ya no fui a la escuela, y sentía mucha necesidad de que Alfonso me metiera su verga y me manoseara. El siguiente lunes teníamos que ir a ver al psicólogo para que me diera el último diagnóstico y de allí iríamos a ver al médico cirujano. 

          Esa mañana Alfonso me puso en la cama la ropa que debería usar, y me lleve un disgusto porque me había puesto un vestido negro holgado que me quedaba a la altura de las rodillas, y estaba todo cubierto. Al verlo después de bañarme y maquillarme, me dio mucho coraje y fui a ver a Alfonso, estaba enojada porque además del espantoso vestido, no me había cogido ni en la madrugada ni en la mañana y tampoco me había agarrado nada, y le reclame con una actitud muy fuerte “que te pasa porque me pones ese horrorso vestido. Esta larguísimo, y parezco monja con el”. Entonces me respondió “prefieres uno más corto y destapado” y le dije que si. También le dije “y que te pasa, no me has tocado ni nada” y me agarró de la mandíbula con firmeza diciéndome “con calma muñeca, con buen modo, recuerda que ambos ponemos algo, tú las nalgas y yo la verga pa metértela, tu las piernas y las chichis y yo las manos pa agarrarte, yo las órdenes y tú la obediencia” luego me tomó por la cintura y me manoseó las nalgas añadiendo “amor necesitas mi verga dentro de tus nalgas y vestir como puta verdad” y le respondí dándole un beso y diciéndole “si amor, es lo que yo digo, yo pongo las nalgas, las piernas y los pechos pa que tú me agarres, me montes y me cojas”. Y entonces me dijo “te dije que te volvería una puta y que tendrías necesidad tanto de mi verga como de mostrar tus piernas y chichis”. Entonces me llevó a la cama y me abrazó y me besó y me dio una tremenda cogida que me hizo vibrar de la emoción un gritar fuerte. Y yo le dije “gracias mi amor, lo necesitaba”. Y me dio otro vestido, uno morado muy corto, con escote, tacones muy altos, medias transparentes, y la joyería. Y me agarró del brazo y nos fuimos. Llegamos con el psicólogo y  nos dio su dictamen, luego fuimos con el médico, quien después de ver él dictamen psicológico y los demás estudios me dio fecha para la cirugía y quedamos que me extirparía el pene y también que me pondría senos grandes, los que aguantara mi  cuerpo. Para esa fecha yo ya tenía 15 años, ya no iba a la escuela y casi ya no hablaba con Hugo. 

          El día de la cirugía, me llevo Alfonso a la clínica, me prepararon, me anestesiaron y ya no supe nada de mi, sino que varias horas después desperté y ya estaba en la cama de recuperación, donde pude sentir que ya tenía senos grandes. 

          Días después, cuando ya estaba en casa de Alfonso, mientras me recuperaba, no fui a la cafetería ya que estuve al pendiente de todas las indicaciones y tan pronto pude, un día me puse un vestido muy corto, que apenas me cubría las nalgas, tacones muy altos, medias transparentes, lencería, joyería y bien maquillada y así fui a la cafetería, decidí darle una sorpresa a mi hombre. Cuando llegue, tan pronto me vió, de inmediato fue hacía mi y me abrazó, me besó, me agarró las nalgas y me dijo “que linda sorpresa mi amor, me gusta verte vestida así, como la puta que eres, como mi puta” y yo le respondí “si amor si soy tu puta y ya necesito que me cojas, me urge que me lleves a tu despacho y me hagas tuya”. Y añadí, “tenias razón mi amor, me convertiste en una mujer muy puta porque necesito tu verga dentro de mi y solo vestida mostrando todas mis piernas y chichis me siento bien”. Y me respondió “vamos para arriba, pero vas a gritar, gemir y aullar como perra muy fuerte para que oigan y sepan que te estoy cogiendo y te voy a tomar fotos, con este vestuario, en lencería y desnuda para ponerlas en mi colección”. Y me llevó agarrandome las nalgas con el fin de comerme. 

          En ese sitio, primero me tomó varias fotos, con el vestido que llevaba, luego con la pura lencería y finalmente sin ropa. Y después me abrazó, me besó los labios mientras sus manos recorrían mis nalgas, luego me agarró las piernas y me chupo los pechos, mordiéndome los pezones y luego me puso de rodillas para lamerle y mamarle su verga, la cual me llegaba a la garganta y me decía “mamala putita mamala bien zorrita”, luego él me lamió mis partes intimas, y yo sentía que explotaba, y empecé a gemir fuerte así “ahhhh aaahhhh”, luego me puso en posición de perra y me dio unas nalgadas diciéndome “que sabrosa estas puta, coges muy rico mi puta chichona” y empujó su verga dentro de mi una y otra y otra vez y mientras yo la sentía dentro de mi gritaba fuerte así “aaaaiiiii asaaaiiiiii aaaaahhhhh” y aullaba como una perra. Luego me volteo y me monto poniendo mis piernas sobre sus hombros y mientras me la metía, me agarró las chichis diciéndome “me gustas chichona eres mi puta chichona”. Luego ya terminamos por fin y me dio un beso en los labios y me dijo “vístete chichona para bajarnos pero no te limpies los mocos, que vayan escurriendo en tus piernas, así que no te pongas las medias”. Y yo lo besé y le respondí diciéndole que si. Y mientras me vestía recordé lo que me había dicho “te voy a volver tan puta que necesitarás mi verga dentro de ti y también necesitarás vestir mostrando tus piernas, tus chichis y tus nalgas” y yo ya era esa mujer muy puta.

          

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